La inminente victoria de Pedro Castillo, del movimiento Perú Libre, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Perú, como se ha visto, se da en un escenario de gran polarización que vino precedida por un escenario de gran fragmentación en la primera vuelta. Para el analista y miembro del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, Gilberto Aranda, Castillo se verá obligado rápidamente a negociar, si no le será muy difícil gobernar. Aranda sostiene que el debilitamiento del sistema de partidos es parte de la explicación del momento que vive Perú, pero precisa que este quiebre no es de ahora, sino que proviene desde el momento en que Alberto Fujimori hizo su autogolpe en 1992, «dejando al sistema de partidos en la bancarrota», «y donde quizás lo único que se ha mantenido estable desde ese momento hasta ahora es la corrupción» y la única diferencia es «que tienen un Ministerio Público fuerte, donde el caiga quien caiga es real». En la región, tanto Perú como Chile no son los únicos países que están experimentando cambios. En México, tras las elecciones del pasado fin de semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador también se verá obligado a negociar su «cuarta transformación» con los partidos tradicionales, tras alejarse de una mayoría de 2/3 en el Congreso. Y Colombia –apunta el experto– es el caso más preocupante, porque no se aprecia ningún salida institucional al conflicto, por lo que la acción de los organismos internacionales debería ser determinante.
