Para el economista, la sensación de recuperación y el repunte en los indicadores de algunos sectores productivos, responden a un escenario de corto plazo y “con un dejo de espejismo”. Lo anterior, debido a una “situación institucional frágil”, a lo que se suma un deterioro fiscal acelerado producto de los recursos utilizados para contrarrestar los efectos de la pandemia. “Estamos generando muchas expectativas de que hacia adelante la situación va a ser mejor y eso se cruza con una estrechez en materia de recursos mayor a la que estábamos acostumbrados. (…) Detrás de todo esto, está la calidad de la política”, señala. El experto también se refiere a la proyección en materia de empleo y la desafiante coyuntura de los próximos años, ya que “la incertidumbre es grande, la inversión es más lenta y la contratación también será más cautelosa”. Sin embargo, agrega que existe un escenario externo positivo, debido a que “estamos entrando en un superciclo del cobre que va a ser prolongado, porque donde uno mire la demanda global por cobre se va a incrementar”.
