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La estrategia de La Moneda tras el perfil “ciudadano” del Presidente Boric PAÍS

La estrategia de La Moneda tras el perfil “ciudadano” del Presidente Boric

Raúl Espina
Por : Raúl Espina Periodista de El Mostrador
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Son varias las acciones protagonizadas por el Presidente Gabriel Boric que evidencian una búsqueda por generar cercanía con las personas: caminatas por el centro de Santiago, visita a una población en La Legua, conversación con vecinos de Lo Espejo o una reunión de gabinete en Renca. Todos hechos que según analistas tienen el propósito de recuperar un relato «republicano», basado en el contacto con las personas, aludiendo a figuras de ex mandatarios como Jorge Alessandri. Un sello de cercanía que El Presidente Boric ya utilizó durante su etapa como diputado y en su campaña presidencial, y que ahora busca revitalizar, con el objetivo de contrarrestar las narrativas negativas hacia su Gobierno, emanadas sobre todo, desde las encuestas. Sin embargo, expertos coinciden en que el Mandatario debe cuidar de no abusar de este recurso, pues podría estar al límite del populismo, lo que se evidenció en su estadía en un hostal propiedad de una profesora jubilada, durante su reciente gira presidencial a Arica.


Una reciente conversación con vecinos de la Plaza Santa Ana, en Lo Espejo; una caminata improvisada por el centro de Santiago o por las calles de su natal Punta Arenas; un encuentro con vecinos de La Legua; una reunión del comité político de ministros en Renca; y una estadía en un hostal -propiedad de una profesora jubilada- durante su gira en Arica. Todos estos hechos, protagonizados por el Presidente Gabriel Boric, a juicio de analistas, develan una estrategia de La Moneda se resaltar la personalidad del Presidente para así plasmar un relato republicano, basado en el contacto cara a cara, que sirva, además, para atenuar el resultado de las encuestas, el que si bien lo ubican en una baja valoración, -a juicio de observadores- dicha baja no se aprecia en la calle, donde por el contrario es bien recibido.

La estrategia del Presidente, en pleno Siglo XXI, se constituye en un espejo de la forma de gobernar de expresidentes anteriores al Golpe de Estado, como el propio Salvador Allende o Jorge Alessandri Rodríguez -cuya gestión se extendió entre 1958y 1964- quien es recordado por mantener un contacto directo con la gente, como sus usuales caminatas al Palacio de La Monada. En ese sentido, de alguna manera, lo que busca el jefe de Estado es recuperar un relato que se generaba en el contacto con las personas, que fue cómo se hizo la política históricamente en Chile, basada en el diálogo y en el cara a cara.

Así lo cree el publicista y académico de la Universidad Diego Portales, Cristián Leporati, quien piensa que después de la dictadura, y considerando el nivel de polarización que se viene incrementando en el país, de alguna forma, los presidentes se fueron alejando de la gente, en términos del cara a cara en la calle, debido también a la falta de habilidades comunicacionales, que a su juicio, si tuvo en su momento la ex Presidenta Michelle Bachelet. Desde esa perspectiva, el jefe de Estado busca establecer un relato que mantiene ciertas similitudes con el despliegue comunicacional de la ex Mandataria, que le brindó su apoyo en la segunda vuelta presidencial y con quien se reunió hace unos días, después de su arribo al país.

«Por lo mismo, creo que lo que está haciendo Boric es simplemente recuperar un relato republicano, tradicional en Chile, con los riesgos que ello implica hoy en día, por todo lo que pasa en el país, pero él entiende que es un riesgo razonable y también porque hay otra razón, que hace alusión a sus atributos personales, a una empatía que Boric demostró desde que fue diputado y también en la campaña presidencial, por lo que dudo que lo aproveche comunicacionalmente como una estrategia política, sino que básicamente es su naturaleza, y es algo que es natural y espontáneo. Y eso es bueno para él y para un Gobierno que hasta ahora se sustenta más menos entre un ministro como Mario Marcel, la tranquilidad de Camila Vallejo y el liderazgo y empatía con la gente que tiene el Presidente Boric», sostiene Leporati.

Sin embargo, expertos creen que si bien es positivo el despliegue de este atributo de empatía y cercanía con las personas como estrategia comunicacional, se debe evitar abusar de este recurso, pues puede estar al límite del populismo. Ejemplo de lo anterior ocurrió durante la reciente gira presidencial por Arica, cuando el Mandatario decidió alojarse en un hostal, propiedad de una profesora jubilada, en una estadía que registró con fotografías que viralizó su equipo de comunicaciones.

Ahora bien, la experta en periodismo político y directora del Departamento de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado, Ximena Orchard, cree que este relato en el Presidente Boric no es necesariamente algo nuevo, sino que es una apuesta por reeditar o revitalizar una estrategia que le dio buenos réditos durante su campaña. La académica considera que «es un atributo de cercanía que se ha ido instalando y construyendo en torno a su persona, desde ese periodo, y que ahora le podría servir, en un contexto más adverso, con una aprobación un poco más baja que al inicio de su administración y con un contexto políticamente polarizado y crispado, donde su gestión no ha estado exenta de críticas, más que su figura”.

Al respecto, Orchard señala que «si el Presidente logra instalar el sello de la cercanía como un sello de su Gobierno y no de su persona, claramente sería un triunfo, debido a que hasta ahora, esos atributos son más bien asociados a él como figura, y quizás también a la ministra vocera, que ha tenido un desempeño en general destacado y reconocido así. Me parece que no necesariamente son atributos que han logrado traspasarse a todo el gabinete, aunque hay algunas personas que han tenido mejor sintonía, ya sea con la prensa o en general con una relación de cercanía con la gente. Pero me parece que, en términos de trabajo en terreno, esto se concentra sobre todo en torno al Presidente. Ahora, creo que su figura es probablemente el activo principal de su Gobierno y, por lo tanto, me parece que es una estrategia apropiada, que no es algo nuevo, sino más bien reforzar un atributo que él ya tiene y por el cuál se le reconoce».

Una estrategia que busca contrarrestar las narrativas de las encuestas

Ambos académicos coinciden en que el Presidente Boric -entendiéndolo como figura individual- está apostando por construir una relación menos mediatizada, basada en la relación directa con las personas, pues entiende que es la gente la que finalmente valora los atributos de los mandatarios. Una estrategia que a juicio de los analistas busca contrarrestar las narrativas instaladas desde las encuestas, relacionadas sobre todo con las bajas en su popularidad y la evaluación negativa de la gestión de su Gobierno. Al respecto, surge la pregunta por la efectividad de estos sondeos, frente a lo cual Cristián Leporati cree que en su gran mayoría, parten desde un sesgo ideológico.

En ese contexto, el publicista y académico de la Universidad Diego Portales considera que «las encuestas de alguna forma lo que están reflejando es el pensar de una élite -ya sea de izquierda, de derecha o empresarial-  donde se refleja como ideológicamente un estamento de este país entiende la política, y desde esa perspectiva, creo que van preguntando sesgadamente, con metodologías que son bastante discutibles, salvo la CEP, que si usa una metodología que permite tener varias certezas. Entonces, las encuestas van generando un imaginario bastante grande en la ciudadanía respecto de un Gobierno de turno. Pero, también, lo que hace una encuesta normalmente es medir un sistema -en su totalidad- y no es que se esté castigando al Presidente en particular, se está castigando también al Presidente, a todos los ministros, a los subsecretarios y también se está castigando la ceguera de un sistema político que no es capaz de entender las problemáticas más relevantes de las personas”.

Para Leporati, aquel sesgo en las encuestas permitiría entender el porqué esa visión negativa hacia la figura del Presidente, no se refleja en su relación cara a cara con las personas. Y además, el publicista cree que existe otro factor que podría explicar la cercanía y empatía del mandatario con la ciudadanía -más allá de sus atributos personales- que es que, a su juicio, Chile es un país bastante «apatronado» en términos de autoridad, donde dicha autoridad  genera un respeto y es un rostro y una persona famosa, donde «el Presidente alcanza un hálito de estrella, muy en la línea hollywoodense, y es una persona mediática, donde los medios también aportan a la construcción de estas figuras que van mucho más allá del cargo. Es algo que ha pasado con todos los presidentes, más queridos o menos queridos”, puntualiza.

Si se trata de una estrategia, o más bien es algo natural y espontáneo, existe certeza en torno a que el Presidente Gabriel Boric busca superar esa imagen de un Presidente que forma parte de una élite, sentado en su escritorio, alejado de la gente y con miedo a salir a la calle. Ahora bien, analistas coinciden en que el mayor reto es que esa empatía traspase la mera figura del mandatario y sea favorable a un Gobierno que ha debido enfrentar serios problemas en sus primeros meses de gestión. Por ahora, desde La Moneda apuestan por sacar provecho de un relato que les permite navegar con un poco más de tranquilidad en el turbulento contexto social y político.

 

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