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Alerta constituyente: ¿Cómo será nuestra primavera? Opinión

Alerta constituyente: ¿Cómo será nuestra primavera?

Gabriel Gaspar
Por : Gabriel Gaspar Cientista político, exembajador de Chile en Cuba y ex subsecretario de Defensa
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Entre una economía castigada y una superestructura política e ideológica sobrecalentada por la polarización, la sociedad se desenvuelve entre temores y esperanzas respecto a la discusión constituyente. Nuevamente asoman conductas disímiles: la apuesta por un horizonte colectivo de nación vs. el refugio en el rincón del individualismo. Emerge una nueva pandemia: la inflamación aguda del ego, que se expresa en personajes que, así como asoman, desaparecen con rapidez.


Estado nacional

Llegó agosto. Campaña plebiscitaria agarrando vuelo, pronto inundará calles y muros, incluidos los almuerzos familiares. Tsunami de fake news en redes sociales. No será todo, la inseguridad azota a ciudades y regiones del país. A los delincuentes locales, el Tren de Aragua aporta lo suyo. Urge mayor coordinación policial y de inteligencia al menos con países vecinos. Voluntad de las partes existe, se comenta. Entonces, a ponerse manos a la obra. Probablemente asome un nuevo ingrediente en la agenda: un eventual cambio de gabinete. Ajuste necesario de todo Gobierno, también mecanismo para consolidar la base de apoyo político que se requiere para gobernar.

La economía, globalizada, como la hemos elegido, sufre los vaivenes de la economía mundial. Las vacas flacas seguirán un buen tiempo, máxime si Occidente entra en recesión. Después de dos años de pandemia, nos quedan menos reservas y la población tiene menos paciencia. No es solo en Chile, pero aquí miramos poco por la ventana para ver al vecindario. En Argentina se comenta que el nuevo superministro Massa va a ratificar al presidente en su cargo.

Entre una economía castigada y una superestructura política e ideológica sobrecalentada por la polarización, la sociedad se desenvuelve entre temores y esperanzas respecto a la discusión constituyente.  Nuevamente asoman conductas disímiles: la apuesta por un horizonte colectivo de nación vs. el refugio en el rincón del individualismo. Emerge una nueva pandemia: la inflamación aguda del ego, que se expresa en personajes que, así como asoman, desaparecen con rapidez.

Sensación térmica

Los chilenos no tenemos ninguna experiencia respecto a una discusión nacional de nuestra Carta Magna, seremos los primeros en participar en un evento de esta naturaleza. Tiempos creadores, pero también raros para muchos. Especialmente para quienes pelean día a día cómo estirar el billete. Son los mismos que, además, esperan que al salir de casa se llegue sin problemas al lugar de estudio o trabajo. O sea, esperan que el Estado cumpla su rol y garantice la seguridad de todos.

En los 90 discutíamos si debíamos integrarnos a América Latina o al mundo desarrollado. A inicios del presente siglo se despejó la duda, porque América Latina se metió en Chile a través de centenares de miles de migrantes. Reconozcamos que, mientras más nos ufanábamos de “nuestra isla”, más estimulábamos el interés por radicarse en esta “Florida austral”. No solo pasó en Chile, pero proporcionalmente somos de los principales receptores. Más aún cuando estimulamos la creación de la ruta Cúcuta-Colchane.

Peak invernal, con inflación, portonazos y diversas mafias tratando de controlar pedazos de nuestro territorio. Pero también un agosto con esperanza de construir un nuevo país. Después de agosto (mes de los gatos) viene septiembre. ¿Cómo será nuestra primavera?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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