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El modelo sueco de pensiones que mira el Gobierno Opinión

El modelo sueco de pensiones que mira el Gobierno

Elisa Cabezón
Por : Elisa Cabezón Directora de Evidencia de Pivotes.
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Desde 1994, el sistema de pensiones sueco está formado por dos cuentas individuales: una de Capitalización Individual y otra llamada “Cuentas Nocionales”. La primera es similar al caso chileno: las cotizaciones del trabajador se depositan en su propia cuenta y se invierten en el mercado financiero y la pensión se determina sobre la base del ahorro de esa cuenta. La novedad está en la Cuenta Nocional: las cotizaciones del trabajador financian las actuales pensiones (reparto) y se registran en su cuenta individual ficticia, a la que se le aplica una simulación de rentabilidad (igual al crecimiento del salario promedio del país). La pensión se determina sobre la base del ahorro en esa cuenta ficticia.


El Gobierno de Gabriel Boric anunció que presentará su propuesta de reformas de pensiones a fines de octubre. Varias veces, distintos actores gubernamentales han declarado que han usado como referencia el sistema de pensiones de Suecia para diseñar las reformas. ¿Es buena idea imitar este modelo? Revisemos.

Desde 1994, el sistema de pensiones sueco está formado por dos cuentas individuales: una de Capitalización Individual y otra llamada “Cuentas Nocionales”. La primera es similar al caso chileno: las cotizaciones del trabajador se depositan en su propia cuenta y se invierten en el mercado financiero y la pensión se determina sobre la base del ahorro de esa cuenta. La novedad está en la Cuenta Nocional: las cotizaciones del trabajador financian las actuales pensiones (reparto) y se registran en su cuenta individual ficticia, a la que se le aplica una simulación de rentabilidad (igual al crecimiento del salario promedio del país). La pensión se determina sobre la base del ahorro en esa cuenta ficticia.

En Suecia, los ahorros de los trabajadores han crecido más rápido en la Capitalización Individual que en las Cuentas Nocionales, ya que mientras en la primera los ahorros se multiplican sobre la base de la rentabilidad obtenida en el mercado financiero, las Cuentas Nocionales, al ser de reparto, para asegurar la sostenibilidad se les debe aplicar una rentabilidad ficticia conservadora sobre la base del crecimiento del sueldo promedio.

En la propuesta del Gobierno la tasa de cotización de los trabajadores aumentará desde el actual 10% a un 16,5%. Un 10,5% del sueldo del trabajador iría a su cuenta de Capitalización Individual y un 6% iría a una cuenta colectiva con características similares a la Cuenta Nocional de Suecia: (1) parte de las cotizaciones de los actuales trabajadores se usaría para pagar las pensiones de actuales jubilados (reparto); (2) esta cuenta tendrá asociada una rentabilidad ficticia equivalente a parámetros como el crecimiento del sueldo promedio.

Estimemos para Chile la pensión de un hombre que trabajó entre 1988-2019, por un sueldo imponible de 17,85 UF ($500.000 en moneda 2019). Si el 16,5% de su sueldo se hubiera depositado en su cuenta de Capitalización Individual, tendría una pensión de $540.453. Si hubiera depositado el 10,5% de su sueldo en Capitalización Individual y el 6% en Cuentas Nocionales, tendría una pensión de $458.577 (en moneda 2019). Eso es cerca de $1 millón de pesos anuales de diferencia. Es decir, bajo el modelo sueco perderíamos capacidad de transformar ahorro en pensión.

Si las Cuentas Nocionales son menos eficientes que la Capitalización Individual, ¿por qué existen en Suecia? Antes de 1994, Suecia tenía un sistema de reparto con Beneficio Definido: pensiones determinadas según el número de años cotizados y los mejores 15 sueldos. El envejecimiento de la población lo volvió financieramente insostenible. En 1994 dicho país realizó una profunda reforma para transitar desde el reparto con Beneficio Definido hacia un sistema con cuentas individuales. Pero esta transición es muy costosa: el Estado debe seguir haciéndose cargo de las promesas de pensión de los actuales jubilados sin recibir las cotizaciones de los trabajadores, ya que estos empiezan a ahorrar en sus propias cuentas.

Para aliviarle la carga al Estado en la transición, se instalan las Cuentas Nocionales, en que se contabilizan las cotizaciones de cada trabajador en su propia cuenta ficticia, mientras las cotizaciones se usan para financiar las actuales pensiones. Chile ya pagó esta costosa transición desde sistemas de reparto de Beneficio Definido hacia sistemas de cuentas individuales en la reforma de 1981: el Estado chileno tuvo que gastar 3,5% del PIB en promedio en el período 1981-1996 para pagar las pensiones del antiguo sistema.

Por lo tanto, no sería conveniente ir en sentido opuesto a Suecia e instalar Cuentas Nocionales que son menos eficientes en transformar ahorro en pensión, para volver a los esquemas de reparto, esquemas que los países están tratando de abandonar, dado el envejecimiento de la población. Si vamos a usar a Suecia como referente en la reforma de pensiones, se debe contar la historia completa.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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