El cuadro cruzado goleó por 5-0 a un equipo discretísimo y que, excepto un milagro, parece condenado a abandonar la Primera División con el término del Torneo de Clausura.
La incógnita, si es que la había, se dilucidó en apenas 19 minutos. Los que tardó Michael Ríos en vencer a Manduca, arquero de Barnechea, con un zurdazo que se metió en el rincón más alejado del meta. A partir de ese momento, Universidad Católica estructuró una actuación maciza y goleadora para ganarle por 5-0 al colista y, de no mediar un milagro de proporciones, uno de los cuadros descendidos al término del campeonato.
La UC era absoluto favorito para este partido que se jugó en San Carlos, válido por la undécima fecha del Torneo de Clausura. Más allá de puntos desperdiciados, como frente a O´Higgins y San Marcos, o derechamente perdidos, como esa derrota frente a Cobresal en su propia cancha, el cuadro de Mario Salas se antojaba mucho rival para un Barnechea cuya paupérrima campaña lo transformaba en víctima propicia.
Y lo fue, porque bastó ese tirazo de Ríos, frente al cual el arquero Manduca fue además con “mano cambiada”, para que el escaso orden que había exhibido el equipo cordillerano se derrumbara y mostrara repetidos forados por donde se colaban como querían los jugadores cruzados.
Dos goles de Pulgar, zaguero central devenido en volante de contención, liquidaron por completo el encuentro como expresión de lucha, quedando en los asistentes a San Carlos, y en los miles que veían el lance a través de la televisión, la impresión de que el segundo tiempo estaría absolutamente de más.
En realidad, lo estuvo como expresión de lucha, aunque para la hinchada estudiantil fue toda una delicia ver a su equipo anotar y que no le anotaran. Porque Universidad Católica es, por lejos, la delantera más efectiva del campeonato, pero exhibe también una cantidad de goles recibidos más que respetable y que siempre limitan sus aspiraciones de transformarse en candidato.
No iba a ser, por cierto, Barnechea el equipo capaz de poner en duda, aunque fuera por un breve momento, la victoria cruzada. Último en la tabla, con apenas cinco goles anotados en 11 fechas y 23 recibidos en su valla, el cuadro de Francisco Bozán fue presa fácil de un equipo que, con los resultados registrados en la jornada, alcanzó a Cobresal en la tabla y se puso a dos puntos del puntero, Colo Colo.
Barnechea ni siquiera tuvo recursos para aprovechar el que Mario Salas se viera obligado, cuando apenas transcurrían 14 minutos de juego, a sustituir por lesión a su arquero titular -Constanzo- para hacer ingresar a un Fabián Cerda que no podía disimular su nerviosismo por esa oportunidad que se le había presentado sin siquiera imaginársela. Apenas cuatro minutos después del gol de Ríos, Cerda falló infantilmente ante un pase profundo del “Chuky” González. La pelota, que era suya, se le escurrió increíblemente, pero como eso no les suele pasar a los arqueros, no hubo ningún delantero de Barnechea cerca para aprovechar el regalo.
La delantera de Barnechea, además, no tiene con qué preocupar a nadie. No se procuró ninguna oportunidad de batir a Cerda en todo el partido. Lo más cercano a posibilidad de gol fue un zurdazo de Levipán, a los 77 minutos, que se perdió muy cerca del palo.
Mark González y Llanos, pocos minutos antes ingresado por Sepúlveda, estructuraron un 5-0 lapidario que no admite explicaciones ni menos excusas. Fue la expresión justa de la diferencia existente entre un cuadro que pelea por el campeonato y otro por mantenerse apenas en el fútbol grande.
Y, la verdad, no se ve por dónde…
Bajo la conducción de Patricio Polic, los equipos alinearon de la siguiente manera:
U. Católica: Constanzo (14´ Cerda); Gómez, Álvarez, Ibáñez, Cordero; Pulgar, Sepúlveda (75´ Llanos); Ríos, Bottinelli (65´ Rojas), M. González; Gutiérrez.
Barnechea: Manduca; Pardo, Rencoret, Lauler (65´ Rebolledo), Vásquez; Levipán, Yévenes; Ivanobsky, D. González (46´ Hernández), Santander; Escalante (56´ Contreras).
Goles: Ríos (19´), Pulgar (40´ y 45´), González (64´) y Llanos (87´).
Tarjetas amarillas: en Universidad Católica, Sepúlveda; en Barnechea, Manduca y Lauler.
Público: 10 mil personas, aproximadamente.
