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Las denuncias hablan de presunto desvío de los fondos destinados a apoyar a la migración venezolana en suelo colombiano y ya ocasionaron que los dos implicados sean relevados de sus funciones. [ACTUALIZADA]
La oposición venezolana atraviesa un momento turbulento en medio de denuncias de corrupción contra algunos de sus representantes en Colombia.
Después de que la llamada «Operación Libertad» encabezada por Juan Guaidó no alcanzara su objetivo de sacar a Nicolás Maduro del poder, un caso de supuesta malversación alcanza a al menos dos emisarios del líder opositor en el país vecino.
Las denuncias hablan de presunto desvío de los fondos destinados a apoyar a la migración venezolana en suelo colombiano y ya ocasionaron que los dos implicados sean relevados de sus funciones.
La decisión la tomó el mismo Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y reconocido como «presidente encargado» de Venezuela por varios países, entre ellos Colombia.
Mientras tanto, el «embajador en Bogotá» del jefe de la oposición presentó una solicitud formal ante la Fiscalía de este país para que se investigue el caso.
El hecho fue rápidamente aprovechado por el oficialismo, que ahora acusa a los opositores de malversación de fondos y crear una red de corrupción.
Los dos emisarios de Guaidó presuntamente implicados en el escándalo son Rossana Barrera y Kevin Rojas.
El medio digital Panam Post publicó un reportaje este fin de semana señalando a ambos de posible malversación de fondos destinados a la manutención de los militares venezolanos que desertaron a Colombia en los primeros meses de este año.
Según la publicación, entre las irregularidades se detectaron «pagos de hoteles a sobreprecio» y otras «facturas que demuestran excesos», así como «gastos de ropa en carísimas tiendas de Bogotá y en Cúcuta y reportes de alquiler de vehículos».
Menos de 24 horas después de conocida la información, a través de un comunicado, Guaidó aseguró que «todos los señalados en el caso se han separado de sus responsabilidades mientras dura la investigación».
Durante el mes de febrero cientos de toneladas de ayuda, fundamentalmente llegada desde Estados Unidos, llegaron hasta la ciudad colombiana de Cúcuta (norte) con el fin de ser distribuida en Venezuela.
La «avalancha humanitaria», como la bautizó la oposición, pretendía llegara Venezuela, país afectado por una grave crisis económica que se ha plasmado en lo que los contrarios a Maduro llaman una emergencia humanitaria.
Sin embargo, el intento de hacer llegar la ayuda no tuvo éxito porque los pasos fronterizos permanecieron cerrados.
Al mismo tiempo, alrededor de un millar de soldados venezolanos decidieron abandonar su país y cruzar la frontera.
Desde entonces han denunciado dificultades económicas en territorio colombiano pese a las promesas que les hicieron.
Tanto la llegada de las donaciones como la deserción de militares y policías fue parte de la ofensiva contra el gobierno liderada por Guaidó, quien a finales de enero se autoproclamó presidente del país desconociendo a Maduro y acusándolo de usurpador.
