PAÍS
Crédito: Agencia Uno (Contexto)
Matías Orellana aseguró que no confía en los políticos ni en la Justicia chilena y lamentó que la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, la expresidenta Michelle Bachelet, haya tenido una actitud «bastante distante, bastante escondida».
El profesor Matías Orellana, que perdió un ojo en la víspera del Año Nuevo durante un protesta social contra el Gobierno, denunció este lunes «terrorismo de Estado» en su país y lamentó que la actitud de la ONU hasta ahora haya sido de «complicidad» con las autoridades.
En declaraciones a Efe en Madrid, Orellana aseguró que no confía en los políticos ni en la Justicia chilena y lamentó que la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, la expresidenta Michelle Bachelet, haya tenido una actitud «bastante distante, bastante escondida».
«El rol que ha cumplido hasta ahora la ONU a través de la alta comisionada y los relatores especiales de derechos humanos ha sido de complicidad -apuntó Orellana- y de dejar hacer al Gobierno de Piñera en este afán de los partidos políticos de no quebrantar la institucionalidad que tanto costó tener en Chile».
Orellana es una de las más de 400 personas que sufrieron la pérdida de la vista en un ojo o lesiones oculares debido al efecto del material antidisturbios durante las protestas chilenas, según el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).
Las protestas socioeconómicas comenzaron hace cuatro meses en Chile, con una treintena de muertos y miles de heridos en manifestaciones que continúan y acusaciones contra las fuerzas del orden de violaciones de derechos humanos.
Según su relato, Orellana perdió el ojo a causa de una bomba lacrimógena que «lanzaron los carabineros» mientras observaba (no participaba) una manifestación el 1 de enero en Valparaíso, aunque lo más grave fue una multifractura craneal, de la que fue operado. Presentó una denuncia judicial contra las fuerzas del orden y las autoridades.
«Me seguiré manifestando con más motivo, ahora tengo una razón mucho más personal y todos mis familiares y amigos (…), pero también tenemos miedo porque hay persecución», explicó este docente de Educación Física de un colegio de Viña del Mar.
Tras estar en Ginebra, Berlín, Londres, Bruselas y Génova, en Madrid se reunirá con el exjuez Baltasar Garzón y eurodiputados españoles de izquierda.
En Ginebra habló en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, dijo, y regresará esta semana para intentar entrevistarse con Bachelet, algo de momento no confirmado.
Explicó cómo las autoridades chilenas articulan estamentos estatales -el sistema de salud, el judicial y el de policía y militares- para «reprimir» a la población.
Por su parte, el sistema judicial «no está investigando los casos de violaciones de los derechos humanos y está citando a las víctimas sin notificar a los abogados por las vías formales».
Preguntado por el plebiscito constitucional del 26 de abril sobre una derogación de la Constitución para reemplazarla por otra, que fue promovido por Piñera para atajar la crisis, Orellana consideró que existe un «fuerte rechazo» por el método.
«Las agrupaciones y asociaciones sociales no han tenido ni voz ni voto en este proceso y lo están llevando los mismos partidos políticos», asegura.
