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Crédito: Agencia Uno
El general director de Carabineros expuso ante la comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara Baja sobre el actuar y los procedimientos de la institución en las manifestaciones de las últimas semanas.
Tras participar este miércoles en la comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, este jueves el general director de Carabineros, Mario Rozas expuso ante la comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara Baja sobre el actuar y los procedimientos de la institución en las manifestaciones de las últimas semanas.
En la instancia, Rozas dijo que son conscientes y que hacen todo lo posible para tratar “de controlar y sobretodo recuperar la paz social”.
Sobre derechos humanos, Rozas señaló que la institución se ha preparado para marzo y se ha “capacitado a nuestros Carabineros principalmente en lo que es derechos humanos, lo que es entrenamiento y la aplicación, la incorporación de nuevas técnicas tácticas para el control del orden público”.
Ante los integrantes de la comisión volvió a hablar sobre el caso de Patricio Bao, el adulto mayor que fue golpeado en reiteradas ocasiones por un carabinero. Reiteró que Bao minutos antes había pateado al mismo uniformado, pero señaló que la detención «termina con una acción ilegítima».
“Esta detención que parte siendo ilegal, porque hay una agresión hacia un carabinero, termina con una acción ilegítima cuando el carabinero, cierto, excede el uso de la fuerza, y esos antecedentes, que está persona fue detenida, (fue) puesta a disposición del Ministerio Público, se hace una ampliación al parte”, explicó.
“Fue una acción legal la detención, indudablemente que después viene el apremio ilegítimo, y por eso hay que decir las cosas por su nombre, fue un apremio ilegítimo que tendrá que determinar el Ministerio Público”, añadió.
Rozas se refirió también a los hechos de violencia que han ocurrido tras el estallido social. Según sus palabras, jamás se habían enfrentado a este tipo de violencia ya que la mayoría de los uniformados son gente joven.
Ejemplificó con lo vivido el pasado domingo, en la marcha del 8-M. «En una marcha de mujeres, donde pretendemos, cierto, que era todo tranquilo, los insultos que recibieron nuestras carabineras eran realmente (…), no tengo como calificarlo”, reconoció.
Del mismo modo, señaló que “cuando uno habla con las carabineras, cierto, y les pregunta como se sintieron, (la respuesta es) ‘mal’ (…), porque somos seres humanos y el carabinero, como usted nos ve, somos gente sencilla”.
Debido a estos hechos, Rozas reconoció que le «encantaría no tener el rol de apolitico, de obediente, porque me gustaría decir muchas cosas más, (…) porque realmente cuando tratamos de combatir, o de controlar la violencia y vemos que algunas autoridades la propician, o la validan y reciben a ciertas personas, cierto, en lugares importantes de la República, eso llama la atención, y eso frustra”.
Agregó que se debe “separar aquí y ser muy claro. La manifestación de las personas, la manifestación pacífica, no tenemos ningún inconveniente, y ahí acompañamos, dialogamos y se hace una contención, ¿quién la hace, los carabineros territoriales, ¿dónde está el inconveniente? con los actos de delincuencia y con los actos de vandalismo”.
Respecto a casos emblemáticos, como Fabiola Campillai y Gustavo Gatica, y otros civiles que han resultado con perdida de vista en ambos ojos, explicando que “en el caso de la señora de la señora Campillai, de Gustavo Gatica, todos los antecedentes que hemos recopilado por iniciativa propia los hemos puesto en conocimiento del Ministerio Público”.
“El trabajo de modernización lo continuamos porque indudablemente a esta institución le hace falta una modernización, nos hace falta un control, y por eso estoy acá, para someterme, cierto, al control de las autoridades”, detalló
«Los niveles de violencia… también hemos sido víctimas de agresión, de amenazas, de bullyng. Nuestros hijos han sido afectados, el pecado, cierto, de ser hijo de un carabinero hoy es bastante grande”, finalizó.
