El médico explica que la gestión de la pandemia no puede ser medida solo por la cantidad de camas UCI o ventiladores mecánicos disponibles, la salud de los funcionarios de los servicios de urgencia, específicamente la salud mental, tiene que ser un asunto a considerar de manera responsable por el Ministerio de Salud. A su entender, con los servicios de urgencia colapsados en una buena parte de los hospitales públicos de la RM, los funcionarios están sufriendo un profundo estrés, que se ve reflejado, por ejemplo, en las sirenas de las ambulancias que han hecho sonar estos días funcionarios del hospital El Pino, en San Bernardo, en señal de protesta.