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Portugal se convirtió en el séptimo país del mundo en aprobar la despenalización de la eutanasia MUNDO Crédito: EFE

Portugal se convirtió en el séptimo país del mundo en aprobar la despenalización de la eutanasia

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En Chile, un proyecto de ley de eutanasia y cuidados paliativos ya fue aprobado en general por la Cámara de Diputados y se encuentra en la Comisión de Salud al haber sido objeto de indicaciones.


Portugal se convirtió hoy en el séptimo país del mundo en aprobar la despenalización de la eutanasia después de que el Parlamento diera luz verde a un proyecto de ley que debe ser sancionado ahora por el presidente, Marcelo Rebelo de Sousa.

El país se suma así a una lista en la que se encuentran ya España, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Canadá y Colombia. En Chile, un proyecto de ley de eutanasia y cuidados paliativos, que busca establecer una normativa para habilitar a una persona que, cumpliendo condiciones establecidas por ley, solicite asistencia médica para morir, ya fue aprobado en general en diciembre pasado por la Cámara de Diputados y se encuentra en la Comisión de Salud al haber sido objeto de indicaciones

La propuesta salió adelante en Portugal, tras un año de trámite parlamentario, con el apoyo de los grupos de izquierda, con el rechazo de la derecha,  y en medio de un tenso debate sobre la idoneidad del momento, cuando el país está azotado por una ola descontrolada de covid que hoy dejó 278 muertos.

La ley fue aprobada por 136 votos a favor, 78 en contra y 4 abstenciones, es una ley «totalmente plural, que respeta a quien escoge el día de su muerte con la ayuda de terceras personas».

Tanto socialistas como el Partido Social Demócrata (PSD), de centroderecha y principal fuerza de la oposición, dieron libertad de voto a sus diputados.

En el caso del PS, todos votaron a favor salvo 11 (9 en contra y dos abstenciones), mientras que en las filas del PSD, 56 rechazaron la medida, 2 se abstuvieron y 14 la apoyaron.

La norma establece que el solicitante de muerte asistida debe ser mayor de edad, sin problemas mentales y en situación de sufrimiento «duradero e insoportable».

Además de tener una enfermedad o lesión incurable, la decisión final será evaluada por un comité de expertos y solo podrá practicarse en el Sistema Nacional de Salud (SNS).

La iniciativa provocó una gran polémica en la sociedad portuguesa, que se vio reflejada hoy en la sesión parlamentaria.

Desde la derecha, Telmo Correia, diputado de CDS-PP, aseguró, parafraseando al papa Francisco, que supone «una derrota para todos», ya que «la respuesta no es abandonar a los que sufren».

Esta ley «es un error porque permite matar vidas que podían ser salvadas. Es una indignidad y va en contra de la Constitución de la República Portuguesa», concluyó Correia.

La reacción de la iglesia católica no se ha hecho esperar. Los obispos de Portugal expresaron su «tristeza e indignación» ante la despenalización de la eutanasia «en el momento de mayor gravedad de una pandemia mortífera, donde todos nos empeñamos en salvar el mayor número de vidas».

«No podemos aceptar que la muerte provocada sea la respuesta a la enfermedad y al sufrimiento», recoge un comunicado.

Ahora, la última palabra la tendrá el presidente Marcelo Rebelo de Sousa, que debe ratificarla para su entrada en vigor.

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