ELECCIONES 2021
Crédito: Aton
La líder de Revolución Democrática, Catalina Pérez, además apuntó a su par de Convergencia Social, Alondra Arellano, como la responsable de la posición que adoptó su tienda en medio de las negociaciones que terminaron sin el PS en la lista, liberando de toda responsabilidad a su candidato, Gabriel Boric.
La bullada jornada de negociaciones del miércoles pasado en la oposición, que terminó con la inscripción de primarias del bloque PC y FA y sin primarias del sector de la Unidad Constituyente, o lo que reste de ella; dejó a varios heridos en el camino.
Durante los últimos días, desde todos los partidos involucrados en la ingeniería electoral que se intentó dibujar en la maratónica jornada, y que concluyó para algunos siendo un fracaso y no tanto para otros, han salido a expiar culpas y otros a apuntar con el dedo.
La presidenta de RD, Catalina Pérez, es una de ellas y este viernes dejó en evidencia las diferencias de visión que tuvieron con sus pares de Convergencia Social a la hora de la toma de decisiones que finalizó con el PS fuera de la firma del pacto a las primarias.
La diputada, en entrevista con La Tercera, señaló que «para RD era más importante sumar al PS que excluir a la militancia del PPD de participar de una primaria».
«Me imagino que el PS querrá ser parte del gobierno que vamos a construir. El PS cometió un error al no sumarse a un proyecto de cambio y mantener sus lazos con sus viejos aliados», añadió.
Además, apuntó a su par de CS, Alondra Arellano, como la responsable de la posición que asumió su colectividad y que —según han acusado— vetó la posibilidad de que los socialistas arrastraran al PPD y Nuevo Trato en la negociación de listas parlamentarias.
De esta forma, indicó que «las diferencias que tengan al interior de CS tendrán que responderlas ellos. Gabriel no participó de la negociación. A quien le correspondía la responsabilidad era a la presidenta y tendrá ella que responder a estas diferencias».
Por su parte, en el mismo matutino, Arellano reafirmó su postura sentenciando que «cuando en realidad el PS intentó asegurar los cupos parlamentarios de la Concertación, era intentar mantener en el Congreso a personajes como Felipe Harboe o Edmundo Pérez Yoma, que se han enfrentado a los movimientos sociales. Entonces, después sería muy difícil ir a dialogar o construir con dirigencias mapuches o que luchan por el agua».
Desde el Partido Liberal, tienda escindida del FA, hoy parte de Nuevo Trato, que se plegó a la candidatura de Paula Narváez, las heridas permanecen abiertas con sus exsocios, a los que acusaron de buscar «cualquier excusa para dejarlos fuera».
El presidente de la colectividad, Vlado Mirosevic, sostuvo al medio que los frenteamplistas «no están pensando en ganarle a la derecha ni que el país conduzca este proceso posestallido social». A su juicio, la estrategia del FA «es tan nociva que puede allanar el camino para que gane la derecha».
Mirosevic aseguró que «por eso es tan irresponsable la posición del PC y del Frente Amplio». Y recordó que «aún quedan varios meses para la elección y si uno reúne a todos los partidos de centroizquierda, más los independientes de centroizquierda, va a venir un voto que va a preguntarse ‘¿cuál es la alternativa para que no gane la derecha?’. No es Jadue, es la centroizquierda. Entonces este espacio sigue teniendo las mayores posibilidades de reemplazar al actual gobierno».
Por ahora en el sector de la centroizquierda se analiza realizar primarias convencionales, es decir, por cuenta propia, pero aún no existe nada resuelto, sumidos todavía en la resaca de la oscura noche de inscripciones, que dejó en ascuas al denominado pacto de Unidad Constituyente.
