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Vaquita marina: la casi extinta especie acuática (y cómo los “carteles del mar” incidieron en ello)

Vaquita marina: la casi extinta especie acuática (y cómo los “carteles del mar” incidieron en ello)

En el mar de Cortés habitan, entre otras especies, la totoaba y la vaquita marina. La primera es más cara que el oro y se caza furtivamente para luego traficarla al mercado asiático, donde su vejiga natatoria es altamente codiciada. El problema es que su pesca indiscriminada afecta incidentalmente, y de sobremanera, a la segunda, cuya población alcanza con dificultad los 19 ejemplares en todo el mundo.


La vaquita marina, una de las seis especies de marsopa, solo habita en el extremo norte del mar de Cortés. Es tímida, de hecho fue recién descubierta en 1950. Pero ni su naturaleza esquiva ni la poca visibilidad de su hábitat -debido a sedimentos y aguas lodosas- han podido impedir a que se convierta en una de las especies acuáticas más amenazadas del mundo. Según registros recientes, solo quedan 19 ejemplares del animal.

El documental S.O.S: Mar de Sombras ahonda en los peligros que acechan a esta especie y en las agrupaciones que intentan salvarla de la desaparición. La producción fue premiada en la “Audience Award” del festival de Sundance y aúna a científicos, conservacionistas, periodistas e incluso al actor Leonardo DiCaprio en la defensa de la vaquita marina.

El thriller ambiental, que se estrenó en National Geographic el 1 de diciembre a las 22:00 horas, investiga los entresijos de carteles del narcotráfico mexicano y la caza furtiva que convergen en el mar de Cortés. Y es que allí habita -además de la marsopa- la totoaba, un pez que se trafica ilegalmente debido a su alta apreciación en el mercado de Asia. De hecho, vale más que el oro.

Totoaba: lujo asiático

La masiva pesca de la totoaba afecta incidentalmente, y de sobremanera, a la vaquita marina.

Pero rebobinemos ¿Por qué la totoaba despierta tanto interés en el mercado asiático? El pez es principalmente codiciado en China porque se cree que su vejiga natatoria tiene propiedades curativas. El órgano también es usado para elaborar una sopa que se sirve fastuosos banquetes. Básicamente, entrega estatus.

“Ahora en el mercado negro una vejiga natatoria de 1.50 m puede alcanzar hasta USD$ 10.000 y eso es lo que ha incentivado a que se incremente el crimen en la región”, menciona a El Mostrador el biólogo y explorador de National Geographic, Octavio Aburto.

El experto agrega que en operativos durante el año pasado se llegaron a decomisar hasta 1000 vejigas natatorias.

Como aumenta la demanda, aumenta la pesca. Acá es donde sale afectada la vaquita marina. Resulta que las redes que atrapan a la totoaba -y al camarón- pescan de forma incidental a la marsopa.

“Esta nueva administración presidencial tiene el gran reto de balancear por un lado que la vaquita no se extinga, que la totoaba no siga siendo comercializada ilegalmente, pero al mismo tiempo dar alternativas e incrementar el bienestar social de las comunidades que viven allí pues vamos a seguir teniendo este círculo vicioso, donde el crimen organizado recluta a las mismas comunidades para que se siga generando un caos”, explica Aburto.

La población de ambas especies se ha visto reducidas notoriamente. En México se tiene catalogada a la totoaba como una especie en peligro de extinción. “Por eso no puede ser capturada y pues se sigue trabajando para poder repoblar sus poblaciones”, dice el explorador de Natgeo. Pero añade que “Se han invertido muy pocos esfuerzos en investigar más sobre ella y así poder ayudar a su repoblación”.

La vaquita marina, por otro lado, ha tenido incluso un peor destino que la totoaba. Se han realizado tres grandes relevamientos visuales para evaluar la población de estas marsopas. A través de una comparación con datos acústicos sobre las tendencias poblaciones del pez, se llegaron a cifras desalentadores. En 1997, se calculó que quedaban 567 individuos. En 2008, quedaban solo 245, y en 2015, la población estimada bajó a menos de 60. Actualmente se estima que existen menos de 19 ejemplares.

Resguardo estatal

Para resguardar a la vaquita marina el gobierno mexicano implementó una veda total en la zona de mayor distribución de la marsopa. Desde el 2015 el Estado entrega una compensación económica mensual a los pescadores afectados por la veda. “Solamente las actividades ilegales de la totoaba son las que han estado sucediendo”, expone el biólogo.

“La semana pasada unos investigadores mexicanos y de Estados Unidos hicieron un censo de vaquitas marinas y vieron varios individuos, muchos más de los que se habían visto recientemente, incluso a hembras con crías”, indica Aburto.

Sin embargo, el Alto Golfo de California, hábitat de la marsopa, podría volver a ser zona de pesca. La actual administración del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador así lo estimó conveniente, pero contemplando ciertas restricciones.

La estrategia sería dividir el área de refugio del casi extinto animal en tres zonas. La primera sería de tolerancia cero (no se permitiría la navegación de embarcaciones), en la segunda solo se podría hacer técnicas de extracción con buceos, además de prácticas sustentables; la tercera admitiría la pesca tradicional.

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