Jóvenes
Según revela un estudio, jóvenes entre 18 a 24 años, conocidos como Generación Z son los más afectados profesionalmente por el impacto económico del Covid-19. Un hecho que, no obstante, ha hecho que esta generación muestre una resistencia para asegurar el futuro de su profesión.
A raíz del Covid-19 miles de empleos tuvieron que ser abandonados por sus trabajadores, sin embargo, nuevos profesionales se suman a la incorporación laboral, es decir, personas jóvenes de entre 22 a 25 años. Una generación que, por la situación actual, se ve mayormente afectada.
Un estudio realizado a 32.000 personas en 17 países, por ADP® Research Institute,People at Work 2021: A Global Workforce View, reveló que de cada cinco jóvenes de 18 a 24 años (78%), afirmaron que su vida profesional se había visto afectada, frente al 64% de los trabajadores de todas las edades que afirmaron lo mismo en su conjunto.
El estudio demostró que el 39% de los encuestados declaró haber perdido su empleo, haber sido despedidos o haber sufrido un despido temporal por parte de su empresa, comparado con el 28% de los trabajadores de todas las edades dijeron lo mismo.
De acuerdo con Luiz Bernabé, gerente general de ADP en Chile, Argentina y Perú, explica que cuatro de cada cinco jóvenes (78%) han visto afectada su vida profesional y dos de cada cinco (39%) afirma haber perdido su trabajo o haber sufrido suspensión laboral. En Chile, ese número es de 37%.
“La Generación Z está ingresando a la fuerza de trabajo, en un contexto en el que la educación y las perspectivas se han visto afectadas, pero también en el que existen nuevas ideas y perspectivas que podrían cambiar el futuro laboral. La pandemia ha provocado que el 85% de esta generación hiciera cambios o planificara cambios en sus esquemas de vida, en donde el 15% de estos está intentando activamente ingresar a una nueva industria que considera más apta para el futuro”, sostiene Bernábé.
Según Camila Espinosa, psicóloga laboral de Gudcompany y directora de Personas y Consultora Senior, señala que, de acuerdo con otras de las problemáticas que se dan frente a esta situación, es que en distintos mercados, los jóvenes tendrán más o menos dificultades para emplearse.
“También, la dificultad va a variar por industria. Por ejemplo, en la industria Tech, donde la demanda de talentos es alta, y las nuevas generaciones cuentan con competencias que no se encuentran tan fácilmente en otros segmentos de trabajadores, el impacto en la empleabilidad probablemente ha sido menor”, agrega.
Luiz Bernabé explica que, dentro de las áreas que más se vieron afectadas para los jóvenes chilenos en sus búsquedas laborales fueron el área del turismo y la gastronomía, “Con el confinamiento y los aforos reducidos, se ha hecho difícil y hasta casi imposible, lograr desarrollar esta actividad y sus respectivas prácticas. Mientras que aquellas carreras que sin duda se han visto fortalecidas en esta pandemia, han sido aquellas relacionadas con el área TI y la digitalización”, menciona.
Bernabé explica que la Generación Z también es la que ha tenido que ser más ágil para adaptarse a esta recesión, por lo que el 36% de estos ha debido cambiar su rol o ha asumido uno nuevo. “A pesar de los desafíos del Covid-19, para algunos esta ha sido la oportunidad de desarrollar nuevas competencias o nuevas trayectorias profesionales que le producen satisfacción o en donde puedan desarrollar su potencial”.
Otros de los factores a los que apunta la psicóloga laboral frente a este hecho, es que también las empresas han disminuido sus equipos como medida para reducir costos y resistir el impacto económico de la pandemia. “De esta forma, muchas veces los primeros cargos que sufren al momento de hacer desvinculaciones son las posiciones menos estratégicas, y a la vez hay menos oferta laboral para quienes están buscando trabajo por primera vez”, explica Camila Espinosa.
Por último, la experta relata que “La generación Z es una generación que tiene una forma de aproximarse al trabajo distinta, expectativas con respecto a las organizaciones, y valores que los movilizan que son muy distintos a lo que pueden ofrecer la mayorías empresas o instituciones. Hay claramente una brecha, y esto puede estar haciendo difícil el proceso de incorporación, adaptación y especialmente de estabilidad laboral en este segmento”, expresa la experta.
