Sobre la Reforma Tributaria, el presidente de Icare dice que al empresariado le preocupa que se hizo sin un análisis técnico lo suficientemente profundo y acabado.
Vino a la entrevista con dos sombreros, el de Presidente de Icare y el de Director Ejecutivo de IM Trust-Credicorp Capital, y dispuesto a hablar de todo.
Hablamos de Guillermo Tagle, empresario emblemático del mercado de capitales.
Este Ingeniero Comercial de la Universidad Católica de Chile y MBA de la University of California, UCLA, tiene la responsabilidad de liderar a la agrupación empresarial más influyente de Chile justo en momentos en que el empresario está fuertemente cuestionado, el modelo que defienden amenazado y confundido acerca de cómo enfrentar el nuevo escenario político y social del país.
Tagle dice que no hay duda de que estamos frente a un cambio relevante de la sociedad y admite que «hay que aprender a vivir con una sociedad que hoy día reconoce mucho más fuerte sus derechos».
En una larga entrevista en La Mesa de El Mostrador TV, el Presidente de Icare señala que «las empresas han tenido que ir adaptando sus políticas y su manera de actuar en función de lo que han visto que es la reacción masiva que tiene el mercado a cualquier cosa que pasa en el mundo empresarial».
En un seminario, hace tres semanas, el presidente de Icare les manifestó a los empresarios presentes que «estamos frente a una nueva sociedad, a un nuevo Chile. Un nuevo orden económico para el país».
En su entrevista con La Mesa ahondó en el tema: «Las empresas han tenido que ir adaptando sus políticas y su manera de actuar en función de lo que han visto que es la reacción masiva que tiene el mercado a cualquier cosa que pasa en el mundo empresarial. Las empresas hace muchos años que tienen políticas de buen tratamiento al medio ambiente, de responsabilidad social, etc., pero la combinación de lo que pasa con el mercado, los medios masivos y la forma como la gente se comunica hoy día y la tolerancia que la gente tiene a que algo no salga exactamente como se le prometió o como se le ofreció, plantea para la empresa un desafío nuevo donde el riego de falla es infinitamente mayor».
Agrega que «la mayor parte de la sociedad construye su vida en torno a empresas, porque trabajas en empresas, vives de empresas, porque cuando tienes que resolver algo acudes a una empresa, tus ahorros los pones en una empresa, cuando estás enfermo vas a una empresa, entonces es una situación media rara, esto de que la comunidad esté en pugna y la empresa empieza a tener su mayor problema, más que con los trabajadores, que era el problema clásico de la historia, hoy día es la empresa y la comunidad; para muchas empresas sus problemas más graves están con sus consumidores, que los que tienen con sus trabajadores.
Tagle admite que a los empresarios les ha costado adaptarse a la demanda de más transparencia, en parte por temor a hacerlo mal. «Hay una combinación de cómo tú te vas a adaptando a esta mayor transparencia y apertura e involucramiento de los medios en lo que tú estás haciendo. Si bien ha habido un incremento notable de la información, por razones de tecnología y de facilidad, también ha habido un incremento notable del temor de hacerlo mal; cuando tú llegas a decir algo que no es exactamente lo correcto, te enfrentas a un bullying masivo que nadie lo quiere tener».
Pero, al mismo tiempo, señala que la sociedad tiene que reconocerles a las empresas los grandes avances que han hecho para mejorar la vidas de los chilenos. «De repente a uno le toca ir a otros países latinoamericanos y ve empresas que tienen una cola de una cuadra hacia afuera, me ha tocado ver sucursales de banco de repente, y lo hice hace poco tiempo en un país mucho menos desarrollado que Chile, y le pregunté a la gente: ‘No, es que yo vengo a pagar una cuenta’, ‘yo vengo a cobrar un cheque’. ¿Tú te imaginas en Santiago que una institución financiera tuviera una cola de una vuelta? En Chile eso sería inaceptable».
Tagle dice que ante una sociedad más empoderada y con más derechos, hay que construir nuevos lazos, «y el mayor desafío que nos hemos planteado en este periodo –para Icare en particular– es reconciliar a la empresa con la sociedad. Y con la comunidad».
El seminario de Icare sobre la Reforma Tributaria de hace tres semanas tuvo una alta convocatoria. El ambiente estaba particularmente crispado por el video que La Moneda había lanzado esa semana para recoger apoyo para su proyecto de ley.
Desde el mundo empresarial lo criticaron con fuerza y el mismo Tagle hizo referencia al material cuando pidió que, por favor, no se se tildara de «los poderosos de siempre» si alguno de los expositores se mostraba contrario a algún punto de la reforma.
La semana pasada, el economista Oscar Landerretche dijo que hay mucho «alharaqueo» por parte del empresariado acerca del proyecto del gobierno y añadió que a la elite le ha costado entender este nuevo Chile. Recordó que la Reforma Tributaria en gran parte fue anunciada durante la campaña, y lo que pasó es que no lo creyeron.
Tagle admite que «efectivamente es cierto que cuando se anunció el plan de gobierno de la Nueva Mayoría venía incorporado un aumento de la carga tributaria, el 3% del PIB era parte de lo que se tenía contemplado, de que el uso estaba destinado a hacer la reforma a la educación, por lo tanto, yo diría que en las grandes líneas no debería haber sido sorpresa».
Pero dijo que lo que sí sorprendió es la forma en que se propuso y que se hiciera sin un análisis técnico lo suficientemente profundo y acabado.
«Digamos que Chile no es el país que haya tenido la carga tributaria más pesada, tampoco un país que tenga un esquema muy específico», admite Tagle, pero tiene que haber un espacio para discutir modelos distintos de impuestos. «Yo creo que hay alternativas», sentencia.
¿Va a tener tanto impacto en la inversión en la bolsa, en la economía chilena? O, como dicen muchos economistas, ¿esta desaceleración es parte de una cosa cíclica?
-Desde el punto de vista del mercado de capitales, nosotros creemos que esta reforma, como está planteada, probablemente no es en el mercado de capitales donde está el mayor potencial de conflicto, porque el incremento de impuesto a las empresas está incorporado desde ya en los precios. Y del punto de vista económico, puede haber una desaceleración de la actividad. O sea, ya la estamos viendo. Aquí el punto más crítico es ver si el potencial de crecimiento se ve o no alterado.
Chile es más menos un país que tiene asumido un crecimiento potencial de largo plazo, que tú tomas tu modelo y lo expones al infinito, entre un 4.8 y 5%. Si, producto de una reforma mal hecha, bajáramos digamos a 3.5 o 4, entonces ahí tenemos un problema grande. Parte de nuestro análisis es que cada medio punto, como lo ha analizado nuestro departamento de estudios, cada medio punto de baja en el crecimiento potencial, debiera golpear un 10% en el valor de los activos. Por lo tanto, bajar de 5% a 4.5% te justifica una devaluación de la bolsa de más o menos un 10%.
Para ver la entrevista completa, haga clic acá a partir de las 10:00 a. m., o en El Mostrador TV entre a La Mesa.
