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Sindicatos de supervisores se sienten marginados por Codelco y así se lo hicieron ver a Nelson Pizarro

Sindicatos de supervisores se sienten marginados por Codelco y así se lo hicieron ver a Nelson Pizarro

El presidente ejecutivo de la minera estatal ya se había reunido con los dirigentes de la FTC, ahora les tocó el turno a los profesionales. Allí se encontró con un discurso que reivindica la sindicalización de estos estamentos y que pide participación en la solución técnica de los problemas.


No hubo ninguna declaración pública. No hubo grandes compromisos. Sólo fue la primera reunión del presidente ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro, con los sindicatos de supervisores de la estatal, reunidos en la Fesuc. El lugar: la sede sindical, ubicada en la misma calle Huérfanos a pocos metros del edificio corporativo, a las 10:30 de la mañana del jueves pasado.

Organizados desde 1993, la sindicalización de los supervisores en Codelco no cayó bien a los mandos altos de la empresa. Hoy tienen 9 sindicatos base, siendo Ministro Hales el último en constituirse, luego de tres intentos fallidos.

Lo que comenzó como un movimiento propio de Codelco, a partir de 2013 ha ido cobrando fuerza también en las empresas privadas. En los últimos dos años se han organizado en El Peñón, AngloAmerican, Escondida, Caserones y Collahuasi, entre otros, y hay quienes apuestan a que los profesionales del sector privado están en vías de formar su propia federación.

Nelson Pizarro ya se había reunido con la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC) el 11 de septiembre pasado, encuentro del cual emergió una declaración conjunta, donde las partes se comprometieron a tratar de reinstalar una suerte de alianza estratégica adecuada a los nuevos tiempos. La FTC –que reúne a los trabajadores Rol B de Codelco– es liderada por Raimundo Espinoza, quien también los representa en el directorio de la Corporación.

Ahora les tocó el turno a los profesionales que ocupan mandos medios: supervisores, cuadros técnicos, ingenieros, especialistas en procesos y algunos administrativos, entre otros, donde predominan los ingenieros. Son alrededor de 2.500 profesionales, que tienen un representante en el directorio de Codelco, Augusto González.

La federación de supervisores es presidida por Ricardo Calderón, quien es sicólogo de profesión y jefe de proyectos de Desarrollo, área de recursos humanos, de Chuquicamata. Si bien es militante comunista, éste parece ser más un dato de la causa que un eje central de su liderazgo, ya que en la federación hay diversas sensibilidades políticas.

La importancia de Pesce

Durante la semana pasada, Nelson Pizarro designó a los gerentes generales de las divisiones operativas. La intervención más fuerte se produjo en el Norte, donde hay conciencia de que los problemas productivos son mayores. Sobre este tema, el presidente ejecutivo se habría explayado largamente y parte de la solución espera encontrarla en la única vicepresidencia a nivel corporativo que se dio a conocer: la de Gestión de Recursos Mineros y Desarrollo, a cargo de José Pesce.

Esta vicepresidencia, que hasta el arribo de Pizarro se llamada de Desarrollo de Negocios, deberá explorar nuevos recursos geológicos para ir asegurando la viabilidad de la empresa, una tarea a la que hasta ahora no se le habría dado el dinero ni la importancia suficiente. Pero, junto con eso, deberá ir adecuando las planificaciones de producción a las realidades que los respectivos yacimientos se van encontrando en la medida que explotan el mineral.

Un tema que escapa a la mirada del público en general, pero que ha sido un dolor de cabeza para las divisiones. Por ejemplo, en el caso de Radomiro Tomic, los mineros hablan de que se “perdió el cobre”. De manera más elegante, los informes señalan que esta mina “está transitando desde un yacimiento de óxidos a un cuerpo mineralizado sulfurado que exige gestionar adecuadamente un plan minero que dé cuenta” de este cambio. En simple, lo que sucede es que los supuestos iniciales deben ser corregidos y para ello se requiere recoger constantemente nueva información sobre la distribución mineralógica para poder llevar a cabo la explotación.

Pesce asume su nuevo cargo este lunes 6. Es ingeniero civil de minas de la Universidad de Chile, con más de 30 años de experiencia profesional y se ha desempeñado en distintos puestos de operaciones en Salvador y Pelambres. La lectura de su currículo indica que, de una u otra manera, ha estado involucrado en los estudios de los proyectos estructurales más relevantes, ya que a través de Metálica Consultores participó en la planificación minera de Nuevo Nivel Mina El Teniente, Chuquicamata Subterráneo y el plan de expansión Andina.

Todo hace presagiar que su llegada provocará cambios en el organigrama aguas abajo, empezando por la gerencia de Desarrollo del Norte.

Otro tema que quedó pendiente la semana pasada fue la gerencia general de la Minera Gabriela Mistral. Se cayó el principal postulante, Francisco Balsebre, un hombre no muy querido por los trabajadores. Hasta ahora esta división ha tenido dificultades para cumplir con su producción debido a problemas con los equipos, aparentemente la tercerización de esta área ha traído más complicaciones que soluciones. Pizarro se habría mostrado abierto a la idea de revisar ciertas tareas y que vuelvan a ser controladas por Codelco.

En Ministro Hales, en tanto, Pizarro está consciente de que el problema es el alto contenido de arsénico que tiene el material, lo que lo hace inviable comercialmente. Por eso, nombró a Carlos Caballero a cargo de esa división, quien deberá encargarse de entregarle a la Fundición de Chuquicamata la producción en buenas condiciones y eso pasa por un buen manejo de la planta tostadora.

Un punto que será álgido en los próximos meses es la revisión de los proyectos estructurales para los cuales ya hay aprobados US$ 4.000 millones de capitalización a través de un proyecto de ley que contó con el voto favorable de la Cámara de Diputados y ahora debe ser tramitado por el Senado. No sólo hay que chequear su estado de avance, sino también la capacidad de entregar las producciones que se estimaron.

En algunos días más, Nelson Pizarro se reunirá con los trabajadores de Chuquicamata que están empeñados en viabilizar el proyecto Quetena. Sin embargo, las noticias no serían buenas para los sindicatos y así lo ha dado a entender el ejecutivo.

En el encuentro con la Fesuc, Pizarro también reconoció que un avance importante durante estos años ha sido la contención de costos y las mejoras en seguridad.

Quienes conocieron al nuevo presidente ejecutivo en su anterior gestión en Codelco y lo oyeron ese jueves, les llamó la atención la relevancia que dio en su presentación a la relación con las comunidades y al cuidado del medio ambiente. “Hay otro paradigma para hacer minería”, habría dicho, lo que fue interpretado como la lección que le dejó su paso por Caserones.

Participar en las soluciones

A nombre de los cerca de 18 dirigentes que se hallaban presentes, habló Ricardo Calderón, quien le señaló que el Rol A estaba a disposición de Codelco para enfrentar los desafíos. Le recordó que en 2004, cuando Pizarro estaba a cargo de Chuquicamata, los supervisores se fueron a huelga, pero finalmente llegaron a acuerdo.

Sin embargo, también le hizo ver que las relaciones con los profesionales están dañadas. A su juicio, la administración nunca ha querido que los supervisores se sindicalicen y prueba de ello fue lo difícil que les resultó formar los sindicatos en la vicepresidencia de Proyectos y en Radomiro Tomic, donde se habrían dado prácticas antisindicales. Desde esta perspectiva, le planteó la necesidad de que los profesionales pudieran estar sindicalizados y, al mismo tiempo, pudieran tener un desarrollo de carrera dentro de la empresa.

También Calderón enfatizó la necesidad de ser parte de la solución de los problemas. Señaló que la gente quiere participar en sus lugares de trabajo, ser partícipe del crecimiento de Codelco y dar una opinión técnica.

Algo muy parecido a lo que también ha planteado el director Augusto González, quien en la revista de la Fesuc dijo que la administración anterior “perdió una gran oportunidad de integrarnos, porque nosotros somos los entes encargados de realizar los cambios y tenemos relación directa con el tema operativo”.

La reunión terminó pasadas las 13:00 horas. Todos los que estaban en esa sala ya sabían que es difícil alcanzar la producción comprometida (1,7 millones de toneladas anuales de cobre fino) en los próximos cinco años y, al mismo tiempo, que las operaciones convivan con la construcción de los nuevos proyectos. Junto con reafirmarles la magnitud del desafío que enfrentan, el discurso de Pizarro fortaleció la imagen de un ejecutivo que sabe de lo que habla. En tanto, los dirigentes se quedaron con la impresión de que el mensaje de los supervisores a la administración había sido bien comprendido, el tema es cómo se traduce en la práctica diaria.

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