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Sensibilidades políticas griegas y exigencias de socios bloquean el acuerdo

Sensibilidades políticas griegas y exigencias de socios bloquean el acuerdo


Grecia y sus acreedores tienen la voluntad y la necesidad de llegar a un acuerdo, pero las dos partes no lograron tampoco hoy superar aspectos que son muy sensibles políticamente para Atenas y exigencias imprescindibles para los socios de la eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las instituciones, formadas por la Comisión Europea (CE), el FMI y el Banco Central Europeo (BCE), han presentado al Gobierno de Alexis Tsipras y a los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona un documento actualizado en las que incluyen algunas propuestas que Atenas rechaza.

El Gobierno griego ha hecho una contrapropuesta que llegó a manos del Eurogrupo solo media hora antes del inicio de su reunión extraordinaria que, por lo tanto, no ha podido ser evaluada.

El Eurogrupo volverá a reunirse este sábado, el quinto encuentro en apenas diez días que dedica a Grecia.

Tal es el estancamiento de las negociaciones que el ambiente no es nada positivo entre Tsipras y las instituciones, ni tampoco en el Eurogrupo, indicaron fuentes comunitarias.

Las instituciones consideraron que su propuesta actualizada podía ser «una buena base para un acuerdo», pero Atenas no lo veía suficiente.

Este documento, que refleja «lo máximo que han podido acercarse» la CE, el BCE y el FMI a la postura griega, según fuentes de la eurozona, sigue incluyendo elementos que Grecia no ve factible poder aprobar en casa.

En el Eurogrupo, Alemania y otros países consideraron que la propuesta de las instituciones ha ido incluso muy lejos.

El documento de compromiso preparado por las tres instituciones recoge básicamente las propuestas formuladas por el FMI con algunas concesiones a Grecia, pues en relación al IVA cede en cuanto a la clasificación de los alimentos de primera necesidad, que se mantendrán en el 13 %.

En cuanto a las pensiones, otro de los asuntos más controvertidos y sensibles, todos están de acuerdo en un modelo de alza paulatina de la edad real de retiro, tomando 2022 como horizonte.

Sin embargo, mientras Grecia proponía elevar la edad después del 1 de enero de 2016, las instituciones exigen que se comience a partir de julio, sin tener en cuenta posibles derechos adquiridos.

El Gobierno griego proponía además una sustitución gradual de las ayudas sociales a los pensionistas con ingresos bajos por otro modelo a partir de diciembre de 2017 y el modelo de compromiso propone su desaparición para 2019, pero comenzando de inmediato.

En el plano fiscal los socios no aceptan la introducción de un impuesto especial del 12 % a los beneficios empresariales superiores al medio millón de euros, pero sí ceden sobre una tasa del 30 % sobre los juegos de azar en internet que quería eliminar el FMI.

Pese al intento de acercar posturas, el Gobierno heleno ha rechazado este documento porque incluía medidas que considera inaceptables en materias como el mercado laboral, las pensiones o la petición de elevar el IVA de los restaurantes, caterings y hoteles hasta el 23 % a partir del 1 de julio, explicaron a Efe fuentes del Gobierno heleno.

Las instituciones consideran por otro lado que Grecia ha barajado una lista que no es creíble, de acuerdo con las fuentes comunitarias.

Tsipras afirmó en la cumbre europea ordinaria de líderes, donde quiere volver a abordar las negociaciones, que éstas «siempre están llenas de desacuerdos y al final acaban en compromiso».

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo tener «una corazonada» y esperó que, «al contrario que en las tragedias de Sófocles, esta historia griega tenga un final feliz», mientras que el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, ha asegurado que trabaja «cada segundo» para evitar que el proyecto europeo se rompa.

La canciller alemana, Angela Merkel, fue la más pesimista al afirmar que «no se han hecho los progresos suficientes y en algunos aspectos tengo la impresión de que se ha retrocedido algo».

Para el presidente de Francia, François Hollande, «el acuerdo es posible, es necesario, pero hay todavía diferencias», al tiempo que subrayó que se está «en el ultimo minuto» y que «Grecia no tiene más tiempo. Hay que saber terminar una negociación».

El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, afirmó que la «puerta sigue abierta» para Grecia si presenta nuevas propuestas o acepta las que están sobre la mesa.

La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, dijo que se quiere «realmente mostrar flexibilidad y se quería ser lo más favorable posible al crecimiento», en referencia a su opinión de que el plan griego perjudica más la economía.

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