El enfrentamiento es el capítulo más reciente de la saga de quien fuera el hombre más rico de Brasil, un favorito entre los inversores devenido en paria, que vendió acciones en seis compañías en el lapso de seis años y perdió más de US$30.000 millones aún más rápido cuando se derrumbó su imperio de energía y productos primarios.
En el océano Atlántico, a unos 210 kilómetros de la costa de Brasil, un barco petrolero del largo del edificio Chrysler de Nueva York se encuentra en medio de una creciente guerra legal.
La batalla enfrenta a la compañía productora de crudo que fundó Eike Batista, el ex multimillonario más famoso de Brasil, contra tenedores de bonos que le prestaron US$500 millones a otra de sus empresas.
Esa compañía –el astillero de Batista, OSX Brasil SA- perdió los derechos sobre el barco como consecuencia de un impago de bonos en marzo luego de declararse en quiebra en 2013. El impago no le ha impedido a la compañía petrolera, conocida como OGpar, seguir extrayendo petróleo sin cargo. OGpar les dice a los tenedores de bonos que ahora son propietarios de la torre: si la quieren, vengan a buscarla.
El enfrentamiento es el capítulo más reciente de la saga de quien fuera el hombre más rico de Brasil, un favorito entre los inversores devenido en paria, que vendió acciones en seis compañías en el lapso de seis años y perdió más de US$30.000 millones aún más rápido cuando se derrumbó su imperio de energía y productos primarios. Constituye también una advertencia para los acreedores brasileños, cuyos reclamos pueden verse obstaculizados durante años y hasta décadas en el laberíntico sistema legal del país.
“Esa es la carta que juega OGpar, y explica por qué no paga la tarifa diaria por el uso del barco”, dijo Leonardo Theon de Moraes, un especialista en quiebras de la firma legal de Sao Paulo Theon de Moraes Demasi Sociedade de Advogados, que no interviene en el caso. “A menos que los acreedores envíen piratas argelinos a tomar el barco, los costos de ejecutar la garantía son muy altos. OGpar trata de ganar tiempo”.
Cuentas vencidas
Eso inmoviliza a los tenedores de bonos: podrían tratar de confiscar el barco, pero sólo si lo aprueban una corte y el gobierno. Por otra parte, la caída de los precios del crudo significa que, de todos modos, el barco no vale lo que se les debe. Podrían dejarle la torre a OGpar mientras esperan que los precios de los activos se recuperen, pero la productora petrolera se niega a pagar alquileres de hasta US$265.000 diarios.
Los tenedores de bonos de OSX –entre ellos Redwood Capital Management LLC, DW Partners LP y Rimrock Capital Management LLC- piden a una corte brasileña que obligue a OGpar a pagar US$70 millones de cuentas vencidas por la producción flotante del OSX-3, su almacenamiento y descarga-, según Thomas Felsberg, un abogado de Nordic Trustee AS, que representa a los acreedores.
“Lo que quieren los inversores es cobrar lo que se les debe”, dijo Felsberg por teléfono desde Sao Paulo. “La corte tiene que tomar la decisión de poner fin a este absurdo de que extraigan petróleo todo el día con equipamiento caro y no paguen nada”.
El máximo responsable ejecutivo de OGpar, Paulo Narcelio, dijo que pagar los US$70 millones podría obligar a la compañía de Río de Janeiro a cerrar sus puertas y liquidar. OGpar opera en el marco de protección por quiebra desde 2013.
El representante de prensa de Batista no contestó un correo electrónico en el cual se le solicitaban declaraciones.
