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Caso Inverlink: BBVA Corredora de Bolsa podría llegar a pagar unos US$ 60 millones tras fallo de la Corte Suprema

Caso Inverlink: BBVA Corredora de Bolsa podría llegar a pagar unos US$ 60 millones tras fallo de la Corte Suprema

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El dictamen del máximo tribunal valida la tesis de que las corredoras son responsables de los perjuicios o daños que causen sus empleados. La Corte tuvo palabras duras contra «la plana superior» del banco, e hizo hincapié que tres directores –Manuel Olivares, actual gerente general, Rodrigo Muñoz y Germán del Solar– declararon que no recordaban que el tema de Inverlink se hubiera analizado en junta ordinaria o extraordinaria de BBVA.


Lo veían venir, pero el golpe es duro para BBVA Corredores de Bolsa. Tras doce años de disputas legales y de miles de horas invertidas en abogados, la Segunda Sala de la Corte Suprema falló a favor de Corfo y en contra de esta filial del banco de capitales españoles y del grupo Said.

Con ello quedó claro que la “teoría del jarrón” del entonces Presidente Ricardo Lagos demoró su tiempo en transformarse en realidad, pero terminó por hacerlo en parte. Pocos se acuerdan de ese verano de 2003 cuando comenzó una corrida contra Inverlink Corredora de Bolsa y Fondos Mutuos Inverlink Qualitas. Se había descubierto que la secretaria del presidente del Banco Central le pasaba información confidencial a un ejecutivo del grupo, Enzo Bertinelli, hecho que provocó que la confianza del mercado sobre la capacidad de pago de Inverlink se esfumara, lo que llevó a los ejecutivos a robar depósitos bancarios de Corfo, quedando al poco andar gran parte del escándalo al descubierto.

Este martes 11, la Corte Suprema confirmó el fallo de diciembre de la Corte de Apelaciones de Santiago que condenó solidariamente al fundador de Inverlink, Eduardo Monasterio Lara (quien falleció durante la tramitación de la causa), Luis Hernández Palma, Eduardo Tapia Donoso, Lawrence Fernando Fletcher Vera, Javier Moya Cucurella, Juan Pablo Prieto Viviani, Frank Williams Leighton Castellón y a BBVA Corredores de Bolsa Limitada, como tercero civilmente responsable, por los hechos de sus dependientes Juan Pablo Prieto Viviani y Frank Williams Leighton Castellón, a pagar a Corfo cerca de $ 26.462 millones (US$ 40 millones). Monto que luego de reajustes, intereses por mora y las costas de la causa, podría llegar a unos US$ 60 millones.

Anticipándose a un dictamen adverso, los socios de la corredora BBVA acordaron en diciembre un aumento de capital por $30 mil millones con el objeto de constituir provisiones para hacer frente a la sentencia judicial.

“Esta sentencia es un rotundo éxito para Corfo en contra de su más enconado rival en el caso Inverlink”, señaló Andrés Jana refiriéndose a BBVA. Este abogado y Josefina Escobar, del estudio Mir Alvarez Jana, llevaron la parte civil en representación de la Corporación. En tanto que la defensa penal la asumieron Daniel Martorell, Alfredo Etcheberry e Ignacio Vargas, en coordinación con la fiscalía de Corfo.

Scotiabank negoció, BBVA no

El caso Inverlink tuvo como principal víctima a Corfo, la que vio desaparecer cerca de $84 mil millones por la sustracción sistemática de papeles que sumaron alrededor de $54 mil millones y por operaciones triangulares a través de corredoras de entidades bancarias que ascendieron a casi $29 mil millones.

Las dos corredoras que se vieron involucradas en las triangulaciones pertenecían al Scotiabank y al BBVA. Ambos grupos reaccionaron ante el escándalo financiero de manera muy distinta. Mientras Scotia Corredora de Bolsa –de capitales canadienses– llegó a un acuerdo con Corfo y reparó al organismo estatal la suma total del perjuicio causado ($2.986 millones), el BBVA Corredora de Bolsa que estaba implicado en 11 operaciones que le habían ocasionado un daño a la Corporación de $26.462 millones llegó hasta la última instancia legal posible.

El principal foco de los alegatos del fisco –esgrimidos por Jana– fue que las corredoras de bolsa tanto del país como extranjeras eran responsables de los delitos y estafas cometidos por sus dependientes. En el caso de Inverlink, las corredoras prestaron su aparataje para liquidar los papeles financieros previamente sustraídos a Corfo, emulando operaciones financieras lícitas, las que también fueron sancionadas por la Superintendencia de Valores y Seguros.

Las dádivas de Inverlink

La Corte de Apelaciones había determinado que el presidente de Inverlink, Eduardo Monasterio, instruyó a los ejecutivos de ese grupo financiero, Eduardo Tapia y Luis Alberto Hernández, para que contactaran a Javier Moya, quien estaba a cargo de la mesa de dinero de Corfo, con el objeto de que eligiera a determinadas corredoras de bolsa para asegurarse que los documentos de esta corporación quedaran bajo la custodia de Inverlink.

La necesidad de intermediar a través de una corredora bancaria se debía a que el Comité Ejecutivo de Corfo había prohibido o limitado la posibilidad de intermediar sus excedentes de caja con corredoras que no fueran de propiedad de bancos, por ende, Inverlink buscó la “cooperación” de ejecutivos de corredoras de bancos para ocultar que quien estaba detrás de la operación era precisamente Inverlink Corredora de Valores S.A. (no bancaria).

¿Cómo operaba la triangulación? En el caso del BBVA, la mecánica que estableció la Justicia fue la siguiente: el ejecutivo de Inverlink, Lawrence Fletcher, contactó a Juan Pablo Prieto, quien era subgerente de inversiones y operador de la mesa de dinero de BBVA, para que sirviera de contraparte en las operaciones de triangulación “recibiendo por ello dádivas”.

Fletcher reconoció que Inverlink había pagado a Prieto para que facilitara el “punteo” y un asistente de tesorería de ese grupo, Carlos Rubilar, declaró que él había confeccionado un cheque por $ 10 millones para el pago señalado por Fletcher.

Las operaciones que Prieto realizó en beneficio de Inverlink fueron informadas y autorizadas por el gerente general de BBVA Corredora de Bolsa, Frank Leighton, “en circunstancias que la corredora no tenía siquiera ficha de Corfo como cliente con antecedentes de quienes podían obrar en su nombre y representación”, dice el fallo.

Con estos antecedentes, la Corte señaló que el “BBVA incurrió en culpa al no adoptar las medidas mínimas de resguardo que se tradujo en la falta de la debida diligencia y cuidado en su actuar con los consiguientes perjuicios para la demandante”, hallando con esto que era absolutamente razonable la sanción que la SVS le aplicó mediante resolución N° 125.

Pero ¿por qué tiene que responder BBVA Corredora de Bolsa por los ilícitos cometidos por sus empleados? Básicamente porque el BBVA era empleador de Prieto y Leighton, por lo tanto, debe responder en forma subsidiaria por los daños que estos hicieron o por sus actuaciones en el ejercicio de sus funciones. Sobre todo, porque BBVA no logró acreditar que estas funciones las ejercieron de “modo impropio y que su empleador no tenía medio para impedirlo”.

El tema se agrava –a juicio de la Corte– porque tres directores –Manuel Olivares, que es el actual gerente general de BBVA, Rodrigo Muñoz y Germán del Solar– declararon que no recordaban que el tema de Inverlink se hubiera analizado en junta ordinaria o extraordinaria de BBVA. Tampoco se habría revisado la situación de sus empleados ni las operaciones cuestionadas. Esto fue calificado por la Corte como “una falta de diligencia, cuidado o interés de la plana superior de BBVA sobre su funcionamiento”.

Todo esto fue ratificado por la Corte Suprema hace dos días, que desestimó los argumentos de BBVA –cuyos abogados fueron Pedro Pablo Gutiérrez y Hugo Rivera– que apuntaban fundamentalmente a la negligencia de Corfo, a la excesiva concentración de poder de Moya y a la falta de controles internos sobre su mesa de dinero y sistema de custodia. A la vez que sostenían que la corredora de bolsa del banco BBVA actuó dentro de la esfera de su competencia, es decir, “como mero intermediario”.

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