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Hillary Clinton se suma a Premio Nobel Joseph Stiglitz y les arruina la fiesta a los que celebran el TPP

Hillary Clinton se suma a Premio Nobel Joseph Stiglitz y les arruina la fiesta a los que celebran el TPP


La precandidata demócrata a la Presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton, manifestó ayer su oposición al Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, en inglés) alcanzado por EE.UU. con otros once países de la cuenca del Pacífico hace apenas unos días.

«Lo que sé es que a partir de hoy no estoy a favor de lo que he podido saber sobre eso», afirmó Clinton respecto al tratado de libre comercio durante una entrevista para la cadena PBS.

«He dicho desde el principio que tenía que ser un acuerdo comercial que cree buenos empleos en EE.UU., aumente los salarios y mejore nuestra seguridad nacional y sigo creyendo que ese es el listón que tenemos que cumplir», dijo la exsecretaria de Estado.

«No creo que vaya a satisfacer el listón que he puesto», añadió más tarde en referencia al contenido del acuerdo comercial, en el que están involucrados, entre otros, países como Japón, Chile, Perú y México.

La postura de Clinton supone un nuevo giro de la demócrata hacia la izquierda y otro desacuerdo con el Gobierno del presidente, Barack Obama, del que formó parte como secretaria de Estado durante su primera legislatura (2009-2013), cuando las negociaciones sobre el TPP ya estaban en marcha.

Ayer en Lima, el Nobel de Economía Joseph Stiglitz dijo que el tratado «es un motivador de desigualdad».

«Se podría llamar una mala reforma, un paso en la dirección equivocada», y agregó que podría socavar protecciones básicas de los consumidores, sobre todo por las trabas que agregaría al acceso de medicamentos.

El catedrático de la universidad de Columbia apunta a que el tratado genera la misma preocupación en EE.UU. como en nuestra región. Dice que, ante el secretismo con el que se ha llevado, el TPP podría ser «muy malo para los trabajadores comunes, el medio ambiente, la salud».

«Algunas personas llaman a la TPP un motivador de reformas estructurales, pero yo lo llamo un motivador para una mayor desigualdad y socavador de protecciones básicas de las personas en nuestra economía», comentó el premio Nobel, ante el impacto que tendría sobre las personas.

Críticas de los republicanos

En Estados Unidos, el Partido Republicano no tardó en criticar ese «cambio de posición» de Clinton, en palabras del presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, que atribuyó las «penosas divagaciones de Clinton sobre el TPP» a su propia «conveniencia política».

Otro de los aspirantes demócratas a la Presidencia, el ex gobernador de Maryland Martin O’Malley, criticó también a Clinton.

«¡Ese sí que es un giro! Yo llevo meses y meses en contra del TPP (…) Clinton puede justificar su propio cambio de opinión en esto, pero yo no tenía una opinión hace 8 meses y la he cambiado en vísperas del debate (demócrata del próximo 13 de octubre)», dijo O’Malley en declaraciones a periodistas en Washington.

Por su parte, el principal rival de Clinton en las elecciones primarias demócratas, el senador Bernie Sanders, evitó criticar a la ex secretaria de Estado y celebró su nueva posición.

«Me alegro de que llegara a esa conclusión. Esa es una conclusión a la que yo llegué el primer día (…) y trabajaré todo lo que pueda en el Senado para derrotar esa legislación», aseguró Sanders a periodistas en un acto del Instituto del Caucus Hispano del Congreso (CHCI), donde habló junto con O’Malley.

Desde que los contenidos del tratado fueran cerrados este lunes en Atlanta (EE.UU.), Obama ha iniciado una campaña para lograr el consentimiento del Congreso, que tiene 90 días hábiles para su consideración, pero donde encontrará la oposición de algunos legisladores de su partido, el Demócrata.

El TPP, que aún debe ser aprobado en los parlamentos de los 12 países firmantes para entrar en vigor, es un elemento clave de la política exterior de Obama, que busca priorizar la relación con la región de Asia-Pacífico para hacer frente a la influencia de China.

Los defensores del TPP, entre ellos la mayoría republicana que controla hoy el Congreso, argumentan que este acuerdo abre nuevos mercados a los productos estadounidenses y eso repercutirá favorablemente en los trabajadores del país.

Sus detractores, por el contrario, argumentan que el TPP generará pérdidas de empleos en EE.UU. en beneficio de países con salarios más bajos.

Cuando entre en vigor, el TPP eliminará las tarifas para la importación de vehículos extranjeros si al menos un 45 % está producido en los países de la región, además de liberalizar parte de los sectores agrícolas de naciones altamente proteccionistas, como Japón o Canadá.

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