Los spreads sobre los bonos de referencia aumentaron en relación con colocaciones anteriores, lo que significa que el costo para Hacienda es mayor. El lunes el ministro Valdés salió a calmar mercados por la tarde y este martes la Presidenta Bachelet hizo lo mismo en un foro de inversionistas. Expertos recortaron por octavo mes sus proyecciones de crecimiento para la economía chilena.
En un momento económico complejo, el gobierno de Michelle Bachelet concretó una emisión de bonos en euros y dólares por US$ 2.540 millones como parte de su plan de financiamiento para este año.
De acuerdo al Ministerio de Hacienda, en el caso de los bonos en euros, se emitió un monto total de 1.200 millones de euros (equivalente a US$ 1.300 millones a la tasa de cambio spot), a un plazo de 10 años y a una tasa de 1,966% (tasa cupón de 1,750%). Esto implica un spread de 110 puntos base sobre el mid swap en euro (tasa de referencia de los instrumentos de largo plazo en euros).
En la colocación en dólares, el bono también fue a 10 años plazo a una tasa de 3,407% (tasa cupón de 3,125%). Esto implica un spread de 130 puntos base sobre la tasa del Tesoro de Estados Unidos al mismo plazo. De este monto, US$ 685 millones correspondieron a recursos frescos, en tanto que US$ 555 millones a recompra de bonos en dólares emitidos en años anteriores.
La operación ocurre en en medio de creciente presión macro por derrumbe del cobre y desplome del peso a raíz de la crisis de la economía china, factores que incidieron en que las tasas fueran más altas que las de las emisiones similares del 2014 y del año pasado.
Hacienda explicó que el aumento del spread en relación con la tasa de referencia de Europa desde esa fecha hasta hoy ha aumentado aproximadamente 35 puntos base, pero afirma que «fue similar al aumento experimentado por otros países de Latinoamérica como México (otros países de la región no han realizado operaciones similares últimamente). Asimismo, el spread en relación al bono del Tesoro de Estados Unidos aumentó en 40 puntos base, alza que es menor a la experimentada por el promedio de las economías de América Latina con grado de inversión en el mismo periodo (97 puntos base)».
El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, dice que eso «indica que se mantiene una percepción positiva de los inversionistas internacionales externos sobre la fortaleza institucional y económica de Chile».
Valdés reveló que fueron monitoreados los mercados internacionales para encontrar el mejor momento para la emisión tras un comienzo de año de alta volatilidad. «Dadas las incertidumbres en relación con la evolución de la economía mundial, en particular de China y de las economías emergentes, el costo de esperar para la emisión por parte del gobierno era alto», señaló.
La emisión en euros, por otro lado, fue la segunda en ocho meses. En mayo el gobierno emitió un bono de 950 millones de euros a 15 años con un cupón a de 2,02%. El lunes esa tasa era de 1,73%, lo que refleja que los inversionistas aún ven a Chile como una economía confiable.
Los encargados de la operación fueron Bank of America Merrill Lynch, Citigroup, HSBC y Santander.
De acuerdo a Bloomberg, Chile sería el segundo mercado emergente este año en emitir deuda soberana en esa moneda. Polonia lo hizo el lunes. Un estratega citado por el medio económico señala que las economías con buena nota crediticia «aún pueden acudir al mercado a pesar de la creciente volatilidad y los temores al riesgo que se han apoderado de los mercados» en las primeras semanas del año.
El año pasado el gobierno también emitió deuda en dólares. En marzo colocó un bono en dólares por US$1.060 millones a 10 años con un rendimiento de 3,185%, con un spread equivalente a 90 puntos básicos sobre bonos del Tesoro de Estados Unidos.
La semana pasada Hacienda anunció emisión de deuda en el mercado local por hasta US$8.000 durante este 2016, como parte de su plan de financiamiento, lo comprometido en el presupuesto.
La emisión de deuda ocurre en momentos en que las proyecciones de crecimiento para la economía chilena siguen cayendo en medio de la caída en picada del precio del cobre, que levantó la alerta tras ubicarse por debajo los US$ 2 la libra.
Además, expertos consultados por el Banco Central de Chile recortaron en una décima, al 2,1 %, su previsión de crecimiento de la economía del país en 2016, cifra similar a la que estiman creció el PIB en 2015.
Según la encuesta, en la que participaron 58 académicos, consultores y asesores de instituciones financieras, el pasado diciembre la actividad se habría incrementado un 1,6 %, para promediar un 1,8 % en el último trimestre del 2015.
En noviembre, la actividad económica creció un 1,8 %, por debajo de los pronósticos del mercado y los expertos, que llegaban al 2,7 %, lo que consolidó la perspectiva de que la economía chilena sigue sin despegar y mantiene un lento ritmo de crecimiento.
En ese contexto, el Banco Central recorto también su pronóstico para este año a un rango de entre un 2,0 y un 3,0%, «con sesgo a la baja», según advirtieron recientemente las autoridades del emisor.
Los expertos también recortaron en dos décimas su previsión para el 2017, desde un 3,0 a un 2,8 %. El complicado panorama internacional y, a nivel interno, los bajos niveles de consumo e inversión, son señalados como las causas de la ralentizada marcha de la economía chilena.
El lunes el ministro de Hacienda Rodrigo Valdés se vio obligado a salir a calmar los mercados y este martes la Presidenta Michelle Bachelet hizo lo mismo en un foro de inversionistas.
De acuerdo al Diario Financiero, Bachelet reconoció su preocupación, pero destacó el manejo de las finanzas públicas y la fortaleza de la economía en este escenario de abrupto fin del ciclo de las materias primas. Aseguró que Chile sigue siendo “un país responsable” que maneja sus finanzas “de manera prudente”.
