Desde hace semanas que en los corredores de Sanhattan y los bufetes de abogados más importantes de la plaza se venían comentando las columnas de D’Artagnan, aparecidas en el diario Estrategia. En particular, la acidez de las críticas que efectúa y la buena pluma del autor.
El nombre del autor (o autores) era un misterio. Y descubrirlo se convirtió en una obsesión para el pequeño mundo de banqueros y abogados que trabajan en la industria financiera.
Este medio ha podido confirmar que la persona detrás de D’Artagnan es nada menos que Manuel Cruzat, el empresario que en los 80 fuera el hombre más rico de Chile y que, junto a su primo Fernando Larraín, formaron un grupo empresarial que fue conocido como “los Pirañas”.
La historia cuenta que sus más de 100 empresas llegaron a representar el 5% del PIB nacional entre los 70 y 80.
Hoy Cruzat es la sombra de lo que fue y está involucrado en una serie de batallas legales y regulatorias que lo han tenido al borde de la quiebra.
Sin embargo, parece haber encontrado un alivio a través de sus columnas. Este medio tiene entendido que no todas las escribe él, pero Cruzat es el cerebro detrás de los argumentos.
Ahora bien, si para Sanhattan D’Artagnan era un misterio, para la SVS sus columnas han sido un dolor de cabeza.
Una y otra pez el mosquetero ha venido apuntando sus agudos dardos hacia el regulador financiero.
«SVS y la Libertad de Expresión», fue una columna reciente, en que D’Artagnan atacó con fiereza la decisión del regulador de discriminar al diario Estrategia en la entrega de información de interés público –se refería al caso Enersis–.
«Si no están de acuerdo con mis planteamientos y creen que estoy equivocado, la forma civilizada es que ustedes den sus argumentos y expliquen. Pero no lo hacen, ni en privado ni en público. Me consta. Atacar el derecho de informar de Estrategia es, por decirlo suave, actuar a lo mafioso», señala la columna.
Y agrega que «plantear que ‘fue una decisión que tomamos, tal como ustedes (Estrategia) toman la opción de escribir por ejemplo D’Artagnan’ es un infantilismo que tira por el suelo a una institución que se preocupa que las empresas entreguen información veraz y oportuna. En casa de herrero cuchillo de palo. La carta del Superintendente es la típica conducta que busca eludir el tema de fondo mediante el cumplimiento de formalismos que no dan respuesta».
En otra de sus columnas recientes, sus dardos apuntaron a los analistas financieros: «Analistas de empresas, ¿qué cresta analizan?».
Y una más reciente disparó contra Falabella: «¿Qué tienen en común Carlos Slim, Lance Armstrong y Falabella? Los tres aprovecharon las oportunidades y destacaron, pero haciendo trampa».
Algunos dicen que, por medio de la columna, Cruzat está ajustando cuentas. Es bien sabida la batalla legal que tuvo su empresa MisCuentas con la compañía de los Solari.
En ese caso, CMR Falabella acusó a la empresa de Cruzat de apropiación indebida de US$40 millones, correspondientes a la recaudación de pagos de clientes de CMR. Cruzat tuvo al final que pagar US$6 millones a CMR Falabella para sellar un acuerdo.
Para los que lo conocen es una sorpresa que Cruzat haya decidido entrar de lleno al debate a través de sus columnas, ya que por años ha mantenido un bajo perfil. Aunque es conocido su malestar con muchas de las prácticas empresariales que han salido a la luz en los últimos tiempos, cuyos protagonistas, muchos de ellos, fueron discípulos suyos en los 80, incluyendo el propio Sebastián Piñera.
Su decisión de escribir la columna también estaría en parte relacionada con la amistad que lo une el dueño del diario, Víctor Ojeda, y sería una forma de ayudar a que el medio repunte.
