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[Archivo] Marcos Büchi: el director de Codelco que renunció a cobrar su dieta

[Archivo] Marcos Büchi: el director de Codelco que renunció a cobrar su dieta

En medio del debate que han generado los altos sueldos de gerentes y presidente ejecutivo de Codelco, luego de que este último señalara que en la minera estatal «no hay un puto peso», aparece la historia de Marcos Büchi, ex director de la compañía cuprífera que publicamos el 10 de abril de 2015, y que da cuenta que durante su periodo como director se rehusó a cobrar un sueldo, en retribución al país por la educación pública que tuvo en el Instituto Nacional en la Universidad de Chile.


Desde 2010 que Marcos Büchi Buc es director de Codelco. Primero fue designado por la Presidenta Michelle Bachelet y luego por el Presidente Sebastián Piñera. En ambos casos, el proceso se desarrolló a través del Sistema de Alta Dirección Pública. Dicen que le dedica un 40% de su jornada a la Corporación, pero él se rehúsa a dar un número. Lo que casi nadie sabe es que durante estos cinco años nunca ha cobrado la dieta que le corresponde por su cargo.

Una simple lectura al pie del cuadro de remuneraciones del balance a diciembre de 2014 da cuenta de ello. “Durante los períodos comprendidos entre el 1 de enero y 31 de diciembre de 2014 y 2013, la Corporación no ha emitido ningún instrumento de pago por concepto de remuneraciones al Sr. Marcos Büchi Buc, derivadas de su participación como Director de la Corporación, por haber renunciado expresa e irrevocablemente a dichos pagos, como asimismo a cualquier acción de cobro presente o futura por tal concepto mediante el Decreto Supremo de Hacienda N° 458, de 14 de marzo de 2014”. La misma aclaración se verifica en los años anteriores.

Quienes conocen a Marcos Büchi lo definen como un director de excelencia. En Codelco saben que no será fácil encontrarle un reemplazo ahora que termina su período el 11 de mayo, al igual que Marcos Lima. Las dos ternas están a esta altura en manos de la Presidenta Michelle Bachelet para que escoja a sus sucesores.

Un ejecutivo que ha estado en las reuniones de directorio señala que “hace las preguntas adecuadas. Uno percibe que su intención es tomar la decisión estratégica correcta. No es barrero”. Otro señala que “sabe mucho de todo. Es mateo, no se jacta de sus relaciones y, por sobre todo, muy discreto. Quizás un poco lejano”.

A una fuente externa a la compañía que le oyó exponer sobre Codelco le dio la impresión de que estaba absolutamente empoderado de su rol de director, casi como si fuera su religión. “No hay muchos como él”, señala, y eso que quien opina viene del mundo de izquierda.

En Codelco sienten que no siga por un nuevo período. Una de las razones dadas es que a contar de diciembre tomó la presidencia de las empresas de Consorcio Financiero y de las compañías de seguros del grupo, en reemplazo de Juan Bilbao, quien fue acusado por la Securities and Exchange Commission (SEC) de uso de información privilegiada en la compra de acciones del laboratorio CFR. Juicio que se lleva en Estados Unidos y que obligó a ese holding financiero a separar aguas de uno de sus socios.

El primer año pagó impuestos

Marcos Büchi es ingeniero civil estructural de la Universidad de Chile. Hoy es director ejecutivo de la Corporación Educacional Santo Tomás, presidente de Cementos BSA, miembro del Consejo de Autorregulación de las Compañías de Seguros de Chile, gerente general de Ultraterra, y presidente de la sociedad minera Invierno, por nombrar algunas actividades. En el pasado ha sido director de EFE, de la empresa eléctrica Guacolda y de Cruz Blanca, entre otras. También fue gerente general de Chilquinta y Chilquinta Energía.

Y si algo va en contra de su personalidad es hablar justamente del no cobro de su dieta. «Es una decisión personal que no me interesaba hacerla pública. En la Memoria tiene que salir lo que se le entrega a los directores y, por eso, se publica que en mi caso no se transfirió nada. La verdad es que lo que menos quería que esto fuera tema. Yo lo hago porque quiero, pero no pretendo darles un mensaje a otros”.

-Lo entiendo, se puede interpretar como que intenta dar una lección moral.
-Y no es eso. Nada más alejado de mi intención…

Un poco más relajado cuenta que “en Codelco no sabían cómo hacer para que un director no recibiera la dieta. Era un tema para lo cual no había una respuesta legal porque, cuando se hace una pregunta que nunca se ha hecho antes, requiere de un análisis. El primer año me pasó algo súper curioso: tuve que emitir todas las boletas, no recibir el ingreso, pero pagar el impuesto igual”.

Un director de Codelco gana en la actualidad $ 3.618.736 mensuales y si participa en comités se le suma $1.206.245, independientemente del número de comités que integre. Büchi, por ejemplo, forma parte del Comité de Auditoría, Compensaciones y Etica y del Comité de Proyectos y Financiamiento de Inversiones.

-¿Por qué quiso ingresar al directorio de Codelco?
-Porque es una institución extraordinaria que presenta una serie de desafíos profesionales de muy alto nivel; y, al mismo tiempo, tiene formas de operar que algunas veces hacen que no sea lo ágil o lo eficiente que a uno le gustaría que fuera. Yo pensé que siendo director podía aportar en la administración –porque el directorio es el que administra al final, delegando en los gerentes– y colaborar así con nuestro país.

Y Büchi continúa dando sus razones: “Yo tuve educación pública. Estudié en el Instituto Nacional, donde mis padres lo único que pagaron fue la cuota de padres y apoderados. Después ingresé a la Universidad de Chile, que debo reconocer que lo que pagué, si bien fue aumentando en el tiempo, no guarda proporción con la educación que obtuve. En ambas partes, recibí una educación extremadamente buena y eso se lo debo a este país. Esa fue la inspiración. Ojalá que no hubiera aparecido en las memorias y ojalá no se hubiera hecho público, habría sido mejor para mí”.

El necesario estrés creativo

Cuando el Consejo de Alta Dirección Pública inició la búsqueda de reemplazantes para los dos cargos a director, se invitó a Marcos Lima y a Marcos Büchi a que expusieran su visión sobre las competencias que debían buscar en sus sucesores y las complejidades del cargo.

Una de las primeras dificultades que saltan a la vista es que Codelco es la mayor empresa de Chile, con excedentes por US$ 3.000 millones, que está llevando a cabo en paralelo cuatro proyectos estructurales al tiempo que mantiene la operación en marcha. Esto que se lee en unas pocas líneas, reviste una dificultad de ingeniería nunca antes vista en la minería mundial. A lo más se conoce el caso de empresas con dos proyectos de esta envergadura al unísono, pero no cuatro y otro por venir –Rajo Inca, en El Salvador–.

Educado, Büchi señala que agradece el que les pidieran la opinión. “Con Marcos Lima coincidimos en varios aspectos”, dice. Sobre todo en que “ojalá haya algunos miembros del directorio que, además de estas otras capacidades –de gestión, financieras o administrativas–, estén más focalizados en el área minera y de proyectos”.

Ahondando un poco en la idea, señala que “hay que hacer que el equipo ejecutivo sienta que tienen con quién conversar. En definitiva, uno como director debe generarle un estrés creativo respecto de los planteamientos técnicos”.

El segundo planteamiento es más propio de Büchi: “Por la dimensión de estos proyectos estructurales, el directorio tiene que tener la tranquilidad de que la estructura ejecutiva cuenta tanto con los distintos ejecutivos a cargo de los proyectos estructurales como con el reporte secuencial que permita llevar un buen seguimiento de ellos; o alternativamente pueden haber comités a través de los cuales algunos directores especializados colaboren con este grupo ejecutivo. Teniendo en cuenta siempre que no hay que saltarse la operatividad de la línea. Es decir, al final son los ejecutivos los que deben decidir las cosas, pero que haya un poco más de involucramiento por parte del directorio en el proceso de toma de decisiones”.

-¿Eso implica una especie de subdirectorios?
-Hoy son 9 los directores de Codelco. En la medida que haya un cuerpo de directores multidisciplinario, algunos deben tener la capacidad de ayudar en ciertos temas y otros en otros. En ningún caso, esto debe distorsionar el funcionamiento de Codelco. El directorio ya tiene 4 comités, que hacen un poco lo que yo digo, pero el Comité de Proyectos y Financiamiento debería estar más cerca de los procesos de definiciones de los proyectos y no sólo estar en la parte final. Lo mismo con el Comité de Gestión. No hablo de un cambio, sino que los comités estén un poco más en el origen de la toma de decisiones y formen parte de ellas.

-Pero eso implica un involucramiento mayor.
-Ser director de Codelco no es convencional. A un director convencional quizás le baste con dedicarle un día y medio a una empresa. Cuando hablamos de Codelco es mucho más que eso.

-Dicen que usted le dedica un 40% de su jornada.
-Depende de la jornada (contesta entre risas). No me hago problema en darle tiempo. No quiero ponerle una cifra. Codelco tiene una operación normal, más tres proyectos estructurales que están por sobre los US$ 3.000 millones de inversión cada uno y un cuarto que viene en camino –Rajo Inca–; para poder sentir que uno está encima de todos ellos y de la marcha diaria, se necesitan varias veces más que este día y medio.

-Se acaba de nombrar a un nuevo auditor general, César Correa, que depende del directorio. ¿Es un cambio relevante dentro de Codelco?
-Desde el 2010 que el Comité de Auditoría está funcionando y el auditor siempre ha dependido de este comité. Puede ser que la percepción no haya sido así, pero ha sido así. La idea con el cambio del auditor es que esto se haga más visible y explícito.

El cuestionamiento que falta

-¿Qué es lo que más le gustó y menos le gustó de ser director de Codelco?
-Cuando me presenté como candidato lo que me hizo sentido fue que aquí hay una tremenda organización con enormes desafíos intelectuales, técnicos, mucho por aprender y, eventualmente, había una experiencia que yo podía traspasar. Y eso se dio. La parte que a uno le deja una sensación de no cumplimiento es que hay cosas en las que es difícil lograr agilidad en Codelco. Tenemos problemas que no debieran existir. Me gustaría, a veces, sentir mucho más una unión entre trabajadores, proyectos y equipos. A veces se producen estos divorcios que son dañinos para lo que debemos enfocarnos y discusiones que se escapan de nuestro foco como directorio, que es aumentar el valor de la Corporación en forma legítima y lo más rápida posible. De repente, dedicamos más tiempo a cosas ajenas a eso.

-Sin embargo, me dijeron que valoraba la presencia de dos directores laborales.
-Yo encuentro que son un aporte valioso. Me agrada escucharlos. Me siento al lado de Raimundo (Espinoza), me gusta cuando habla y cuando alega, pero me cuestiono y también creo que el gobierno corporativo se debe cuestionar que en algunas decisiones ellos no debieran participar, porque tienen conflictos de interés, como nos pasa a otros directores que también tenemos conflictos de interés en otros temas.

-¿Como cuáles?
-En las decisiones sobre ciertos ejecutivos o nombramientos a los que el directorio tiene acceso. En esas circunstancias, me parece que ellos deberían dar sus argumentos, pero la decisión de nombrarlos no debería estar pasando por ellos.

-Por ejemplo, la vicepresidencia de recursos humanos.
-Por ejemplo. Me parece que eso es de perogrullo.

-¿Ahora se dedicará sólo a Consorcio?
-Sigo con actividades en minería y en proyectos eléctricos que están en ideas. También le dedico parte de mi tiempo a la Corporación Educacional Santo Tomás y, por supuesto, me focalizaré con energía en Consorcio. Actividad en la que partí en enero.

-¿Cómo ve el ambiente por el escándalo de los conflictos de interés (caso Bilbao) en Consorcio?
-Sólo me quiero referir a mi período de Codelco, pero en pocas palabras regresar a Consorcio es como volver a mi familia. Estoy muy contento. El ambiente a nivel de organización es muy bueno. Los problemas que pueden existir puede que todavía no se resuelvan, pero a nivel de la organización no son tema. Estamos mirando el futuro con una serie de desafíos en términos de competitividad y marco regulatorio, que ya de por sí son suficientes para que la organización esté enfocada en eso. Queremos dar el mejor tipo de soluciones financieras a quienes se acerquen a Consorcio en un marco regulatorio, mediático y de opinión pública muy exigente.

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