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El «populismo y la incertidumbre política» han elevado riesgos globales

El «populismo y la incertidumbre política» han elevado riesgos globales

Es la advertencia de los ministros de economías de los 20 países más ricos y poderosos (G20) reunidos en Washington a propósito de la Reunión Anual del FMI y el Banco Mundial. Apuntan que elecciones presidenciales inminentes en algunas economías avanzadas, como EE.UU., han elevado los riesgos globales.


El «populismo» y la «incertidumbre política» con elecciones presidenciales inminentes en algunas economías avanzadas, como EE.UU., han elevado los riesgos globales, advirtieron hoy los ministros de Economía del G20.

Lou Jiwei, ministro de Economía de China, país que ocupa la presidencia rotatoria del G20, consideró especialmente preocupante «la actual tendencia de profundo populismo antiglobalización» que se ha sumado a la falta de certeza sobre el curso económico global.

«La incertidumbre y riesgos que encara la economía global han aumentado, dado que algunas de las principales economías han entrado en elecciones, los efectos colaterales del brexit son inciertos y las vulnerabilidades del sistema financiero se han ampliado», explicó el ministro chino.

«Todos estos factores tienen grandes implicaciones para los mercados financieros e internacionales», agregó Lou.

Curiosamente, en esta ocasión el G20 no emitió su tradicional comunicado al término del encuentro que suelen realizar aprovechando su participación en la asamblea anual conjunta del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

Solo comparecieron ante la prensa Lou y su homólogo alemán, Wolfgang Schauble, ya que Alemania será quien asuma la presidencia del órgano el próximo año, para comentar los temas tratados.

Ambos fueron preguntados por la relación con el «brexit» de la abrupta caída de la libra esterlina en los mercados asiáticos, que se desplomó hoy momentáneamente más de un 6 % hasta 1,18 dólares.

Lou trató de restar importancia al hecho al asegurar que «los mercados tienden a magnificar incertidumbres y suelen sobrerreacionar».

Posteriormente, la libra recuperó algo de su valor, hasta los 1,24 dólares, pero sigue en mínimos de casi tres décadas.

Schauble, por su parte, señaló que el «brexit» solo fue uno de los temas tratados en el encuentro ministerial, aunque reconoció que «la volatilidad en los tipos de cambio siempre es una preocupación del G20».

E insistió en que el proceso de la salida británica de la Unión Europea (UE) es algo que debe «iniciar» Londres, por lo que las autoridades europeas están a la espera de que el Gobierno británico dé el primer paso.

Schauble tampoco quiso comentar una de las principales cuestiones tratadas en la asamblea del FMI: los problemas del primer banco alemán, el Deutsche Bank.

«No es el tema de esta conferencia de prensa», zanjó el ministro alemán.

El Deutsche Bank se encuentra en una difícil situación con caídas reiteradas en bolsa por dudas sobre su solvencia, tras la sanción de 14.000 millones de dólares por parte del Gobierno estadounidense por su implicación en la venta de activos respaldados con hipotecas tóxicas.

«Deutsche Bank es uno de los bancos que necesita continuar su ajuste para convencer a los inversores de que su modelo de negocio es viable de cara al futuro y ha encarado las cuestiones de riesgo operativo que ha causado este litigio», señaló Peter Dattels, director adjunto del Departamento de Asuntos Monetarios del Fondo.

Algunos expertos han llegado a apuntar que la entidad financiera alemana podría llegar a necesitar una intervención estatal para mantenerse a flote.

En cambio, Schauble sí que volvió a una de sus cuestiones favoritas, la elevada deuda global y la expansiva política monetaria que considera fuentes de riesgos notables.

«El abultado endeudamiento global, tanto público como privado, junto con una política monetaria ultraexpansiva pueden ser uno de los riesgos que debamos abordar después de las lecciones de la crisis de casi 10 años atrás», apuntó el ministro alemán ante los periodistas.

Horas antes, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, hacía caso omiso al ministro alemán y reiteraba la disposición del banco a continuar con el agresivo programa de estímulo monetario de compra de bonos, e incluso extenderlo más allá de marzo de 2017.

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