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El fantasma del Beagle se pasea por los fondos de Aurus Buitres de Sanhattan ya huelen sangre y empresa se prepara para evitar eventual fuga de clientes

El fantasma del Beagle se pasea por los fondos de Aurus

Enrique Elgueta
Por : Enrique Elgueta Periodista y consultor senior en Comsulting.
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Son varias las administradoras que están haciendo el análisis de los activos que maneja Aurus, anticipándose a un eventual cambio de administrador, tal como sucedió con LarrainVial luego de la presión de las AFP por su rol en el caso Cascadas. El fondo de Aurus más preciado es uno inmobiliario, con aportes por más de US$120 millones, el cual sufrió cierto ruido en 2013 cuando Roberto Koifman, su ex portfolio manager, se fuera producto de grandes diferencias con los socios de la compañía. La firma, por ahora, no ha fechado una asamblea extraordinaria con inversionistas y ha enfrentado la crisis a través de reuniones uno a uno, a pesar de que ya comenzaron solicitudes de rescates por sus dos fondos afectados.


Los efectos del presunto fraude cometido por Mauricio Peña en Aurus Capital todavía están por verse. Sin embargo, la empresa ya está tratando de evitar una eventual fuga de clientes. Así, el día de ayer, Aurus emitió un hecho esencial clarificando el proceso de rescates que estos podrían iniciar, pues desde el jueves ha recibido solicitudes de inversionistas que quieren recuperar su inversión en los fondos afectados, pero se teme que el impacto pueda ser todavía mayor.

Si bien Antonio Cruz, socio de Aurus, llamó a sus aportantes a tener confianza en la compañía –a través de una entrevista en La Tercera–, enfatizando que los propios socios también han invertido en los fondos afectados por Peña y que el problema no se extiende a los demás vehículos de Aurus, de igual manera otras gestoras están haciendo el análisis de sus activos, anticipándose a un escenario similar al del fondo Beagle de LarrainVial.

Afectado por el caso Cascada, LarrainVial vio cómo uno de sus fondos estrella pasaba a ser administrado en un principio por Bice y luego por tres competidores más, como Compass, Bci y BTG Pactual. El Beagle tenía inversiones por más US$315 millones en empresas “small caps” chilenas, habiendo obtenido retornos en diez años de 162%, pero las AFP, en su condición de víctimas del caso Cascada y apegándose a su rol fiduciario, solicitaron derechamente un cambio de mánager.

Ese precedente está más fresco que nunca con el estallido del caso Aurus. El jueves pasado este medio entendía que no eran más de seis los aportantes que ya habían hecho solicitudes de rescate, y este fin de semana Cruz dijo a La Tercera que no eran más de diez, todos por montos menores.

Si bien en este caso no hay AFP –sino compañías de seguros y family offices– entre los aportantes de los fondos de Aurus, otras administradoras de fondos de inversión ya analizan el patrimonio administrado por esta gestora, anticipándose a la posibilidad de que las solicitudes de rescate sean mayores y, en último término, pidan un cambio de administrador. Para Aurus estas solicitudes ya son una realidad y ayer aclaró parte del procedimiento por medio del hecho esencial emitido a la SVS y un comunicado a sus inversionistas.

La idea de que hay buitres rondando cadáveres no es del todo ajena a la realidad, pero gestoras que han hecho el análisis explican que finalmente, cuando ocurren situaciones como la de Aurus, es su obligación analizar esos activos y la posibilidad de que aportantes exijan un cambio de mánager.

Hasta el momento Aurus no ha llamado a asambleas extraordinarias ni tampoco lo han hecho sus aportantes. Fuentes del mercado sostienen que son estos últimos los que tendrían que exigirlas. Desde la afectada firma financiera explican que hasta el momento han privilegiado los encuentros uno a uno para soportar la crisis. En el mercado dan por descontado que se vienen querellas.

Rentas Inmobiliarias, el tesoro de Aurus

ARI (Aurus Renta Inmobiliaria) es el fondo de inversión más preciado de Aurus. Con aportes que superan los US$120 millones, este vehículo acumula un retorno nominal de 88,1% (sobre la base de su valor libro más dividendos) desde su creación en abril de 2009.

Su portfolio manager es César Barros, ingeniero civil especializado en la gestión de financiamiento de proyectos inmobiliarios y de infraestructuras. Es MBA de MIT Sloan School of Management, Cambridge, Massachusetts, EEUU. Entre 2007 y 2010 fue subgerente de finanzas en Paz Corp, donde estuvo a cargo del área de financiamiento de proyectos inmobiliarios y del área de tesorería de la compañía.

El fondo tiene un comité asesor compuesto por tres socios de Aurus: Juan Carlos Délano, Antonio Cruz –quien se hizo cargo de los fondos Insignia y Global– y Sergio Furman, uno de los hermanos ex controladores del Banco Internacional. A estos se suman Francisco Pérez Yoma y Eduardo Froimovich.

Este fondo ya sufrió algo de ruido en 2013 cuando Roberto Koifman, ex socio y director del área inmobiliaria, salió sorpresivamente en julio de ese año. Aurus no dio detalles en el hecho esencial que envió a la SVS, pero fuentes que conocen pormenores afirman que Koifman tenía malas relaciones con el resto de los socios y estos gatillaron una cláusula de la sociedad, que la llamaban la «cláusula de los buenos amigos», y votaron su salida.

Una empresario del sector financiero que hizo negocios con Koifman y Aurus afirma que la gota que habría rebalsado el vaso para los socios fue que el ex portfolio manager habría sido agresivo en algunos episodios con la administración del fondo inmobiliario y por momentos lo sobreendeudó, violando algunos de los estatutos internos que Aurus estableció para dicho fondo. La situación habría sido temporal, sin impacto en la rentabilidad del fondo.

Sin embargo, desde Aurus rechazan completamente esa versión.

Juan Carlos Délano, su gerente general, dijo que “la gestión en nuestro fondo de renta inmobiliaria se ha ajustado siempre a los límites y estatutos contenidos en su reglamento interno, a la normativa de la SVS y a la ley, y es absolutamente falso que exista o hayan existido incumplimientos, por ningún gerente del fondo. De hecho, cualquier incumplimiento debe ser informado a la SVS y habría sido público.»

Y, a la vez, confirma que la salida de Roberto Koifman “se debió exclusivamente a una decisión de los socios por temas de relaciones interpersonales, y se llevó a cabo de acuerdo a lo estipulado en el pacto de accionistas para estas situaciones».

Una mirada a los estados financieros de la SVS para 2012 y 2013 no revelan ningún tipo de problemas con el fondo que administraba Koifman.

Empresa aclara proceso de rescate

Como se señaló, la empresa ayer emitió un hecho esencial explicando el proceso de rescates para aquellos aportantes que lo soliciten. La razón del comunicado estriba en que Aurus busca evitar que se arbitre, pues independientemente de la fecha de la solicitud, la compañía les pagaría a todos sus aportantes sus inversiones en una misma oportunidad.

“Con el objetivo de evitar que se arbitren posiciones en el mercado y a fin de no discriminar entre quienes soliciten un rescate, independientemente de las fechas de su presentación, conforme a las facultades entregadas en los reglamentos internos de los Fondos, se procederá a su pago a todos ellos en una misma fecha y luego que sea posible fijar un valor de la cuota con información certera. De esta forma, el pago para todos los aportantes que soliciten rescate ocurrirá antes del 21 de marzo de 2017, es decir, dentro de los 165 días corridos contado desde la primera solicitud de rescate recibida”.

En el mercado ven el comunicado como una forma de tratar de frenar una fuga de clientes y contener los pedidos de rescate.

Cabe señalar que el caso es complejo para una empresa cuyo patrimonio no supera los US$2 millones, en circunstancias de que el perjuicio económico que habría ocasionado Mauricio Peña ronda los US$25 millones.

Este fin de semana uno de los pocos críticos de la AGF que dio nombre y apellido fue Carlos Ruiz de Gamboa.

En una columna en El Mercurio, el ex managing director y head de Estructuración y Marketing de Derivados para América Latina en Nueva York y socio de la boutique financiera Tyndall, cuestionó por qué fallaron todos los mecanismos de control de una firma cuyo giro, justamente, consiste en monitorear el riesgo de sus inversiones.

Ruiz de Gamboa probablemente sea la persona que más sabe de derivados en Chile y es el director del Centro de Innovación Financiera de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez.

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