De acuerdo al índice de esclavitud global 2016, nuestro país tendría una de las tasas más bajas de la región, que mide condiciones modernas de opresión, como tráfico de personas, trabajo forzado, explotación sexual, matrimonio forzado o servidumbre doméstica.
Las formas de esclavitud serían un problema latente u oculto en nuestro país.
De acuerdo al estudio de The Global Slavery Index 2016, 27.700 viven en condiciones de esclavitud moderna en nuestro país, lo que representaría un 0.154% de la población (estimada sobre 17 millones de personas).
Ello, pese a que en 1823 Chile se convirtió en el primer país latinoamericano y segundo en el mundo (tras Haití, en 1803) en abolir la esclavitud de forma completa, luego de tres siglos de yugo español.
La organización detrás de este reporte identifica a la esclavitud moderna dentro de el tráfico de personas, trabajo forzado, explotación sexual, matrimonio forzado o servidumbre doméstica.
El informe entrega además una calificación «B» al Gobierno en su esfuerzo por combatir la esclavitud (siendo C la más baja y AAA la más alta), indicando que la respuesta estatal ha sido «con servicios limitados de apoyo a las víctimas, un marco de justicia penal que criminaliza algunas formas de esclavitud moderna (o ha modificado recientemente una legislación y políticas inadecuadas), un organismo o mecanismos que coordinan la respuesta y tiene políticas que proporcionan cierta protección a las personas vulnerables a la esclavitud moderna», agregando que «hay evidencia de que algunas políticas y prácticas gubernamentales pueden criminalizar y/o deportar a las víctimas y/o facilitar la esclavitud».
Chile y Brasil aparecen como los con menor proporción en la región, mientras que Perú, Colombia y Venezuela figuran como los peor evaluados.
En el mundo, en tanto, destaca que casi 46 millones de personas viven en algún tipo de esclavitud moderna, mientras que China, India, Uzbequistán, Pakistán y Bangladesh representan casi un 60% de dicha población.
Fuente: The Global Slavery Index
