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No basta con tener «súper pollos» para mejorar la productividad y el clima laboral de una empresa Opinión

No basta con tener «súper pollos» para mejorar la productividad y el clima laboral de una empresa

«Es importante que las empresas y organizaciones entiendan que no basta con tener ‘súper pollos’, sino también es necesario tener un ambiente laboral motivador y no de desconfianza permanente entre sus colaboradores, ya que, de no ser así, terminará aumentado la rotación o bajando la calidad del trabajo o la eficiencia que se busca incrementar».


La mayoría de las organizaciones que desean jugar un rol importante en su entorno permanentemente están buscando oportunidades para mejorar la eficiencia de sus procesos para volverse más productivas o generar mayores impactos, lo que es necesario cuando los mercados son cada vez más competitivos.

Lo anterior tiene aún más validez cuando la economía está creciendo lento o decreciendo, según se informó por el Banco Central recientemente, donde el IMACEC de octubre se contrajo en 0,4%, como resultado de la menor actividad económica generada principalmente del sector minero y manufacturero.

En este proceso de mejoramiento continuo, las empresas y organizaciones normalmente tienden a reducir personal, o si tienen mayor nivel de actividades, tienden a transferirles mayor cantidad de responsabilidades a sus empleados, lo que podría ser adecuado si se hace en función de las tareas que posee cada uno, pues existe la tendencia de recargar al más eficiente, porque es confiable y hace el trabajo, o darles mayores tareas a todos por igual, sin considerar el nivel de responsabilidades o tareas que posean. Lo anterior genera mucho malestar o “encrispamiento” en las organizaciones, como mencionaba un colega recientemente.

Además de lo anterior, se ha observado que algunas empresas y organizaciones buscan mejorar su eficiencia contratando “súper pollos”. Para explicar este punto, contaré brevemente un experimento realizado por un profesor en Estados Unidos. Tenía dos grupos de pollos, un grupo se componía de pollos con niveles adecuados de productividad y el otro estaba constituido por varias generaciones o cohortes de pollos, que estaban compuestos por los mejores de su cohorte. En otras palabras, este grupo estaba conformado por “súper pollos”, los hiperproductivos.

Luego de un tiempo, estos últimos empezaron a matarse entre ellos, compitiendo no solamente en términos de productividad sino también por los espacios, bajando su nivel de tolerancia y colaboración, reduciendo finalmente su productividad.

Haciendo un paralelo con las empresas u organizaciones, es entendible y necesario que todas sean más eficientes y productivas si quieren sobrevivir, pero hay que tener cuidado con no llenarnos de “súper pollos”, porque en el largo plazo el nivel de colaboración y productividad podría dañarse, pues se reduce el nivel de sinergias entre sus trabajadores, como la motivación en el trabajo, debido al alto el nivel de desconfianza y competencia interna que genera esta situación.

Dado lo anterior, es importante que las empresas y organizaciones entiendan que no basta con tener “súper pollos”, sino también es necesario tener un ambiente laboral motivador y no de desconfianza permanente entre sus colaboradores, ya que, de no ser así, terminará aumentado la rotación o bajando la calidad del trabajo o la eficiencia que se busca incrementar. Para que las organizaciones puedan implementar políticas adecuadas en estas temáticas, también requieren de trabajadores comprometidos con sus instituciones. Es decir, todos deben trabajar en hacer de los lugares de trabajo espacios más felices, ya que se gasta más de un tercio de la vida en ellos.

Arcadio Cerda Urrutia
Doctor en Economía
Decano
Facultad de Economía y Negocios
Universidad de Talca

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