Su decisión de retirar a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) y su compromiso de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) están obligando a las empresas a repensar las cadenas de suministro y las inversiones de capital en una nueva era de políticas proteccionistas. Las decisiones de Trump pesan en especial sobre importadores como Nike Inc. y Ford Motor Co. ahora que el presidente busca aumentar la producción nacional y crear empleos en el país.
Fabricantes de calzado, automóviles y gigantes del comercio al por menor enfrentan desconcierto en sus operaciones internacionales ahora que el Presidente Donald Trump está procediendo con una revisión drástica de la política comercial de Estados Unidos.
Su decisión de retirar a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) y su compromiso de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) están obligando a las empresas a repensar las cadenas de suministro y las inversiones de capital en una nueva era de políticas proteccionistas. Las decisiones de Trump pesan en especial sobre importadores como Nike Inc. y Ford Motor Co. ahora que el presidente busca aumentar la producción nacional y crear empleos en el país.
«Cualquier empresa que ahora es global está tratando de entender lo que va a cambiar», dijo Simeon Siegel, analista de Instinet LLC, un broker de Nueva York. El efecto sobre las cadenas de oferta, impuestos y estructuras de costos obviamente es desconocido.
Durante su campaña, Trump ridiculizó rutinariamente los acuerdos comerciales por “matar empleos”, llamó al TPP «un desastre potencial» y dijo que el TLCAN fue uno de los peores acuerdos de la historia. El presidente ha dicho que evitará que empleos estadounidenses sean subcontratados en el extranjero y ha amenazado con imponer aranceles punitivos a las importaciones.
«Muchas multinacionales y empresas industriales estarán muy decepcionadas por el abandono del TPP y encararán mucha incertidumbre con la renegociación del TLCAN», dijo Caitlin Webber, analista de política comercial de Bloomberg Intelligence.
Wilbur Ross, candidato a secretario de Comercio de Trump, tiene un papel fundamental en la configuración de las opiniones del presidente sobre el TLCAN, dijo Steve Miller, CEO de International Automotive Components Group, del cual la firma de capital privado de Ross, WL Ross & Co., posee más del 60 por ciento.
«Me alegro de que los adultos responsables que rodean a Trump harán las cosas mejores para Estados Unidos sin perjudicar al comercio», dijo Miller en una entrevista. «Wilbur ha dicho que apoya ajustar el TLCAN, no cancelarlo”.
Renegociar el TLCAN podría tener implicaciones de largo alcance para la industria automotriz, que importó vehículos de pasajeros por casi US$80.000 millones y autopartes de Canadá y México a Estados Unidos por alrededor de US$68.000 millones en 2015. Eso supone alrededor del 44 por ciento de los vehículos importados y 47 por ciento de las autopartes, según la Oficina de Comercio Internacional.
Los fabricantes de automóviles ya están postergando sus inversiones hasta que sepan cómo será la relación comercial entre Estados Unidos y México, dijo Eric Noble, presidente de The CarLab, una consultoría en Orange, California. Los costos adicionales podrían hacer que los US$1.000 millones que los fabricantes de automóviles invierten en cada nueva planta de ensamblado sean demasiado arriesgados hasta que los ejecutivos sepan lo que Trump quiere hacer, explicó.
Los fabricantes de automóviles han sido un blanco frecuente de críticas de Trump, que amenazó a General Motors Co. este mes con un «gran impuesto fronterizo» a los automóviles fabricados en México. La compañía posteriormente anunció un plan de inversiones de Estados Unidos. Asimismo, Ford canceló sus planes de construir una nueva planta en México, y dijo que crearía 700 nuevos empleos en Estados Unidos en su lugar.
El martes, el presidente de Estados Unidos se reunirá con los directivos de Ford, Fiat Chrysler Automobiles NV y General Motors Co., dijo su secretario de prensa Sean Spicer.
Tanto Canadá como México han dicho que están dispuestos a conversar sobre la modernización del TLCAN, firmado hace 23 años. La insistencia en un mecanismo para equilibrar el comercio entre Estados Unidos y México o promover un impuesto de importación específico para los productos mexicanos para compensar el impuesto al valor agregado de ese país representaría un problema para el acuerdo, dijo Scott Lincicome, abogado de comercio internacional para White & Case en Washington.
Las negociaciones también podrían incluir cambiar o eliminar los páneles del TLCAN que se encargan de las disputas y modificar las reglas de origen, que establecen cuánto contenido local se requiere para hacer que un producto pueda acogerse a los aranceles más bajos del TLCAN.
Por su parte la cancelación del TPP podría ser un golpe para las principales empresas de ropa y calzado como Nike. La marca deportiva más grande del mundo, que fabrica Air Jordan y otros modelos en Asia, contaba con el pacto para ahorrar en aranceles de importación. La compañía obtiene cerca del 40 por ciento de los zapatos que vende de Vietnam, una nación miembro de TPP.
TPP también habría generado ahorros para los minoristas, como Target Corp., Foot Locker Inc. y Wal-Mart Stores Inc. La reducción en los costos de importación habría sido de US$450 millones al año, según Footwear Distributors and Retailers of America.
