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Desde GE a Google, la difícil tarea de hacer negocios con Trump

Desde GE a Google, la difícil tarea de hacer negocios con Trump

La firma por parte de Trump el viernes de un decreto que prohíbe la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, justo después de su disputa verbal con México sobre el comercio, ha alarmado a los ejecutivos de grandes empresas como General Electric Co., Google Inc. y Microsoft Corp. Un fin de semana caótico de protestas, sentencias de emergencia y respuestas por parte de la Casa Blanca ha dejado a los ejecutivos ante una complicada elección: hablar y arriesgarse a ser objeto de ataque de un presidente sin pelos en la lengua, o quedarse callados y enfrentarse a las críticas de empleados y activistas.


El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió poner fin a la rutina en Washington. Ahora, las compañías internacionales están comenzando a descubrir qué significa eso.

Lo que ya empezó antes de su investidura con intentos de persuadir a corporaciones como Toyota Motor Corp. para que mantuviesen trabajos en Estados Unidos mediante críticas a través de Twitter, se está intensificando ahora hasta convertirse en una prueba crucial para los líderes de negocios que intentan mantener los flujos de personas y productos a través de fronteras que apuntalan el comercio del siglo XXI.

La firma por parte de Trump el viernes de un decreto que prohíbe la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, justo después de su disputa verbal con México sobre el comercio, ha alarmado a los ejecutivos de grandes empresas como General Electric Co., Google Inc. y Microsoft Corp. Un fin de semana caótico de protestas, sentencias de emergencia y respuestas por parte de la Casa Blanca ha dejado a los ejecutivos ante una complicada elección: hablar y arriesgarse a ser objeto de ataque de un presidente sin pelos en la lengua, o quedarse callados y enfrentarse a las críticas de empleados y activistas.

La respuesta del máximo responsable de General Electric, Jeff Immelt, subrayaba el delicado equilibrio que los negocios deben conseguir. “Tenemos muchos empleados de los países citados y hacemos negocios por toda la región”, ha explicado en un correo electrónico interno. Aunque señaló que esos empleados eran “fundamentales para nuestro éxito”, evitó criticar de forma directa la política de Trump. GE “va a seguir haciendo oír su voz con la nueva administración y el congreso, y va a reiterar la importancia de esta cuestión”, ha declarado.

Reina la confusión

La orden de Trump ha cerrado la puerta para los ciudadanos de Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen, incluidos los refugiados, los investigadores de visita e incluso, al menos temporalmente, a los residentes permanentes en Estados Unidos que estaban fuera por motivos de trabajo o vacaciones. La confusión ha reinado a lo largo de las primeras 48 horas desde su implementación, y los funcionarios de fronteras y aerolíneas no estaban seguros de cómo interpretar las reglas.

La decisión, calificada de «veto musulmán» por los críticos, cumple una promesa de campaña que incluso los aliados de Trump habían sugerido que no debía tomarse literalmente, indicando que el nuevo ocupante de la Casa Blanca está comprometido con, al menos, algunas de sus promesas más controvertidas.

Las críticas de algunas corporaciones estadounidenses, a las que se han sumado comunicados de los líderes de Alemania, Francia y Canadá, representan un fuerte contraste con las palabras amables hacia Trump de hace solo una semana. Ejecutivos en la cita anual del Foro Económico Mundial en Suiza, como Randall Stephenson de AT&T Inc. o Jamie Dimon de JPMorgan Chase & Co., alabaron las promesas de Trump de reformar los impuestos de sociedades e invertir en infraestructura.

La reacción más dura al veto ha venido del sector tecnológico, y Twitter se ha llenado de recordatorios de que el cofundador de Apple Inc., Steve Jobs, era hijo de un inmigrante sirio. Entre los primeros en hablar ha estado el máximo responsable de Google, Sundar Pichai, inmigrante procedente de India, que ha calificado la medida de “dolorosa”. Otro director ejecutivo de origen indio, Satya Nadella, de Microsoft Corp. recurrió a LinkedIn para destacar “el impacto positivo que tiene la inmigración en nuestra empresa, para el país, para todo el mundo”.

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