El Congreso controlado por la oposición se reunirá el 21 de diciembre para votar
Apenas 16 meses después de su elección, el presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, podría ser depuesto de su cargo esta misma semana. El veterano de Wall Street y exministro de Hacienda de 79 años enfrenta acusaciones derivadas de la investigación continental sobre sobornos y corrupción denominada Lava Jato, que se originó en Brasil en 2014.
Apenas 16 meses después de su elección, el presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, podría ser depuesto de su cargo esta misma semana. El veterano de Wall Street y exministro de Hacienda de 79 años enfrenta acusaciones derivadas de la investigación continental sobre sobornos y corrupción denominada Lava Jato, que se originó en Brasil en 2014. El Congreso controlado por la oposición se reunirá el 21 de diciembre para escuchar su versión, y para votar si se lo destituye. Es un proceso asombrosamente rápido que algunos críticos comparan con un golpe de estado legislativo que ha llevado a los mercados peruanos en picada y amenaza con frenar una economía en auge.
Los legisladores de la oposición en Perú alegan que el presidente mintió en repetidas ocasiones en los últimos meses al asegurar que no tenía vínculos con Odebrecht. La semana pasada, presentaron documentos que muestran que Odebrecht pagó casi US$800.000 en honorarios de asesoría a una firma de banca de inversión, Westfield Capital Ltd., propiedad de Kuczynski. Algunos pagos tuvieron lugar cuando era ministro de Hacienda hace más de una década.
El presidente se disculpó el 17 de diciembre por no explicar el papel de Westfield antes. Dijo que no sabía nada de los negocios de Westfield en ese momento porque le había entregado su gestión a un socio comercial. Aseguró que, como único accionista de Westfield, más tarde recibió un dividendo y, por lo tanto, «ganó algo de dinero» de los servicios que Westfield le proporcionó a Odebrecht. Pero niega haber otorgado algún favor a Odebrecht cuando ocupó el cargo.
El gobierno lo ve de esa manera. El partido de la oposición, Fuerza Popular, que tiene una gran mayoría en el Congreso, comenzó a pedir la renuncia inmediata de Kuczynski unas horas después de que los legisladores hicieran públicos los pagos de Odebrecht a Westfield. Encuestas muestran que la líder del partido, Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori, es la figura política más popular de Perú. Además de la expulsión del presidente, Fuerza Popular también busca expulsar al fiscal general y destituir a los jueces del máximo tribunal peruano.
La oposición está usando un artículo de la constitución peruana que le permite al Congreso expulsar al presidente si lo declaran «permanentemente incapaz moralmente». La moción para destituirlo fue aprobada el 15 de diciembre con 93 votos en primer debate, permitiendo a los legisladores sostener una segunda y última votación solo tres días hábiles después. Hay 130 escaños en la legislatura.
El Congreso se reunirá a las 9 de la mañana del jueves para escuchar la defensa de Kuczynski antes de votar sobre su destitución. El presidente ha dicho que estará acompañado por su abogado. Si bien las reglas del Congreso asignan a Kuczynski una hora para defender su caso, el presidente Luis Galarreta dijo que puede hablar por más tiempo. La moción necesita 87 votos para ser aprobada. La destitución entra en vigencia tan pronto como el Congreso informe al presidente o al jefe de gabinete.
El primer vicepresidente Martín Vizcarra reemplazará a Kuczynski como líder de Perú hasta 2021, cuando expire el mandato del gobierno. Si Vizcarra declina, la responsabilidad pasa a la segunda vicepresidenta, Mercedes Araoz. Si ella también lo rechaza, el presidente del Congreso convocará a elecciones generales y dirigirá el gobierno de manera temporal. En cualquier caso, el gobierno correría el riesgo de convertirse en un «gobierno de paja» sin Kuczynski, mientras que la oposición podría consolidar el poder antes de las elecciones locales de 2018 y las elecciones presidenciales de 2021.
La probabilidad de que se convoquen nuevas elecciones puede ser un factor para determinar cómo votan algunos legisladores el 21 de diciembre. Los congresistas tendrán que sopesar el riesgo de perder sus escaños en una nueva elección tan solo 16 meses después de su mandato de cinco años cuando las encuestas muestran que la investigación sobre corrupción de Lava Jato ha perjudicado la popularidad de todos los principales líderes políticos del Perú. No hay garantías de que Fuerza Popular conserve su mayoría, por muy popular que sea Fujimori entre los votantes.
