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De Allamand a Lagos y del aborto a la Reforma Laboral: Gastón Gómez, el abogado que le pasó el lápiz al Tribunal Constitucional para sepultar la Ley Sernac Como Roberto Carlos, un millón de amigos

De Allamand a Lagos y del aborto a la Reforma Laboral: Gastón Gómez, el abogado que le pasó el lápiz al Tribunal Constitucional para sepultar la Ley Sernac

Natalia Saavedra Morales
Por : Natalia Saavedra Morales Editora periodística El Mostrador Mercados
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De buenas a primeras es identificado como un hombre duro de derecha. Pero sorprende que sus actuaciones, muchas ligadas a RN, se han movido también en otras esferas. Participó de instancias tan diversas como la Comisión Rettig y el Consejo Ciudadano de Observadores de la Constitución, nombrado por Michelle Bachelet.


Fue un fallo comentado, no solo a nivel de la opinión pública y de las autoridades de Gobierno, sino también entre los abogados. El portazo que le dio la semana pasada el Tribunal Constitucional (TC) al proyecto de las nuevas facultades del Sernac, dejó al león convertido en un gatito.

El TC le quitó al Sernac toda opción de ser parte y juez en los procesos, y de contar con facultades en materia normativa y castigadora. Las decisiones que el Congreso Nacional le había permitido tomar al Sernacsegún el TC “solo pueden ser adoptadas por un tribunal independiente e imparcial, características que este no reúne”. Tras ello, la idea planteada por diversos discursos del Gobierno de tener un Sernac poderoso, quedó en nada. 

Las reacciones no se hicieron esperar. El senador (PPD) Felipe Harboe expresó que este era el fallo del TC más grave desde el retorno a la democracia y el director del organismo de consumidores, Ernesto Muñoz, manifestó que “las malas empresas tienen algún motivo para celebrar”. 

Pero al interior del TC también hubo comentarios. Ello en relación con los argumentos que contenía el Se Tenga Presente presentado ante el TC por la Cámara Nacional de Comercio (CNC). Que les “había abierto los ojos” en materia de control constitucional de la Ley, dijeron algunos.

Y tras los argumentos, un viejo conocido en el Tribunal Constitucional, Gastón Gómez, abogado de la Universidad de Chile, allegado a RN, profesor de la Universidad Diego Portales (UDP), un jurista que cultiva una particular forma de alegar, pero además, una larga lista de contactos en la política, la academia y el poder judicial. 

“Gastón ha alegado en muchas causas en el TC, pero sin duda que algunas destacan entre los abogados que hacemos academia. La de la Reforma Laboral, la del aborto en representación del Gobierno y ahora lo del Sernac. En general, ha generado mucha jurisprudencia para observar por universidades y se adapta a cada requerimiento, sea del Gobierno de turno o de otro sector”, dice un colega del abogado.

Como Roberto Carlos, un millón de amigos

Gastón Gómez conoce a Sebastián Piñera hace muchos años. Desde el tiempo en que su esposa era gerente de Recursos Humanos de Bancard, en los noventa; trabajó además asesorándolo en varios temas parlamentarios, cuando el actual Presidente electo era senador, época en la que además cultivó sus lazos más cercanos con personeros del partido RN, como Andrés Allamand y Lily Pérez. 

Militó en RN hasta 2014, y luego coqueteó con Amplitud, esto pese que ha evitado volverse más activo en política durante estos últimos años. 

De buenas a primeras –dice un cercano a este destacado abogado– quien no lo conoce podría creer que es un abogado de la derecha dura, pero al recorrer su carrera se nota que el perfil es mucho más amplio. “Su transversalidad política se remonta a los ochenta, cuando fue bien crítico de la dictadura, votó por el No y siempre ha sido cercano a la derecha liberal. En 1990 participó en la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (Comisión Rettig) y posteriormente fue asesor legislativo de la facción liberal de RN en temas como igualdad entre los hijos y en la Ley de Divorcio”, comenta. 

Es bien impermeable a las críticas, “un poco cara de palo”, dice alguien de su sector político en tono de broma, recordando que su participación en la Comisión Rettig se dio en un momento de particular tensión entre RN y la UDI, momento en que las voces más tradicionales de la coalición le recomendaron no participar en ella. 

“En esos años se conversó si eso exponía mucho al partido, porque además se había invitado a otros abogados de derecha y prácticamente nadie había querido participar. Finalmente, él decidió meterse a título personal asegurando que era mejor participar que restarse. Siempre ha sido porfiado”, recuerda un testigo. 

La porfía ha sido precisamente la clave que lo ha llevado a aceptar casos que le han valido críticas de sus propios colegas de ideas políticas. Uno de sus desencuentros tempranos con el ala conservadora, fue cuando los más liberales del partido RN le pidió redactar un informe en derecho para realizar los cambios que tendían a eliminar las diferencias entre los hijos nacidos dentro o fuera del matrimonio. 

“En ese momento la diferencia, burda, entonces, entre hijos legítimos e ilegítimos, era leída en algunos sectores como parte de la naturaleza jurídica. A varios derechistas conservadores les pareció mal que la opinión de él fuera que efectivamente la ley requería modificaciones”, comenta un conocedor. 

Otro momento tenso con la derecha dura fue cuando se involucró de lleno en la redacción y en el equipo que trabajó en la Ley de Divorcio, eso pese a que luego la ley se concretó con consensos. El rol que se le encomendó Gómez lo sentó en la mesa con un grupo transversal de parlamentarios. Mariana Aylwin (DC), una de las promotoras del proyecto de ley junto a Ignacio Walker (DC), María Antonieta Saa (PPD) y José Viera-Gallo (PS), eran parte de la mesa que buscaron reunir a los asesores “más liberales de derecha”.

Se sentaron entonces Gastón Gómez, Andrea Muñoz (ligada a la DC, hoy ministra de la Corte Suprema), y el actual rector de la UDP, Carlos Peña. En broma se les llamaba “los divorcistas”. Particularmente, con el actual rector de la UDP, el abogado comenzó un largo vínculo. 

“Es muy cercano a Carlos y también a Jorge Correa, llegando a dirigir por 15 años el Departamento de Derecho Público de la UDP y crear el Magíster en Derecho Constitucional.

Crítico de los «enclaves autoritarios » de la Constitución de 1980, fue decisivo en las negociaciones de la reforma constitucional 2005”, añade un amigo. 

Por eso, dice la misma fuente, le hizo todo sentido que cuando surgió el Consejo Ciudadano de Observadores lo convocaran, pese “a las críticas que recibió de algunos líderes de la derecha por avalar el proceso constituyente de Bachelet”. Su participación en estas materias también lo acercó a Ricardo Lagos, que lo convocó al proyecto “Tu Constitución”. 

No es el único vínculo que ha tenido con la Nueva Mayoría. El Gobierno lo contrató, además, para asesorarlo en aspectos de la Reforma Tributaria, cuando la oposición estuvo a punto de requerir al TC, aunque finalmente no lo hizo por el acuerdo transversal al que finalmente se llegó. 

También fue convocado el año pasado para sacar bien del control del TC la ley de interrupción del embarazo en tres causales. ¿Por qué Gómez aceptó el caso? En el primer Gobierno de Piñera había participado de sus comisiones programáticas y debates ciudadanos, en los que ante consultas ciudadanas dijo estar convencido de que en ciertos casos el aborto era necesario. Cuando lo llamaron de La Moneda, consideró que debía cumplir la palabra empeñada, según dice una fuente. 

Respecto de la interrupción del embarazo en caso de violación, la más controvertida de las tres causales, su texto consignó que “está en juego la dignidad de la mujer”. “La ley obliga a la mujer agredida a continuar con el embarazo bajo sanción penal (…). La ley vigente, para efectos de imponer esta obligación, no toma en cuenta la violencia y el delito que están a la base de la concepción del embrión; tampoco, las consecuencias que para la vida y los derechos de la mujer implica tal obligación”.

También conoce de medios de comunicación. Trabajó como asesor en la ley que cambió los patrones de censura en la televisión local y es miembro del Consejo Nacional de Televisión. Además, durante el primer gobierno de Piñera participó en la comisión liquidadora del diario La Nación.

La Reforma Laboral y el Sernac 

Una de sus más polémicas actuaciones, y cambiándose de vereda, fue cuando trabajó con la oposición de derecha para llevar ante el TC la Reforma Laboral de Bachelet. De la mano de Allamand, el equipo liderado por el abogado Gómez trabajó durante seis meses en preparar la ofensiva. 

Uno de los momentos más tensos fue cuando se presentó ante abogados laboralistas la propuesta de Gómez: el abogado apostaba por “botar” la titularidad sindical en el TC. “Le dijeron que no le iba resultar, pero él insistió, contra las recomendaciones que se le dieron. Y dedicó como 40 minutos del alegato solo a eso”. 

“La titularidad del derecho de negociar colectivamente es de todos y cada uno de los trabajadores (…) El proyecto implica una intervención legislativa extrema que afectaba la esencia del derecho de los trabajadores de negociar colectivamente, a través de los grupos negociadores no sindicalizados”, sentenció el fallo, oyendo, otra vez, los argumentos de Gómez.

Un abogado de la plaza que no comparte sus idearios políticos explica que pese a que difiere de los argumentos de Gómez, “ha realizado una gran labor ante el TC como constitucionalista. Ha sabido leer las sensibilidades de los ministros del tribunal. Creo que ese ha sido su principal mérito en estos casos”, comenta. 

El caso del Se Tenga Presente presentado respecto a la ley Sernac –añade otro abogado– tuvo bastantes particularidades. En primer lugar, la lectura de la jurisprudencia reciente del TC respecto de los límites que tiene la potestad sancionatoria de los órganos de la administración. En el fallo Cascadas, el TC ya había dado un giro importante al reducir los márgenes de discrecionalidad de la SVS y enviar «mensajes» al resto de los fiscalizadores. 

En segundo lugar, ideó una fórmula para entregar argumentos al Tribunal para extender el control de normas enviado por el Congreso en la nueva Ley del Sernac. La solución generaba dudas entre los especialistas. “Creo que de ahora en adelante varios abogados utilizarán los Téngase Presente para persuadir al TC de la inconstitucionalidad de alguna norma. Hoy, los Téngase Presente tenían más bien una lógica académica ante el TC, permitiendo a los académicos acompañar informes en derecho en casos de alta connotación pública. Eso da cuenta de que antes que nada, Gómez es un gran estratega de litigios complejos”, opina la misma fuente. 

En palabras sencillas, la apuesta de Gómez en el caso del Sernac estuvo en reclamar que, si bien otros órganos fiscalizadores o sancionatorios públicos podían estar dotados de las facultades propuestas por la Ley Sernac, no podían estas facultades estar radicadas en un mismo organismo. “Las empresas se acercaron a él y se dio el tiempo de conversar con fiscales de varias compañías, a quienes les explicó paso a paso lo que pretendía hacer y que estaban bien dudosos de que esto funcionaría”, recuerda un ejecutivo. 

¿Cuál es el rol que Gómez cumplirá en un nuevo Gobierno de Sebastián Piñera? La pregunta es si será capaz de asesorar al actual Gobierno, y futura oposición en alguna presentación que pretenda revisar propuestas del gobierno de Piñera. Por ahora, aseguran cercanos, está más concentrado en su nueva oficina junto a Julio Pallavecini (ex Director jurídico de la Contraloría General de la Rapública) y José Francisco García (ex LyD), que en la arena política. “Además de tonto no tiene un pelo”, concluye uno de sus cercanos.

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