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Corrupción empresarial en Chile: 50% reconoce haber usado su posición para hacer algún favor MERCADOS

Corrupción empresarial en Chile: 50% reconoce haber usado su posición para hacer algún favor

La percepción general sobre Chile como un país corrupto es que estamos mejor posicionados que otros de la región, pese a reconocer que en muchas compañías ocurren estos hechos. El 67% de los encuestados dijo que estamos expuestos a este problema y el 60% estimó que está menos dispuesto a aceptar los sobornos.


El uso de la posición para beneficiar a un tercero (28%), el nepotismo (22%) y realizar pagos para agilizar trámites (19%), son los actos de corrupción que los empresarios chilenos identifican como más habituales entre sus pares. El tema les preocupa.

Hace un par de semanas y al alero de Icare, varios ejecutivos de empresas locales se reunieron en un seminario privado donde investigadores de la Universidad de Talca exhibieron los resultados del estudio “Percepción de la corrupción en el sector privado”.

La percepción sobre este problema deja en evidencia que la «política de los favores» en Chile es algo que está arraigado, lejos de desaparecer y que a muchos les cuesta reconocer. El profesor de la Universidad de Talca, Sebastián Salinero, indicó que, si bien en un principio el propósito del equipo investigador era que el análisis tuviera alcance nacional, de las más de mil empresas a nivel nacional a las cuales se contactó para que respondieran un cuestionario de 42 preguntas relacionadas con la temática, solo una parte mostró su disposición a participar.

“Gracias a la intervención de Chile Transparente pudimos tener apoyo para censar una muestra, por esa misma razón estos resultados deben ser mirados única y exclusivamente como base de hipótesis para estudios futuros de un fenómeno del cual nuestro país no está exento y que, espero, podamos seguir desarrollando con la colaboración de más actores”, comentó Salinero.

Los resultados fueron reveladores: en los últimos 12 meses el 50% de los consultados admitió conocer el caso de “alguien perteneciente a su entorno cercano” a quien le fue solicitado algún tipo de acción, ayuda, favor, pago o aporte indebido, en tanto que el 28,1% declaró que este tipo de situaciones ocurrió en dos o más ocasiones durante el mismo período.

Sobre los comportamientos que mayormente se identifican como actos de corrupción, destacaron en la muestra el abuso del cargo para beneficio propio (15%), pagar para evitar fiscalizaciones (13%), el nepotismo (11%) y el uso de información privilegiada (11%).

El 91% declaró estar “muy de acuerdo” y “de acuerdo” con que la inexistente política de ética empresarial favorece la corrupción, lo que se atribuye a la ambición y la falta de educación cívica (90%) como también a los deficientes controles internos (88%).

En contradicción con esas cifras, la percepción general sobre Chile como un país corrupto es que estamos mejor posicionados que otros en la región. El 67% de los encuestados dijo que nuestro país está expuesto a la corrupción, en tanto que el 60% estimó que está menos dispuesto a aceptar los sobornos.

No se reciben regalos

Una tendencia creciente entre las empresas locales y sus colaboradores ha sido prohibir la recepción de regalos. El grupo Falabella viralizó en diciembre pasado una campaña en redes sociales donde sus trabajadores indicaron que no recibirían presentes de fin de año.

No obstante estos intentos, un 48,4% de los encuestados sostuvo que el uso de regalos se realiza ‘siempre o casi siempre’, un 47% agregó que usan gastos de representación, el 44,8% los patrocinios y casi el 42% el uso de información privilegiada. La colusión (19,4%) y los sobornos (16,1%) ocuparon los últimos lugares.

En relación con las medidas más importantes para luchar contra la corrupción, el 14% optó por la necesidad de realizar programas de capacitación a los empleados de la empresa; fomentar una cultura ética vía transparencia (13%) y llevar a cabo programas de formación para los altos ejecutivos.

Sobre este punto del autocontrol en las empresas, el profesor Salinero explicó que el Estado no puede desatender su rol. “Es necesario que existan reglas claras y se diga a las compañías qué se puede o no hacer, porque muchas –frente a la omisión de la norma– entenderán que algo sí se puede hacer, pero lamentablemente ese tipo de conductas, si bien no está en la norma jurídica, sin duda puede ser contraria a la moral”, observó.

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