MERCADOS
La familia Urenda publicó un inserto a nombre del grupo, señalando que hace años que las relaciones con el menor del clan están cortadas y que sus negocios nada tienen que ver con las del Grupo Urenda. Sin embargo, entre los acreedores hay dudas si empresas de grupo apoyaron a la corredora en algún momento.
No mejora el escenario para Gabriel Urenda. Al empresario acusado de estafa le han llovido demandas de todo tipo por la gestión tras el holding Intervalores, brazo financiero del menor del clan familiar ligado al negocio naviero que debe más de 12 millones de dólares a diversos afectados por sus negocios.
A las demandas, que encabeza la azucarera extranjera Panor, se han sumado esta semana solicitudes de quiebra a algunas de sus sociedades relacionadas. Se trata de una solicitud presentada el 19 de julio en el 3° Juzgado Civil de Santiago por parte de Servifin Servicios Financieros. En la misma se señala que no se pagó una factura adeudada a la compañía por lo que se solicitó la liquidación forzosa de Intervalores Capital. Pese a que el monto es menor, podría complicar más el escenario para Urenda, quien está enfrentando diferentes escenarios judiciales tanto de personas naturales que lo han demandando como de compañías a las que les debe plata.
Una de las dudas que persiste entre los acreedores es el verdadero patrimonio de Urenda, debido a que el patriarca del clan, Beltrán Urenda, falleció y tras ello hubo varias disputas patrimoniales entre los hermanos que terminaron con Gabriel vendiendo sus derechos de herencia. La familia además vendió su brazo naviero en cerca de 400 millones de dólares hace ya unos años. «Esperamos que tanto la Fiscalía como la Comisión para el Mercado Financiero indague si hubo cruce de platas con otras empresas y cuál es el patrimonio de este señor que obviamente no lo debe tener a la vista, pero él se vendía como parte del grupo Urenda», dice un acreedor.
En efecto, en la misma página del grupo Intervalores, Urenda señala que tiene una trayectoria de 24 años que ha sido director de la Bolsa de Valparaíso y de otras corredoras y que «es además miembro de la familia que participa del Holding Naviera». Eso pese a que la familia Urenda ha querido tomar la mayor distancia del caso.
El domingo el resto de sus hermanos publicó un inserto en varios medios donde manifestaron que las empresas del denominado Grupo Urenda no participan de la propiedad de Intervalores ni en ninguna sociedad de Gabriel Urenda Salamanca.
«De igual manera el señor Gabriel Urenda Salamanca no es accionista, ejecutivo o funcionario de ninguna de las empresas pertenecientes o vinculadas a sociedades relacionadas con el grupo GEN (grupo empresas navieras) como tampoco representa, ni a este ni al grupo Urenda, en ningún tipo de negocio, actividad o participación societaria», rezaba el inserto.
La familia se blindó señalando que ni al Grupo Urenda ni a sus hermanos les cabía responder por ninguna responsabilidad de Intervalores y que de hecho la misma situación de su independencia de Urenda Salamanca había sido ya informada a la opinión pública en el año 2005.
La arista más compleja del caso podría radicar precisamente en la demanda por estafa y apropiación indebida que lleva adelante la Fiscalía Oriente tras la querella del grupo Labor de no haber dado curso a órdenes de pago por 1,5 millones de dólares. Esto, pues la misma podría implicar medidas precautorias contra Urenda Salamanca y también investigaciones más profundas sobre dónde radica su patrimonio. En ese marco se espera que sea clave la declaración del ex gerente comercial de la firma, Sebastián González.
