MERCADOS
Hay preocupación por parte de los analistas respecto a la situación del dólar frente al resto de las monedas claves del mercado desarrollado, algunos están leyendo un desafío subyacente más profundo: disminución del apetito por los activos estadounidenses a medida que se amplían los déficits fiscal y de cuenta corriente de Estados Unidos.
El dólar ya no mete miedo y se aleja aún más de los $700 que se temían la semana pasada. La divisa estadounidense termina la semana bajando frente al peso chileno tras sufrir ayer su mayor derrumbe diario desde la crisis financiera.
Al inicio de sus operaciones el dólar se cotizaba en los $666, es decir un descenso de $3 respecto al cierre previo. Con este resultado la moneda norteamericana retrocede $ 30,7 en una semana y media, de las cuales el mercado operó en apenas cinco días.
La caída del dólar se da en gran medida por la recuperación de los mercados emergentes y que se traducen, por ejemplo, en una importante alza en el precio del cobre. Con una fuerte alza de 2,41% cerró este viernes el metal rojo en la Bolsa de Metales de Londres (LME), al transarse en US$ 2,81363 la libra, valor que se compara con los US$ 2,74741 del jueves y del miércoles.
Cabe mencionar que desde el decenio de 1980, los bonos del Tesoro de los Estados Unidos no tenían tan buenas primas de rendimiento sobre sus contrapartes alemanas. Sin embargo, ninguna de esas ventajas cada vez mayores en las últimas semanas ha ayudado al dólar, en una desconexión que está llamando la atención de los analistas.
Según Bloomberg, parte de la reciente debilidad del dólar se explica por la reanudación de la demanda de activos riesgosos, con China declarando que no devaluará el yuan y algunos administradores de fondos diciendo que es hora de volver a sumergirse en países como Argentina y Turquía. El sentimiento de riesgo ha socavado la demanda del dólar como refugio. Eso también podría explicar por qué el yen, otro activo de refugio, ha sido la única divisa importante que ha caído frente al dólar este mes.
