En una entrevista concedida a la Efe al término de una visita de trabajo, Xiana Méndez alabó un plan de gestión que «prioriza cuestiones como el medioambiente, los estándares sociales, la perspectiva de género, o la importancia de la cohesión regional», y dijo que no es motivo preocupación porque se ajusta a un programa que «España conoce muy bien y que los empresarios españoles han integrado también en sus estrategias de inversión e internacionalización».

«A España le interesa mucho saber lo que está sucediendo en Chile y por supuesto que el resultado sea óptimo. Que tenga un texto constitucional con un aval suficiente que permita abrir una nueva etapa. En este sentido apoyamos este proceso constituyente. El éxito de Chile será también muy importante para nosotros», afirmó.

«El cauce que aquí se ha hallado ha sido un cauce institucional, transparente, democrático, y esa transparencia y esa seguridad es algo que siempre ha sido muy bien valorado por los inversores a la hora de apostar por Chile», dijo.

«Incluso en la coyuntura internacional convulsa que todos atravesamos, con desafíos específicos de Chile que también introducen incertidumbre, la institucionalidad está todavía aquí y sigue siendo un elemento fundamental para fijar la inversión», reiteró.

Al hilo de este argumento, la responsable reveló que durante su estancia comprobó que esa misma esperanza se extiende a los empresarios ya asentados en el país, que confían en que «siga siendo un terreno fértil en el cual expandir su negocio, seguir creando trabajo y contribuir al desarrollo económico».

«Por lo que de entrada no se puede presagiar ningún choque. Las agendas institucionales del Gobierno chileno y del Gobierno español son, en ese sentido, perfectamente compatibles y de ahí que hayan surgido muchas áreas de colaboración. A un empresario español nunca le va a chocar que un Gobierno en Chile tenga la cuestión social o las perspectiva de género como una prioridad en su agenda económica», resaltó Méndez.

Más inversión y un socio natural para la UE

En este sentido, la secretaria de estado pronosticó que esa convergencia espolea la diversificación de las inversiones españolas, que están preparadas para aportar su conocimiento y experiencia en otros sectores como el de las energías renovables, el agua, la sanidad, la tecnología, la telecomunicación, la ciberseguridad o el hidrógeno verde, entre otros.

«Lo que propicia es una fijación de las que ya están y una llegada de nuevas empresas, incluso empresas de menor tamaño que han integrado la sostenibilidad en el plano social y medioambiental dentro de su estrategia de internacionalización y de su propio negocio», argumentó.

Méndez alabó, asimismo, la agenda de transición ecológica y energética de Chile, que calificó como «una de las más ambiciosa del mundo», y subrayó que este país es un socio natural de la Unión Europea «no por una razón histórica, sino por esa comunidad de intereses y valores», por lo que confió en una pronta firma del acuerdo de asociación.

«Es comprensible que para un gobierno nuevo que hereda un texto negociado se abra un proceso de valoración y de análisis, pero hemos tenido una conversación muy positiva del mismo porque es un acuerdo muy amplio y muy ambicioso”, que no solo cubre aspectos comerciales si no que integra otras muchas cuestiones sociales, entre ellas el medioambiente y, por primera vez, la perspectiva de género.

“No todos los países están en disposición de firmar un acuerdo que incluya todos estos compromisos de cumplimiento efectivo, pero Chile es uno de ellos. Así que espero que dentro de una meses podamos ya avanzar con la firma del acuerdo político primero y después con la aprobación y ratificación del acuerdo», concluyó.