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Tras una semana marcada por la volatilidad y cierres mixtos, la divisa estadounidense terminó la sesión de este viernes con una nueva alza, pese al retroceso que experimentó a nivel internacional y al fortalecimiento del cobre. Al cierre de sus operaciones, el tipo de cambio avanzó más de $ 4.
El dólar cayó y anotó su segunda baja semanal seguida, ya que los operadores esperan alzas menos agresivas de las tasas de interés de la Reserva Federal, y porque la mejoría en datos sobre inflación y gasto de los consumidores alivió el temor a una recesión.
El índice dólar =USD, que mide al billete verde con una cesta de seis monedas importantes, bajó hasta 101,43 unidades por primera vez desde el 25 de abril. En la semana, perdió un 1,24%, tras la baja de 1,45% en la anterior. A las 1910 GMT, el dólar perdía un 0,059% a 101,66.
«Seguimos pensando que lo mejor del alza general del dólar ha quedado atrás y, aunque el dólar no caiga todavía de forma significativa, parece improbable que siga subiendo», señalaron los estrategas de Scotiabank en una nota a clientes.
La «Reserva Federal está totalmente valorada y las expectativas de subidas de tasas más adelante en el año pueden estar sujetas a revisión si la economía se ralentiza más rápidamente de lo esperado», dijeron.
Pese a los pronósticos, en Chile, la tendencia fue contraria, tras una semana marcada por la volatilidad y cierres mixtos, el dólar terminó la sesión de este viernes con una nueva alza, pese al retroceso de la divisa a nivel internacional y la fortaleza del cobre.
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Al cierre de sus operaciones, el tipo de cambio avanzó $ 4,36 hasta los $ 828, de acuerdo a Bloomberg.
Por otro lado, según la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), el precio del cobre registró una acotada tendencia al alza «por el retroceso del dólar estadounidense tras disminuir los temores de que la Fed eleve la tasa de interés en forma agresiva en la próxima reunión de política monetaria».
El dólar alcanzó un peak de casi dos décadas por encima de 105 unidades este mes, pero ha retrocedido desde entonces junto con las perspectivas sobre la magnitud de las probables alzas de tasas de la Fed este año, que han sido alimentadas en parte por los temores sobre una galopante inflación.
Las minutas de la reunión de la Fed de mayo, divulgadas esta semana, mostraron que la mayoría de los participantes creían que los aumentos de 50 puntos básicos serían apropiados en junio y julio, pero muchos pensaron se podría hacer una pausa más adelante para evaluar si una política monetaria más estricta ayuda a controlar la inflación.
Pese a que la inflación persistió en abril, se aceleró menos que en los últimos meses, según datos el viernes. El índice de precios de gastos de consumo personal (PCE) subió un 0,2%, la ganancia más pequeña desde noviembre de 2020, tras dispararse un 0,9% en marzo. En los 12 meses hasta abril, el índice de precios PCE avanzó un 6,3% después del 6,6% a marzo.
Los retornos de los bonos referenciales del Tesoro bajaron el viernes, pero rebotaron brevemente desde los mínimos de la sesión tras las cifras de inflación de abril, lo que aumentó las esperanzas de que lo peor de las crecientes presiones sobre los precios haya pasado.
Otro informe mostró que el gasto del consumidor estadounidense aumentó más de lo esperado en abril, cuando los hogares impulsaron las compras de bienes y servicios.
El principal beneficiario de la caída del dólar ha sido el euro, pero la tendencia se ha estancado porque los inversores creen que muchas de las esperadas alzas de tasas del Banco Central Europeo ya se han descontado en los niveles actuales.
El euro EUR=EBS cotizaba estable en 1,0731 dólares, tras alcanzar brevemente un máximo de un mes.
