Los banqueros se enfrentan a una reacción de los legisladores de la Unión Europea decididos a reducir sus bonificaciones como parte de un esfuerzo para convertir a las instituciones de préstamo en empresas de servicios públicos como los proveedores de agua y electricidad en lugar de máquinas de ganar dinero.
El Parlamento Europeo propone una serie de enmiendas a un proyecto de ley sobre normas de capital del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea para modificar la cultura de las bonificaciones que, según los legisladores, en parte es la responsable de llevar la economía de la región al borde de la debacle. La votación tendrá lugar el 8 de mayo.
“La mayoría” de los miembros “ya están hartos de que los bancos vivan en otro planeta”, dijo en una entrevista Sharon Bowles, presidenta de la comisión de asuntos económicos y monetarios de la asamblea. “Pero creo que hay más que eso: queremos modificar el comportamiento de los bancos”.
La indignación pública y la rebelión de los accionistas ya han llevado a algunos bancos a limitar las remuneraciones. El máximo responsable ejecutivo de Barclays Plc, Robert Diamond, la semana pasada anunció que renunciará a alrededor del 11 por ciento de su remuneración total hasta que el banco mejore su rentabilidad en un intento de aplacar a los inversores que se oponen a su paquete salarial. Su decisión sigue a la de los accionistas de Citigroup Inc. de rechazar el plan de remuneraciones de los ejecutivos del banco.
Los prestamistas tienen dificultades para encontrar argumentos convincentes contra los planes del parlamento de la UE, en tanto los legisladores insisten en que los requisitos más estrictos son la piedra angular de su postura respecto del proyecto de ley de Basilea.
La Federación Bancaria Europea, agrupación con sede en Bruselas que hace lobby ante los funcionarios de la UE, reconoce que cambiar la mentalidad de los políticos será “difícil”. El debate “es más emocional que racional”, destacó la federación en un correo electrónico. “Es una cuestión sumamente política”.
Entre las docenas de enmiendas que proponen los miembros del parlamento se halla una de Othmar Karas, legislador demócrata cristiano austríaco que dirige el trabajo de modificación de las normas en la asamblea, que busca prohibir las bonificaciones que superen el salario de un banquero.
Karas endureció una sugerencia suya anterior de fijar el tope de las bonificaciones en el doble del salario fijo como parte de una solución intermedia entre las propuestas de los diferentes grupos políticos del parlamento.
El enfoque más estricto tiene apoyo interpartidario, dijo Philippe Lamberts, belga que representa a la agrupación Verde del parlamento en las negociaciones.
Otros parlamentarios han declarado que la remuneración máxima de los banqueros no debería ser superior a cuatro veces la del jefe del ente regulador nacional o más de tres veces el salario del jefe de gobierno del país –como las 142.500 libras (US$230.000) que gana el primer ministro del Reino Unido, David Cameron-.
Lo que está haciendo el parlamento “es mucho más complejo que simplemente castigar a los banqueros”, explicó Bowles, miembro de los liberal-demócratas británicos, que integran la coalición de gobierno con los conservadores de Cameron.
Lamberts dijo que, cuando la ley finalmente forme parte de los códigos de la UE, él tratará de que se vuelva a la época en que los bancos servían a la economía y no al revés.
