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Porsche apunta a competir con Ferrari con auto superveloz de US$250.000


El máximo responsable ejecutivo de Porsche AG Matthias Mueller asistió a la carrera de autos clásicos de Gaisberg en la zona rural alpina cercana a Salzburgo el mes pasado para charlar con los coleccionistas de autos deportivos legendarios como el Mercedes-Benz 300 SL, el Alfa Romero Spider y el Ferrari Dino.

Su mensaje tácito: la marca Porsche aún es parte de esa distinguida compañía, pese a que en su línea de vehículos cada vez predominan más los SUV que prefieren las mamás adineradas de los suburbios.

Luego de alejarse de la tradición con modelos como el SUV Cayenne, que ahora representa la mitad de sus ganancias, Porsche está ampliando su colección de autos deportivos de pura sangre como parte de una apuesta a fortalecer su reputación, informa Bloomberg Businessweek en su edición del 9 de julio. El acuerdo forjado con Volkswagen AG esta semana para integrar plenamente la marca dentro del grupo VW da a Porsche el poder de fuego financiero de la automotriz más grande de Europa para invertir en nuevos modelos.

Al Spyder 918, un superauto híbrido de US$845.000, que será el modelo más caro que haya fabricado Porsche cuando comiencen las entregas el año que viene, podría seguirlo un modelo nuevo de US$250.000 para competir con juguetes para superricos como el Ferrari 458 Italia o el MacLaren MP4-12C. Mueller también ha presentado planes para producir un roadster más barato que su Boxster de US$49.500 por la preocupación de que alejaría a los compradores del 911.

“Siempre fuimos y seguimos siendo una empresa de autos deportivos”, dijo Mueller en una entrevista en la sede central de Porsche en la zona de Zuffenhausen en Stuttgart, Alemania. “Cuando hay un modelo que no es directamente un auto deportivo, debe balancearse con un modelo puramente deportivo para conservar nuestra herencia”.

Mantener la imagen de Porsche es crucial porque eso es lo que le permite obtener algunos de los márgenes de ganancias más jugosos de la industria automotor. En la medida que la compañía amplió su línea de productos, el atractivo de la marca se ha visto afectado entre los puristas.

‘Brillo perdido’

En 2002, Porsche presentó el Cayenne, que comparte el chasis con el Volkswagen Touareg y el Audi Q7. En 2009, lanzó el Panamera, una berlina de cuatro puertas. El cambio por modelos más prácticos se acelerará en 2014, cuando Porsche saque a la calle el Macan, un SUV compacto que utilizará la misma plataforma que el Audi Q5.

“Porsche era la más pura de las marcas”, declaró Rick Ratliff, asesor de medios retirado de Ann Arbor, Michigan, que hasta hace poco condujo un Boxster y tenía un blog llamado Porschephile. Luego del Cayenne y el Panamera, Porsche “de algún modo perdió su brillo. El nuevo SUV parece otro intento de tomar una marca maravillosa y opacarla.”.

La expansión a autos no deportivos suscitó entre los fanáticos de Porsche el temor de que el fabricante del venerable 911 (con velocidades máximas de hasta 196 millas por hora) (315 kilómetros por hora) dejara de concentrarse en los autos de alto rendimiento para generar dinero para Volkswagen, que el 4 de julio acordó comprar el 50,1 por ciento de Porsche que todavía no posee por 4.460 millones de euros.

“Porsche tiene que asegurarse de que a la marca no se la fuerce demasiado y que predomine la imagen deportiva”, dijo Stefan Bratzel, director del Centro de Gestión Automotor de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Bergisch Gladbach, Alemania. “El carácter de Porsche, encarnado fundamentalmente por el 911, debe estar en armonía con los otros modelos”.

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