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Opinión: Las trincheras, una experiencia fundacional para tener éxito profesional


Tomas Recart, Director Ejecutivo de Enseña Chile

En un país que se acerca al pleno empleo, veo con preocupación que nuestros profesionales recién egresados tengan expectativas de grandes cargos sin haber pasado por trincheras. Más aún, si no conocen bien Chile.

Hoy -aproximadamente- el 88% de los egresados de la Pontifica Universidad Católica UC viene de un colegio privado, y un 67% de la Universidad de Chile tiene el mismo origen educacional. Estas personas están dentro del 7% de los estudiantes en Chile que recibe educación privada. Muy probablemente conocen poco de Chile y no han tenido la oportunidad de trabajar en terreno, en labores donde se requiere menos conocimiento, pero mucho trabajo.

De estas dos universidades salen gran parte de los líderes de nuestro país, luego las personas que toman las grandes decisiones y que diseñan las soluciones para todo el resto no tienen un verdadero termómetro ni conocen las dinámicas en torno a las necesidades. No tiene capacidad de adelantarse a los problemas con que las implementaciones de laboratorio se estrellan en terreno.

Para denotar esta brecha, veamos por ejemplo lo que pasa con las leyes. Cuando se aprueba una ley, con todo el esfuerzo, debate y trabajo que eso requiere, la ley no tiene efecto si no se escribe un reglamento asociado a su aplicación que luego debe ser aplicado por las instituciones gubernamentales correspondientes. La gran mayoría de esos entes son muy grandes, y por ende tienen dificultades en sus comunicaciones, pero por sobre todo con hábitos y con espacios para la discreción. Todo esto no tiene porqué ser malo, el punto es que sencillamente “del dicho al hecho hay mucho trecho”.

Veamos un destello de las consecuencias. En educación por ejemplo, las personas que idearon el sistema en que hoy trabajan nuestros profesores seguramente nunca hicieron clases. No tienen idea que para preparar una burea clase se necesita al menos una hora, y que el 25% de la hora de contrato que está establecido hoy para planificar, evaluar y los otros quehaceres docentes, se va en moverse a la otra sala, devolver el data, solicitar fotocopias y conversar con el estudiante que se quedó después de clase, por mencionar algunas. Pero hay mucho más.

Así se podrían mencionar una serie de situaciones que en el diseño se acerca a la perfección, pero que en terreno carecen totalmente de sentido.

Es necesario valorar la experiencia de “vivir Chile” y partir en las trincheras de manera real y concreta, no desde la caridad. El nivel de sueldo y prestigio que se ofrece en algunos trabajos para recién titulados es sin duda tentador, pero es pan para hoy y pan también para mañana. Es siempre lo mismo. Las personas que finalmente marcan una diferencia, y los grandes líderes sociales o los grandes emprendedores cuentan con competencias diferenciadoras que difícilmente pueden adquirirse en aulas universitarias, salas de reuniones y/o delante de planillas Excel.

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