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BMW organiza línea de montaje para contrarrestar ingenieros perdidos


Hace cinco años, los directivos de Bayerische Motoren Werke AG se dieron cuenta de que con el envejecimiento de la población en Alemania, para 2017, la edad promedio de sus trabajadores pasaría de 41 a 46 años. Decidieron entonces que eso sucediera antes.

En 2007, el fabricante de autos de lujo creó una línea de montaje experimental con empleados más viejos para ver si podían mantener el mismo ritmo. La línea de producción en Dingolfing, 80 kilómetros (50 millas) al noreste de la base de BMW en Munich, presenta elevadores para preservar espaldas más viejas, bancos de trabajo con altura ajustable, y pisos de madera en vez de caucho para ayudar a que las caderas roten durante las tareas repetitivas.

El veredicto: no sólo pudieron mantener el ritmo, sino que los trabajadores más viejos hicieron un trabajo mejor que los empleados más jóvenes en otra línea en la misma fábrica. Actualmente, se están implementando muchos de estos cambios en las plantas de toda la empresa.

Al igual que BMW, otros fabricantes de autos de Alemania cuentan con una fuerza de trabajo que envejece. Dado que el país también afronta una escasez de ingenieros calificados, muchos en el sector decidieron que es mejor mantener a buenos trabajadores en su puesto el mayor tiempo posible adaptando las fábricas a sus necesidades.

El problema resulta más apremiante en las marcas de lujo como BMW y Audi de Volkswagen AG debido a que los fabricantes de alta gama dependen más de la mano de obra que los fabricantes en volumen. Y es difícil sustituir la experiencia adquirida gracias a años en la línea de montaje.

“Uno de los problemas más grandes para los fabricantes de autos alemanes es un déficit de ingenieros y trabajadores calificados y en los próximos años será más agudo”, dijo Stefan Bratzel, director del Centro de Gestión Automotriz en Bergisch-Gladbach, cerca de Colonia. “O sea que es necesario mantener el personal apto en la línea de montaje”.

Lupa

BMW dice que implementó más de una docena de cambios en Dingolfing, entre éstos, pantallas de instrucciones móviles con letras más grandes y una lupa, y un ciclo de rotación de dos horas para mantener las mentes lúcidas cambiando regularmente las tareas.

“La línea de montaje de 2017 se volvió tan productiva como la más joven, pero la calidad fue superior”, dijo Jochen Frey, portavoz de BMW en el área de temas relacionados con el personal.

En Audi, los esfuerzos por aferrarse a las habilidades se extendieron a aquellos con dolencias más serias. En el departamento que embala juegos de partes de automóviles que deben despacharse al exterior para ser montados en fábricas de India y China, casi la mitad del personal tiene alguna forma de deterioro físico, que varía de una visión defectuosa a un problema de cadera.

Audi también agrupó a los trabajadores más viejos con jóvenes recién incorporados para poder así realizar la transferencia del “conocimiento implícito” que es fundamental para muchos procesos de fabricación de autos, dijo Dietmar Frassek, gerente de proyecto de Audi en el área de la política en recursos humanos. En el departamento de estampación de Audi afinar bien los sentidos como para poder deslizar una mano sobre una superficie metálica y detectar defectos minúsculos puede llevar una década.

Pese a las medidas implementadas, es imposible superar el impacto del envejecimiento de parte del personal, dijo Joachim Stork, médico y director del departamento de salud de Audi. No obstante, Stork confía en que la tecnología algún día podrá reducir la brecha entre las capacidades de una fuerza de trabajo que envejece y las demandas de los empleos fabriles aun más duros.

“Podemos contrarrestar la edad en alza y las necesidades de personal con innovaciones”, dijo. “Resolver el conflicto entre el proceso de envejecimiento y la productividad será una tarea permanente”.

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