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Reelección de Cristina Kirchner gatilló el peor periodo de retornos para bonos argentinos desde que explotó crisis financiera


El creciente control de la economía argentina por parte de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner castiga a los tenedores de bonos con los peores retornos desde la crisis del crédito en comparación con países de similar calificación.

Mientras los bonos de 13 países en vías de desarrollo con calificación B aumentaron un promedio de 26 por ciento en 2012, la mayor cantidad en tres años, los pagarés en dólares de Argentina subieron apenas 5,4 por ciento, según Credit Suisse Group AG. Se trata del peor desempeño desde 2008. Venezuela tuvo el mayor aumento, un alza de 45 por ciento.

Desde su reelección en octubre de 2011, Fernánez ha alejado a los inversores al expropiar la productora de petróleo YPF SA, anunciar por lo menos 10 medidas para evitar que el dinero abandone el país y alimentar una inflación anual que se estima es de 25 por ciento. Su batalla legal con los acreedores que no aceptaron la reestructuración de la deuda luego del impago argentino de US$95.000 millones en 2001 también llevó a Standard Poor’s a reducir la calificación del país a B- en octubre. La última vez que el país tuvo una calificación crediticia más baja fue después de renegar de sus obligaciones hace una década.

“Es una situación que se deteriora”, dijo Jorge Piedrahita, máximo responsable ejecutivo de Torino Capital LLC, en entrevista telefónica desde Nueva York. “Se trata de un gobierno que en este momento no piensa con claridad”.

Para evitar la salida de capital, que casi se duplicó en 2011, Fernández, que tiene 59 años, redujo las importaciones, limitó el pago de dividendos en el exterior, obligó a las aseguradoras a repatriar fondos que tenían en el exterior y prohibió la mayor parte de las compras de moneda extranjera de particulares.

Falta de inversión En abril expropió YPF a Repsol SA, que tiene sede en Madrid, con el argumento de que la falta de inversión de la mayor empresa de energía del país había sido la causa de que las importaciones de combustible se duplicaran el año pasado.

El rendimiento promedio de los bonos argentinos en dólares ha crecido 0,71 puntos porcentuales, a 12,05 por ciento este año. Eso puede compararse con una declinación de 1,57 puntos porcentuales del rendimiento promedio de los bonos de mercados emergentes, a 4,51 por ciento, según datos que recopiló JPMorgan Chase Co.

Los costos crediticios de Argentina alcanzaron el 28 de noviembre el punto más alto en tres años -15,08 por ciento- debido a la especulación de que Fernández optaría por un impago en lugar de acatar la orden de un juez de los Estados Unidos de pagar US$1.300 millones a los tenedores de bonos que no aceptaron la reestructuración y a los que la mandataria califica de “fondos buitre”.

El creciente riesgo de impago llevó a S&P a reducir la calificación crediticia de Argentina de B a B- el 30 de octubre, y a Fitch Ratings Ltd. a bajar tres niveles su calificación, a CC, el 27 de noviembre.

Una disputa con el Fondo Monetario Internacional respecto de la exactitud de los datos oficiales aísla aun más a Argentina, que no ha podido recurrir a los mercados internacionales de crédito desde el impago de 2001, según Hans Humes, presidente de Greylock Capital Management LLC.

‘Permanente confrontación’ “La presidenta de Argentina tiene un tono beligerante”, dijo Humes en entrevista del 18 de diciembre de Deirdre Bolton en “Money Moves”, de Bloomberg Television. “Se arriesga a una expulsión de muchos foros internacionales”.

Además de sus conflictos con los tenedores de bonos y el FMI, Fernández enfrenta una creciente oposición en el plano interno, donde el 21 de diciembre se produjeron saqueos en supermercados de distintas ciudades del país seis semanas después de que unos 2 millones de personas manifestaran contra la inflación, la delincuencia y los controles cambiarios. La popularidad de Fernández se desplomó a 28 por ciento en octubre en comparación con 63,3 por ciento en igual mes del año pasado, según una encuesta de Management Fit, que tiene sede en Buenos Aires.

Piedrahita, de Torino, dice que es hora de deshacerse de activos argentinos.

“Han perdido muchas batallas y es un gobierno al que le gusta estar en una permanente confrontación”, dijo.

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