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Todo el poder económico y político tras empresa de medios de pago que administra la banca


No ha sido fácil el camino del proyecto de Ley que busca impulsar competencia a Transbank ampliando los medios de pago electrónicos y modificando la forma de operar que ha tenido hasta hoy el sistema, en el que esta empresa es la red dominante.

Hasta octubre, la piedra de tope de la iniciativa impulsada por el ministerio de Economía radicaba en la cartera de Hacienda, liderada por Felipe Larraín, donde no había piso para firmar la propuesta legislativa. ¿La razón? Según fuentes cercanas al sector, la idea de introducir cambios al sistema de adquirencia y operación de tarjetas de crédito y débito en Chile, nunca ha sido del agrado de Hacienda, “porque ideológicamente no les gusta, especialmente al ministro”. Mientras tanto, señalan las mismas fuentes, el ministro de Economía, Félix de Vicente, “usa la prensa para promover el proyecto”.

Altas fuentes de Economía señalan que la negativa de Larraín estaba relacionada con que “no se habían conversado bien las cosas ni siquiera en el Parlamento, pero ahora se está trabajando en conjunto”.

Otras fuentes del ministerio señalan que “ha sido un proyecto difícil porque técnicamente es complejo. Y tiene una dificultad adicional: hay que darle muchas vueltas y hemos trabajado codo a codo con Hacienda, hemos tenido diferencias propias de un trabajo de dos equipos y nos ha costado consensuar, pero no ha habido un rechazo al texto como tal ni a firmarlo, sino discrepancias dentro de los equipos”.

Si bien a fines de octubre De Vicente anunciaba por los medios que el proyecto sería enviado al Congreso en noviembre, este plazo se extendió porque la iniciativa será dividida en dos: una relacionada con la apertura de las tarjetas de prepago y otra que busca aumentar la competencia en la operación y adquirencia. La nueva fecha, según señalan desde Economía, se espera para antes “de la elección de la segunda vuelta”, el próximo 15 de diciembre.

La banca: la mano que mece a Transbank

Transbank se constituyó como una sociedad de apoyo al giro bancario (SAG) –creada para ayudar al funcionamiento de los bancos de manera más eficiente–, y pertenece  íntegramente a los bancos, que son sus accionistas.

Entre ellos, los más grandes de Chile: entre el Santander (32,7%) y el Banco de Chile (26,2%) son propietarios de casi un 60%. Junto al BCI (8,7%) suman casi un 70% del mercado.

En tanto, CorpBanca y BancoEstado poseen cada uno 8,7%, y el BBVA 6,25%.

En términos simples, la mayor crítica hacia Transbank está relacionada con su integración vertical, gracias a la cual está encargada del proceso de los pagos electrónicos en su conjunto: la emisión de tarjetas de prepago, el procesamiento de los datos y la afiliación del comercio al sistema, conocida como adquirencia, sin ninguna competencia, lo que la convierte en un ente monopólico. Situación que es bastante particular, ya que en otros países estos procesos, o al menos parte de ellos, están en distintas manos.

En 2004 Transbank fue demandada por la Fiscalía Nacional Económica (FNE) por abuso de posición dominante, tras lo cual el tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) la sancionó por aplicar descuentos por volumen de transacción solamente a sus socios: los bancos.

A mediados de 2011 el diputado Gonzalo Arenas (UDI) denunció ante la FNE a Transbank y Redbanc por uso de posición dominante en el mercado de las tarjetas de crédito, denuncia sobre la que la entidad aún no se ha pronunciado.

Una fuente ligada al sector grafica el monopolio de Transbank como que “la plata fluye por una carretera llamada Transbank  y es el mismo dueño el que fija la ruta. El incentivo es muy perverso cuando eres el dueño del peaje y nadie te controla. Hoy hay miles de carreteras alternativas que son redes de transacción de pago disponibles, pero que no tienes dónde conectarlas, y necesitas conectarlas a las cuentas corrientes de las personas para que el dinero fluya”.

Si bien en 2010 Transbank ganó solo $1.100 millones, o sea, poco más de US$ 2 millones –lo que equivale a menos del 0,05% de lo que ganó el sector, casi US$ 3.500 millones– esta cifra es engañosa, ya que las comisiones que la empresa cobra al comercio es transferida a sus matrices bancarias, siendo sólo una fracción minoritaria de la renta generada la que permanece en Transbank.

Como se explicaba en la nota de El Mostrador Mercados “Sociedades de Apoyo al Giro: el negocio que la banca no quiere soltar”, este tipo de situaciones es parte de los cuestionamientos que han surgido de las SAG –entre las que se cuentan Servipag, Redcompra, Nexus, entre otras–, aunque el centro de las críticas es Transbank.

Según un estudio de la Asociación de Emprendedores de Chile, este monopolio afecta a los usuarios del sistema desde diversos flancos. Uno especialmente preocupante son las tarifas discriminatorias hacia las pequeñas empresas, porque “se hacen grandes descuentos por volumen (que a veces son arbitrarios), dejando en desventaja a los pequeños empresarios y emprendedores, ya que el tope es de 2,95% y a empresas de mayor tamaño se les llega a cobrar 0,4% o menos. Esta diferencia de 2,55 puntos no se condice con la estructura de costos de Transbank, que tiene altos costos hundidos y bajos costos marginales, y puede significar que una empresa pequeña no pueda competir con una más grande”, detalla el informe.

De esta forma, el dueño de un pequeño hostal no está en las mismas condiciones de negociar con Transbank que una cadena de hoteles, por lo que terminaría pagando comisiones altísimas.

Según detallan desde Economía, en términos simples la iniciativa que impulsan busca que –como es difícil replicar la red de procesamiento de los pagos– esta “se pueda compartir. O sea, si viene un actor que quiera emitir tarjetas puede aprovecharla, o si quiere afiliar comercios. Será una red compartida, de libre acceso, siendo un símil del mundo de las telecomunicaciones. Con ese cambio permites que entren nuevos emisores”.

Un conocedor de la industria señala que “no me cabe ninguna duda que la banca preferiría mantener el estado actual del sistema de medios de pago, lo que se ve en que, cuando hay instituciones como Transbank que dicen que están dispuestas a operar a través de otros medios y darles acceso a nuevos entrantes relacionados, en la práctica han ido frenando a todos los nuevos emprendimientos, como medios de pago de celulares, a los que no les han dado facilidades ni precios razonables”.

Y agrega que “tienen intereses importantes y una capacidad no menor de hacer sentir la influencia que tienen tanto a nivel político y económico”.

Luksic, el que ronca en la ABIF

El monopolio de Transbank tiene espaldas fuertes. De hecho, la mesa directiva de la poderosa Asociación de Bancos (ABIF), está conformada por representantes de las tres entidades financieras más grandes del país, que poseen el 70% de la empresa. El presidente de la ABIF, Jorge Awad, es director del Banco de Chile desde 1996. El primer vicepresidente es Luis Enrique Yarur, presidente del directorio del BCI, mientras que el segundo vicepresidente es el director del Santander, Mauricio Larraín Garcés.

La Asociación de Bancos también cuenta entre sus directores a Jorge Andrés Saieh, hijo del dueño de CorpBanca y La Tercera, Álvaro Saieh, y al empresario Bernardo Matte Larraín, presidente del directorio del Banco Bice. Entre los directores suplentes está el dueño de Penta y amigo de Sebastián Piñera, Carlos Alberto Délano.

En tanto, el directorio de Transbank es presidido por figuras vinculadas al empresario y cabeza del grupo económico más rico de Chile: Andrónico Luksic Craig, que,  detalla Poderopedia, es propietario junto a su familia del Grupo Luksic, que según la Revista Forbes 2012, es la primera fortuna del país, con una riqueza estimada en US$ 17.800 millones, y que controla –entre otros– al Banco de Chile y al Canal 13.

Luksic es, según diversas fuentes del sector, “quien ronca en la ABIF”.

El presidente de Transbank es Fernando Cañas Berkowitz, ex gerente general del Banco de Chile y actual director de Quiñenco, la matriz de los negocios de los Luksic, donde Andrónico es presidente y del que son parte además importantes figuras, como el ex ministro de Hacienda y fundador de Libertad y Desarrollo, Hernán Büchi, o el Presidente de la Comisión de Acreditación (CNA) Matko Koljatic.

Cañas ha trabajado en otros bancos, como el Santander, donde ocupó diversos cargos, llegando a ejercer la gerencia general. Hoy es presidente del directorio de Metro S.A.

En tanto, el vicepresidente de Transbank es Pablo Granifo Lavín, presidente del directorio del Banco de Chile, donde también se encuentra Awad, presidente del directorio de Lan Airlines y el socialista Jaime Estévez, que ejerció como presidente de Banco Estado en el período en que la entidad financiera prestó US$120 millones al grupo Luksic para comprar el Banco de Chile, detalles de la operación que gracias a la ley que ampara el secreto bancario son desconocidos. Estévez fue ministro de Obras Públicas y diputado, director de Endesa, de AFP y hoy es presidente de Cruzados SADP.

Junto a Granifo Lavín en el directorio del Banco de Chile, también se encuentra el ex presidente de la Asociación de AFP, José Francisco Pérez Mackenna, quien es gerente general de Quiñenco. Así como el vicepresidente de Banchile y de Movicenter, Jorge Ergas.

Las redes de poder tras los directorios de los bancos son transversales. Para graficarlo es cosa de mencionar algunos nombres de los otros dos bancos más grandes detrás de Transbank, además del Chile.

En el caso del Santander, en su directorio se sienta junto a Mauricio Larraín el presidente de Adimark, Roberto Méndez. También está el ex presidente de TVN, el amigo personal de Ricardo Lagos Escobar y financista de su campaña presidencial en 1999, Marco Colodro, que fue miembro del directorio de BancoEstado.

Dos ex presidentes del Banco Central forman parte del directorio de Santander: Vittorio Corbo y el DC Roberto Zahler.

Además, también está la consejera del Instituto Libertad y Desarrollo, Lucía Santa Cruz, cuyo hijo, Juan José Ossa, es el director del Servicio Nacional del Consumidor (Sernac). La semana pasada, Santa Cruz hizo noticia al asegurar que “el programa de Bachelet es el primer escalón en el establecimiento del socialismo en Chile”, declaraciones con las que se cuadró la derecha.

Si bien no es miembro del directorio del Santander, el economista jefe de la división de Estudios y Políticas Públicas del banco, Pablo Correa, es sindicado como un hombre de la banca cercano a Hacienda, ministerio del que fue parte a principios del gobierno de Piñera como coordinador de Mercado de Capitales y que luego dejó para volver al banco donde había trabajado anteriormente.

En el Banco BCI, el vicepresidente del directorio es el ex presidente del Banco Central, Andrés Bianchi, que fue embajador de Chile durante el gobierno de Ricardo Lagos y que hoy es director de Empresas Copec S.A., del Grupo Angelini.

El ex gerente de Estudios del Banco Central e integrante del Tribunal de la Libre Competencia, Francisco Rosende, es otro de los miembros del directorio del BCI, así como el ex ministro de Educación y ex presidente Ejecutivo de Codelco, José Pablo Arellano (DC), quien además fue director Nacional de Presupuestos.

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