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Opinión: Sustentabilidad Financiera como reputación sectorial

Claudio Ramírez Alegre
Por : Claudio Ramírez Alegre Gerente General de la consultora CR Comunicaciones
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“No pueden estar pensando en plantar un arbolito y cumplir con su rol social”, señaló hace unos meses –en una entrevista– uno de los reguladores del sector financiero. Aunque para algunos estas palabras pudieran causar algún tipo de incomodidad, lo realmente importante es que se enfocan en un punto que hasta ahora no se había tocado: la industria financiera requiere de un nuevo relato.

Si bien hoy existen entidades que están tratando de articular un discurso más cercano a los consumidores, aún es necesario un mayor entendimiento y empatía. Sobre todo cuando los temas relacionados con satisfacción de demandas ciudadanas se toman la agenda y desde distintos sectores (entre ellos los propios reguladores) se hacen llamados a abrazar banderas que van más allá de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), la que hoy para muchos se ha convertido en un commodity.

Es aquí donde surge la imperiosa necesidad de que las compañías puedan repensar y entender que lo que se requiere es articular acciones que se originen desde y a través de su negocio. ¿Y cómo se logra esto? Mediante un relato que incorpore temáticas como la inclusión, el incremento de la competencia, transparencia, acceso a información y educación financiera. Desde ahí, sentamos un marco adecuado para establecer directrices estratégicas y operativas para luego traspasarlas a productos financieros.

Si las entidades son capaces de entender esto como la hoja de ruta y parte de una visión corporativa de largo plazo y basada en la gestión de activos propios, estaremos en presencia de una estrategia de sustentabilidad, la que podría generar importantes réditos, tanto para la empresa como para su entorno.

Cuando hablamos de sustentabilidad, hacemos referencia a una estrategia que permita alinear las metas propias del negocio con el bien común y al mismo tiempo con los requerimientos de sus grupos de interés. Sin lugar a dudas, una nueva mirada que cruza desde la autorregulación a la reputación como un proceso de gestión, en concordancia con el marco regulatorio, pero yendo un paso más allá. Es decir, entendiendo a los consumidores como un stakeholder relevante dentro de su propio hábitat. Uno que ya tomó conciencia y se hace escuchar.

Es fundamental que las instituciones financieras sean capaces de entender este cambio de paradigma y trabajarlo proactivamente, ya que si no lo hacen habrá entidades que tarde o temprano se lo harán entender.


Claudio Ramírez.
Gerente General y Socio de LLORENTE & CUENCA

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