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La hora de la verdad: a contar del viernes podría la SVS publicar la circular sobre impuestos diferidos


El superintendente de Valores y Seguros, Carlos Pavez, debería regresar a Santiago hoy, miércoles. Uno de los temas que le esperan a su llegada es responder a la solicitud que le hizo la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) el 6 de octubre pasado y que podría publicarse no antes del viernes, de acuerdo a fuentes gubernamentales.

En la carta de siete páginas que envió el presidente del organismo gremial, Hermann von Mühlenbrock, se pide en resumidas cuentas la siguiente excepción: “… que el efecto del alza de impuestos de primera categoría en la partida de impuestos diferidos se contabilice directamente como patrimonio, sin que afecte el estado de resultados”.

La carta se filtró a La Tercera el mismo día que ingresó a la SVS y en ella se señala que el impacto de reconocer el alza de impuestos de 20% a 27% que se aprobó en la Reforma Tributaria implicaría una reducción de 20% en las utilidades de las Sociedades Anónimas que fue cuantificado en US$ 2.100 millones, lo que traerá como consecuencia una menor repartición de dividendos.

La solicitud fue precedida por contactos de miembros de la Sofofa con firmas auditoras a fines de septiembre. Una vez que se obtuvieron las primeras estimaciones, Sofofa inició los llamados a personeros del Ministerio de Hacienda, a quienes les plantearon el problema.

Ya el viernes 3 habían comenzado a aparecer las declaraciones al respecto, y para quienes no recordaban que este efecto se había dado en la anterior Reforma Tributaria de Piñera, fue un mazazo. Entre los auditores se comenta que han visto caras desencajadas cuando explican esta regla a los directorios.

Así ha empezado un goteo de información que se suma día a día. Tomando en cuenta la muestra que utilizó la entidad gremial, es decir, las 40 sociedades con mayor presencia bursátil que conforman el Indice de Precios Selectivo de Acciones (IPSA), ya hay ocho que han informado el efecto sobre resultados a la fecha. Embotelladora Andina, E-CL, Aguas Andinas, Inversiones Aguas Andina (IAM), CMPC, Colbún, Antarchile y Copec suman US$ 1.206 millones en menores resultados.

Aunque también es posible que algunas sociedades anónimas se vean beneficiadas por este reconocimiento. De acuerdo a un informe del BCI, el aumento de 54% en las utilidades correspondientes a septiembre del Banco de Chile se debe en gran parte a este ítem.

Pero la norma general debiera ser un menor resultado que no afecta el flujo de la empresa, aunque sí influye en la utilidad líquida a distribuir entre los accionistas. ¿Un ejemplo? Copec registrará menores resultados por US$ 330 millones y dejará de distribuir entre sus tenedores de títulos US$ 228 millones; CMPC, en tanto, deberá restar a sus utilidades la suma de US$ 302 millones a septiembre y las ganancias a distribuir se verán impactadas negativamente en US$ 187 millones.

De ahí que la Sofofa pida que los impuestos diferidos no se lleven a resultados, sino a patrimonio. Ello contraviene la Norma Internacional de Contabilidad N° 12 (NIC 12) que establece que los impuestos diferidos registrados por las compañías deben volverse a medir al cierre de cada ejercicio o período, utilizando la tasa de impuesto que se estima estará vigente en el momento en que se reverse o se cancele el activo o pasivo por impuesto diferido correspondiente, sostiene la carta. La forma de evitar esta interpretación es a través de una circular de la SVS que autorice una reinterpretación y eso es lo que ahora las empresas están esperando que el regulador resuelva.

Los argumentos de la Sofofa

Uno de los argumentos de la Sofofa para solicitar esta adecuación es que en 2008, cuando las empresas migraron a IFRS (Normas Internacionales de Información Financiera), tuvieron que reconocer un mayor valor de las propiedades. Ese mayor valor llevó aparejado un pasivo por impuestos diferidos, el que se pagaría cuando dicha propiedad se vendiera. El cálculo de ese pasivo por impuesto diferido se hizo contra patrimonio, lo que no afectó a los resultados ni dividendos a distribuir.

Hay otros planteamientos que refuerzan esta postura. Por ejemplo, que otros países incluyen reinterpretaciones de la norma y no la aplican a cabalidad. También se señala que incluso Chile aún mantiene norma chilena para algunas glosas que tienen los balances de compañías de seguros –rentas vitalicias– y fondos patrimoniales.

Y por último, la Sociedad de Fomento Fabril señala el punto político que es el que va directo a la preocupación de las autoridades: el efecto que la aplicación de esta norma tendrá “sobre la percepción de deterioro económico que sin duda deteriorará (SIC) las expectativas”, que refuerza en el penúltimo párrafo, cuando indica que “estamos en presencia de una propuesta simple y factible de implementar, neutra fiscalmente y de gran valor para generar un ambiente de mayor confianza y optimismo económico”.

Sin embargo, existe el precedente de que en la Reforma Tributaria que llevó a cabo el presidente Sebastián Piñera, donde subió el impuesto de Primera Categoría de 18,5% a 20%, se usó como criterio el apego total a las normas internacionales y se reconoció el aumento impositivo contra resultados.

También se dice que en la anterior administración de Michelle Bachelet se resolvió adoptar “full IFRS”, explica una fuente. No obstante, en la SVS se explica que no hay un mandato legal para aplicar la IFRS, sino que se actúa por norma y, de hecho, cuando se comenzó a adoptar los nuevos estándares, estos se llevaron a la práctica de manera gradual: primero los emisores, luego los intermediarios de valores y finalmente las compañías de seguros. “No todo se aplica de manera instantánea. La mayoría de las readecuaciones se aplican en el ejercicio siguiente”, apunta otra fuente gubernamental.

El discurso público vs. el privado

Ninguna auditora ha querido hablar “on the record” sobre este punto, porque saben que afecta a los intereses de sus clientes. Sin embargo, reconocen que la posición de la Sofofa es discutible. En primer lugar, porque si un país acepta acogerse a normas internacionales es para cumplirlas y no cambiarlas de acuerdo a la contingencia local, señalan los más conservadores. También ven que las compañías con ADRs deberían nuevamente presentar dos balances financieros, uno para el inversionista local y otro para el internacional. Que ya lo han hecho antes, sí, por supuesto. En el pasado informaban en Chile utilizando la norma chilena y para los inversionistas en el extranjero adecuaban los balances a las reglas internacionales.

Dicho todo esto, al menos una auditora señaló que “hay que estar al lado del cliente”.

Al interior del gobierno reconocen que el problema no fue suficientemente dimensionado durante la discusión de la Reforma Tributaria. Los auditores señalan que todos sabían que iba a impactar, pero es probable que no hubiera suficiente consciencia del momento económico en que se produciría la publicación de los datos y de la cifra global involucrada.

Hoy, Hacienda tiene que evaluar de qué manera influye sobre las expectativas este efecto contable que causa impacto sobre miles de accionistas y que podría complicar la apuesta de que el cuarto trimestre debería ser mejor en relación al repunte de la actividad. Por eso, no sólo la Sofofa mira a la SVS, también lo hace Teatinos 120.

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