El estancamiento de la economía brasileña y la inflación galopante que casi le cuestan a la presidenta Dilma Rousseff la reelección no son del agrado de los tenedores de bonos.
El país tuvo un desempeño inferior a las demás naciones en desarrollo tanto en los mercados de deuda locales como extranjeros durante sus primeros cuatro años. Su segundo mandato podría generar retornos incluso peores, en tanto crece la preocupación luego de que Standard Poor's rebajó al país un escalón por arriba de basura en marzo. Quantitas Gestao de Recursos, boutique de inversión de Porto Alegre que administra 15.000 millones de reales (US$6.100millones), calculó la semana pasada que hay un 50 por ciento de probabilidades de que Brasil sea rebajado a basura en el segundo mandato de Rousseff.
“Lamentablemente, esto es muy negativo para Brasil”, dijo anoche telefónicamente Bianca Taylor, analista y estratega soberana en Boston de Loomis Sayles, que administra US$223.000 millones de activos que incluyen bonos brasileños. Taylor prevé una “reacción negativa natural” en los mercados de bonos esta semana. “Hasta ahora no ha administrado bien el país”.
Rousseff aumentó el gasto y el control gubernamental de las empresas estatales, desalentando la inversión y contribuyendo a hundir la economía en la estanflación. El producto interno bruto del país se contrajo en el primer semestre del año mientras que la inflación anual trepó a 6,75 por ciento, por arriba del límite superior de la meta del gobierno.
Caen los bonos
Los bonos de referencia brasileños en dólares con vencimiento en 2025 cayeron 0,44 centavos a 100,87 centavos por dólar a las 8:51 en Nueva York mientras que el rendimiento de los pagarés locales de renta fija con vencimiento en 2023 subió 0,57 punto porcentual a 12,61 por ciento. El índice accionario de referencia Ibovespa se inclinó hacia un mercado bajista, cayendo 4,9 por ciento a 49.408,11. El real registró la caída más grande del mundo en tanto perdió 2 por ciento a 2,5248 por dólar, el nivel más bajo en nueve años.
Los bonos brasileños en dólares rindieron 8,7 por ciento este año, por debajo del avance promedio de 10 por ciento de los países en desarrollo con grado de inversión, muestran los índices de JPMorgan Chase Co. En los primeros tres años de Rousseff en el cargo, los pagarés registraron un aumento anual de 5,04 por ciento, por debajo del retorno de 5,6 por ciento de pares soberanos de similar calificación.
En 4,79 por ciento, los bonos brasileños promedio en dólares rinden 0,45 punto porcentual más que los títulos de otros países con grado de inversión. Se trata de la brecha más grande desde que Rousseff sucedió a su mentor, Luiz Inacio Lula da Silva, en 2011. La presidenta derrotó al candidato de la oposición Aécio Neves por 52 por ciento a 48 por ciento ayer en la elección presidencial brasileña más reñida en 69 años.
A los inversores en el mercado de deuda local de Brasil les fue aún peor. El desplome del real les ocasionó pérdidas de 9 por ciento en dólares en los últimos cuatro años, las peores entre las grandes monedas después del rand sudafricano y el yen japonés, muestran los datos que reunió Bloomberg. El real bajó 34 por ciento frente al dólar desde que Rousseff llegó a la presidencia.
