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Opinión: Economía Verde, la simpleza del término y la profundidad de su sentido


Crecimiento Verde, tan simple como eso es lo que deberíamos hacer. Es un proceso de transformación de nuestra sociedad al cual deberíamos abocarnos, y es tan simple que se hace imperceptible.

Dirán por qué imperceptible, porque es más cómodo quedarse en ese estado que exige lo mínimo para sobrevivir, por lo cual lo obvio no lo veo.

Pero ya no se puede seguir viviendo en un planeta tensionado ambientalmente y socialmente, donde ese modo de vivir con el mínimo esfuerzo y la máxima rentabilidad, ha llegado a su límite de producción. No cabe duda de que éste es un momento crítico, sin embargo, existen posibilidades de transformar nuestro modo de vivir y esa posibilidad radica en las nuevas alianzas público-privadas miradas bajo el paradigma del Crecimiento Verde y donde cada ciudadano tiene una gran oportunidad de ser creador de una vida armónica y con sentido. Es decir, el acto ciudadano de Consumo Balanceado puede generar un giro clave en la historia de la humanidad.

Estoy cierta de que lo expresado en las líneas anteriores suena a palabras de un soñador, hippie, utópico o, como diría un conservador, esta propuesta suena a palabras de un populista de izquierda.

Y como no son palabras de soñadores, sino de Presidentes de la República, de gerentes generales de las más grandes empresas mundiales, de líderes internacionales de una vasta diversidad institucional, esta nueva forma de transformar nuestro modo de generar desarrollo económico está ocurriendo en tierras lejanas a las chilenas, donde se discute y analiza cada año en un Foro Internacional en Dinamarca conocido como 3GF (Global Green Growth Forum). Este modelo de transformación también se está implementado en varios países, asociado a empresas y organizaciones civiles, definido como la Economía Verde, la cual se estima puede equilibrar las tensiones entre el desarrollo y el crecimiento mediante la entrega de un mejor bienestar humano y de equidad social, reduciendo así significativamente los riesgos ambientales y las escaseces ecológicas. Las características de una Economía Verde son bajas en carbono, eficientes en recursos, eficientes en la asignación y socialmente inclusivas. En comparación a la economía tradicional, ésta requiere menos recursos para producir resultados diversos.

¿Por qué es interesante este nuevo modelo? Porque no es una teoría o un sueño, está ocurriendo, se está implementando, se está midiendo y está generando sociedades más sustentables, y sobre todo, riquezas mejor distribuidas y de bajísimo impacto ambiental.

Chile es un país lejano a este modo de pensar el desarrollo y aún más distante de gestionarse así desde el mundo privado y gubernamental. En pocas palabras, estamos a varias décadas de generar un modelo de desarrollo de este tipo. Razones posibles: falta de decisión política hacia el Crecimiento Verde, alianzas público-privadas no integrales que responden solo a un interés especifico y no a una mirada de desarrollo integrada de Crecimiento Verde, y por supuesto una ciudadanía aún ausente de tener un sentido de crear una sociedad sustentable y lejos de pensarse como un consumidor balanceado.

Sin embargo, como 3GF es una propuesta de desarrollo global y que busca articular la mayor cantidad de gobiernos junto a sus líderes empresariales, depende de nosotros el hacernos parte de este modelo de desarrollo económico, este modelo que genera crecimiento económico, pero sustentable y con equidad social.

Por lo cual ser responsables del futuro de nuestro país es un gran desafío, sin embargo, resulta fundamental mantener la esperanza de que un Chile sustentable y equitativo sea posible. Entonces, como expresó Fritjof Capra, “La esperanza no es la convicción de que algo va a salir bien, sino de que tiene sentido, sea cual fuere el resultado final”. Considero que todos y todas merecemos un país que nos llene de orgullo por su convicción y compromiso por el Crecimiento Verde.

Soledad Teixidó
Presidenta Ejecutiva
PROhumana

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