Una junta de accionistas atípica fue la que se vivió este mediodía en el Hotel Leonardo Da Vinci. Por un lado porque el directorio de Norte Grande impidió la cobertura de la prensa, siendo ésta una sociedad abierta en bolsa y que ha sido ampliamente cuestionada por el mercado a la luz del Caso Cascada, y también porque –como pocas veces– los minoritarios fueron los grandes vencedores en la instancia.
Las dos cartas de accionistas como las AFP, Moneda y otros minoritarios lograron entrar al directorio de la sociedad. Rodrigo Zegers se mantuvo en la mesa gracias al apoyo de la administradora de fondos de inversión, mientras Depolo obtuvo el voto de los fondos previsionales, constituyéndose como las dos mayorías en la junta.
Los votos del controlador, Julio Ponce, lo mantuvieron como presidente de la sociedad, quien estará acompañado por su hermano, Eugenio; Patricio Contesse Fica, hijo del gerente general de SQM; Sergio Montes y Hernán Contreras, abogado de estrechas relaciones con miembros de la Nueva Mayoría.
En una junta que, según sus asistentes, no fue tan acalorada como las vistas en el último año, Vicente Bertrand, ejecutivo de Moneda, leyó una carta apuntando a la salida de los ejecutivos de la cascada que han sido sancionados por la SVS.
“El mínimo pudor y decencia obligan a que quienes han sido objeto de cargos por parte de la SVS, o son imputados en una investigación criminal o han generado o validado actuaciones o interpretaciones que nuestros tribunales han declarado contrarias a la ley, cesen en sus cargos en la administración o asesorando a esta compañía y sus filiales y, por cierto, recibiendo remuneraciones de esta”, expresó, refiriéndose directamente a Julio Ponce, Aldo Motta, gerente general de Norte Grande e, incluso, Sebastián Oddó, asesor del directorio de la cascada sobre SQM.
