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China relaja el crédito para animar el crecimiento


China puso más de US$100.000 millones a disposición de sus bancos para que otorguen créditos, dando una nueva señal de la preocupación de sus líderes por el enfriamiento de la economía y un alza de salida de capitales.

El banco central de China relajó el ratio de reservas que los bancos deben guardar, una medida que se producen después de que el país anunciara su crecimiento anual más bajo en 25 años. También podrían ser el preludio de nuevas políticas orientadas a estimular la economía, según funcionarios y economistas.

Los anuncios subrayan que los temores por un crecimiento más lento se están imponiendo a la dudas sobre medidas previas de estímulo que sólo ayudaron a los sectores más endeudados de la economía e inflaron el mercado bursátil, pero no impulsaron las áreas que generan demanda y consumo, como las pequeñas empresas.

El Banco Popular de China, como se conoce el banco central, ha insistido en medidas focalizadas, en lugar de políticas más expansivas como la anunciada el miércoles. La sucursal de la entidad en Shanghai había indicado previamente que no habría una gran relajación del crédito.

El organismo ha estado cediendo últimamente ante las demandas del gobierno para que reduzca los costos del financiamiento para las empresas, indicaron funcionarios del gobierno y asesores del banco central. “Es el comienzo de un ciclo de relajación”, reconoció un representante de la entidad en una entrevista reciente.

La pregunta ahora es si los consumidores y las empresas aprovecharán el abaratamiento del crédito o mantendrán la cautela en medio de nuevos signos de debilitamiento económico.

“No tenemos ningún plan para expandir nuestro negocio y, ciertamente, no nos vamos a endeudar con los bancos”, dijo en una entrevista a fines del año pasado Guo Liyan, propietario de Jiangyin Heyuan Textile Co., un fabricante de jeans y otras prendas de la provincia de Jiangsu. “La situación no es tan buena como antes, aunque, a diferencia de lo que ocurre con mis empresas vecinas, seguimos con vida. Es mejor que las cosas sigan como están por ahora”.

El Banco Popular de China redujo en medio punto porcentual el miércoles el monto de depósitos que exige que los bancos provisionen en caso de que surjan problemas económicos, a 19,5%. La decisión, que entra en vigor este jueves, libera cerca de 500.000 millones de yuanes, unos US$81.000 millones, en fondos adicionales que ahora los bancos pueden prestar. Otras medidas focalizadas para ayudar al agro y las pequeñas empresas agregan otros 160.000 millones de yuanes, según cálculos de algunos analistas.

La reducción del requisito de reserva de los bancos fue inusualmente amplia. El banco central no había lanzado una medida similar desde mayo de 2012. Bajo el mando de Zhou Xiaochuan, el organismo había resistido los llamados desde el gobierno, los bancos y las empresas para que adoptara políticas amplias de estímulo y, en su lugar, había optado por medidas focalizadas.

El banco central temía que una relajación demasiado grande del crédito pudiera empeorar los problemas de deuda del país y dejara a la economía en una posición vulnerable, dicen fuentes de la entidad. El Banco Popular de China no es independiente y depende del Consejo de Estado, la autoridad máxima de administración del país.

“Anticipamos nuevos anuncios pronto”, señala Jianguang Shen, economista encargado de China de Mizuho Securities, aludiendo a las preocupaciones sobre la deflación. Shen prevé al menos cuatro recortes adicionales de la tasa de reservas este año.

La economía china sigue en apuros a pesar de una serie de medidas de estímulo adoptadas en los últimos meses. El crecimiento se desaceleró a 7,4% el año pasado, su menor nivel en un cuarto de siglo. Varios indicadores divulgados en enero, como producción fabril y actividad en el sector de servicios, sugieren que la debilidad persistirá durante este año.

Hay varios factores que explican la desaceleración. Entre ellos, la pérdida de vigor del mercado inmobiliario y una campaña anticorrupción que ha llevado a muchas grandes compañías a retrasar sus proyectos. La mayoría de los economistas prevé que las autoridades reducirán la meta de crecimiento anual a alrededor de 7% este año, desde cerca de 7,5% en 2014.

La desaceleración del crédito ha sido una de sus consecuencias. Los bancos del país otorgaron 697.300 millones de yuanes en nuevos préstamos en diciembre, una caída frente a los 852.700 millones de yuanes concedidos en noviembre.

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