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Chile está entre las economías más vulnerables al ascenso del dólar


El fortalecimiento del dólar está redistribuyendo el crecimiento en la economía global.

El ascenso del dólar al nivel más alto en 12 años ponderado por poder de compra afecta la competitividad de los Estados Unidos y de los países cuya paridad cambiaria depende del dólar, entre ellos China. También hace bajar los precios de las materias primas, lo que afecta a productores como Brasil y amenaza a otros mercados emergentes cuyas empresas tomaron deuda en la moneda estadounidense cuando estaba más barata.

De acuerdo a un reportaje de Bloomberg, el economista británico Adam Slater, advierte que Chile está entre las economías más vulnerables al ascenso del dólar

El economista de la consultora Oxford Economics afirma que un dólar fuerte hace caer el costo de las materias primas que se transan en esa moneda y aumenta la carga de la deuda en dólares emitida por esos países.

La economía chilena, junto a la de Venezuela, Malasia y Rusia, estarían entre las más amenazadas, dice Slater, seguidas muy de cerca por las economías de Brasil, Sudáfrica y Hungría.

A China e India les debería ir mejor, ya que son importadores netos de materias primas y sus niveles de deuda están en línea con sus promedios históricos.

El Índice Dólar de los Estados Unidos, que mide el desempeño de la moneda contra seis de sus pares, ha subido aproximadamente 25 por ciento respecto del bajo nivel del 6 de mayo de 2014, conforme los inversores apuestan a que la expansión estadounidense superará la de sus socios comerciales y a que la Fed pronto subirá las tasas de interés mientras que otros países persisten en la flexibilidad.

El temor del mercado es que el rebote del dólar limite los flujos de capitales necesarios para llenar los déficits de cuenta corriente, lo que forzaría a un alza en las tasas de interés local.

Slater no cree que la crisis se asemeje a la de 1998, pero sí estima que la fortaleza del dólar reducirá el crecimiento en los mercados emergentes a su menor ritmo desde 2009.

Japón y Europa se benefician

El reportaje de Bloomberg destaca que mientras Estados Unidos y los emergentes sufren, la zona del euro y Japón se benefician en tanto sus compañías ganan fuerza en los mercados mundiales que las economías necesitan para impulsar el crecimiento. También se benefician países como India al pagar menos por las importaciones de energía.

“El aumento del dólar divide el mundo en ganadores y perdedores”, dijo Peter Hooper, economista jefe de Deutsche Bank Securities en Nueva York y ex funcionario de la Reserva Federal.

La hegemonía del dólar será uno de los principales temas de la agenda cuando esta semana se den cita en Washington banqueros centrales y ministros de Hacienda con motivo de las reuniones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, dijo la semana pasada que la fluctuación del dólar era una posible fuente de fricciones en la economía global, dado que algunos se benefician y otros sufren.

Reequilibrio de las carteras

Los inversores ya están reequilibrando sus carteras. El Índice Euro Stoxx 50 ha trepado 21 por ciento este año y los operadores apuestan a un avance de la economía de la región. La compañía fabricante de aviones Airbus Group NV y la productora de cosméticos L’Oréal SA se cuentan entre las empresas que esperan aprovechar una moneda más barata.

El Índice Standard Poor’s 500, en cambio, se ha rezagado y ha subido sólo 2,1 por ciento. Más del 40 por ciento de las ventas de las compañías del índice procede del exterior, y la productora de semillas Monsanto Co., así como la firma joyera minorista Tiffany Co., ya advierten que la moneda más fuerte limitará sus ganancias.

También las autoridades hacen ajustes. La presidenta de la Fed, Janet Yellen, y sus colegas, destacan el impacto del dólar en la economía de los Estados Unidos, mientras reducen la rapidez con que estiman que subirán las tasas de interés por primera vez desde 2006.

Por su parte, funcionarios del Banco Central Europeo y el Banco de Japón prefieren ignorar la declinación de las paridades cambiarias con la esperanza de que proporcionen el combustible necesario para alimentar la inflación.

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