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Levantando las empresas tras la crisis social Opinión

Levantando las empresas tras la crisis social

Alberto Gerszencvich
Por : Alberto Gerszencvich Abogado. Gerente general y fundador de la empresa Remesa
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Cabe mencionar que nadie tiene la receta para decir qué es lo que va a pasar, porque nadie lo sabe a ciencia cierta, pero la crisis nos puede llevar en poco tiempo a un desempleo de dos dígitos. De hecho, se espera que dentro de 60 o 90 días ya se empiece a hacer realidad el fantasma de la cesantía, que sin duda afectará a la mayoría de los rubros, debilitando los sectores de venta de servicios y productos e incluso en ámbito turístico, que ya se está resintiendo.


Para nadie es novedad que los acontecimientos que hemos vividos en Chile las últimas seis semanas han afectado tanto a las empresas grandes como a las pequeñas y medianas, muchas de las cuales están considerando reestructuraciones para poder seguir funcionando.

Todo esto nos ha llevado a estar insertos en un escenario donde el 52% de los chilenos teme perder su empleo por las bajas proyecciones de crecimiento económico que se han producido tras la crisis social que atravesamos. Este hecho nos llama a algo tremendamente importante: trabajar por recuperar la estabilidad de las empresas en riesgo, consiguiendo los recursos necesarios para seguir funcionando y así evitar el despido de trabajadores.

¿Es posible mantener la empresa funcionando frente al actual panorama? Pues debo decirles que sí, pero para esto se deben considerar tres puntos clave:

El primero es no endurecer la cobranza. Hay que entender que si para ti es difícil pagar, para el otro también lo es, por lo que hay que ser flexible con los clientes. Debemos seguir suministrando los insumos o servicios, lo que no significa hacer condonaciones de deudas, sino que ser más flexibles con las fórmulas y condiciones, llegando a un acuerdo para no cortar por nada la cadena de pagos.

Un segundo punto implica realizar una limpieza de cartera, que comprende abocarse al negocio y comenzar a hacer ventas mejor hechas, con la finalidad de mantener los márgenes de ganancia. Muchas veces se vende por hacer flujo y no por hacer margen, pero ahora hay que dedicarse definitivamente al negocio propiamente tal. Se deben mantener, entonces, aquellos clientes que nos dan margen por sobre los que nos entregan flujo, ya que en épocas de crisis es necesario centrarse en la generación de margen para la empresa.

Finalmente, otra materia a considerar es la externalización de servicios. En un momento de una crisis grave y profunda como la que estamos viviendo, es primordial centrarse ciento por ciento en la empresa y no utilizar energía en servicios que pueden ser realizados por expertos externos, como por ejemplo, servicios de cobranza, contabilidad, sistema de computación, que quitan tiempo, restan atención al negocio y que pueden quedar en manos de aquellos que lo harán de mejor manera y de forma más efectiva. Hay que dedicarse al giro del negocio y no a otras áreas.

Cabe mencionar que nadie tiene la receta para decir qué es lo que va a pasar, porque nadie lo sabe a ciencia cierta, pero la crisis nos puede llevar en poco tiempo a un desempleo de dos dígitos. De hecho, se espera que dentro de 60 o 90 días ya se empiece a hacer realidad el fantasma de la cesantía, que sin duda afectará a la mayoría de los rubros, debilitando los sectores de venta de servicios y productos e incluso en ámbito turístico, que ya se está resintiendo.

Es importante que pongamos nuestros mayores esfuerzos en salvar las empresas. Con voluntad y buenas decisiones es posible salir de la crisis y seguir avanzando.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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